miércoles, 1 de mayo de 2013

Luis Carlos Galán.... ¿“Antes de irte...que le pides a la vida”?

¿“Antes de irte...que le pides a la vida”?

“¡Tiempo, Isa, tiempo!”

Yo tenía el programa en el canal 8, “Nosotros, Venezuela”. Y había invitado al candidato colombiano a “despertar” a Venezuela con nosotros. En ese momento habían elecciones municipales en Venezuela y el Consejo Supremo Electoral había pasado una normativa prohibiendo apariciones públicas de los candidatos en esas 48 horas anteriores, nuestra asistente que debía recibir a los invitados, cuando le dijeron que “allí estaba el candidato” no lo dudó.

Y le dijo que no podía entrar porque estaba prohibido “todo lo que sonara a candidato”. Nos costó localizarlo, pero regreso, aceptó las excusas y tuvimos uno de los mejores invitados de toda mi vida. Hoy lo recuerdo, como lo recuerdo muchas veces, porque me dijo cosas que se repiten en otras voces en estos días cruentos de la lucha en nuestro País.

El día que lo mataron vilmente, en una de esas páginas sangrientas de la historia política colombiana, el 18 de agosto de 1989, me fui a Bogotá a despedir, con la multitud que lo lloraba, sus restos, acompañados por Leon Gieco cantado a coro en su “Solo le pido a Dios” y llevarle a nombre de los venezolanos, unas flores a su tumba.

En un almuerzo en su Embajada, le pregunté si no tenía miedo. Sus ojos claros perdieron por segundos su alegría.”Si….si tengo. No me lo permito, pero se mete...”. Y eso lo reafirmó con algo que siempre repito cuando siento que es necesario. “ Además, Isa, yo todavía no he encontrado nada que no solucione el valor”. Era periodista. Y la contra pregunta le era una urgencia.

Veintitrés años después de haber sido abaleado en la plaza de su discurso, su asesino parece al fin responder a las acusaciones que lo condenan. Eso sucedió en la noche, Luis Carlos pareció decidido a enfrentar la muerte porque no podía dar un paso atrás en su destino. Era un hombre comprometido con la verdad que cuando se asume como bastión de lucha se convierte en impulso indetenible, en llamado perentorio, en reclamo del alma. Esos hombres son privilegio de sus generaciones, exigidos de fuerzas capaces de transformar.

¿Qué puede pagar el asesino de Luis Carlos Galán que no haya pagado ya mil veces Colombia’?

Recuerdo el dolor que sentía en el pecho, como si presintiera algo terrible. Lo lloré mucho...a veces, miraba el cielo y lo recordaba llorando. Lloraba por él, por Colombia y aquella pérdida terrible de un hombre de valor y de verdad.

Porque hay hombres que te convencen ..Que sientes del lado tuyo en este mundo de locos…..

1 comentario:

  1. Que hermoso tu escrito Isa!!! No tienes idea de cuánto me emocionó. Tuve la suerte de conocerlo cuando era embajador de Colombia en Italia y mi tío era de Venezuela. Viajamos junto con su esposa (mi tocaya) a Sardegna Mejor descripción que la tuya ... imposible. Un abrazo

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ISA DOBLES