La desvergüenza frente a la decencia

La desvergüenza

Esta era la foto que tenía para esta columna de hoy...la de la suciedad...la  de la Venezuela de los titulares  inconcebibles y amargos. La que no  somos ni seremos. La emboscada en una trampa inmerecida.

Pero la cambié. Por la del amor y la ternura, la de la inteligencia  despierta y la sensibilidad a flor de piel...la Venezuela del pueblo  buscando en el pueblo la inspiración y la bondad, la que se conoce desde el alma y se lleva en el corazón apretada y segura, protegida por el ingenio alerta y la comprensión de raíces, de tradiciones y de historia.

La Venezuela decente de Andrés Eloy

La Venezuela que nos asegura puerto seguro a nuestros temores y confusiones, la que necesitamos para reforzarnos en nuestra identidad y nuestros sentimientos. La Venezuela de lucha hidalga, la que hoy  rebate esta inmoralidad, este irrespeto, este Congreso de  desvergüenza, estas Fuerzas Armadas de deshonor y servilismo.

Busqué la foto de una Venezuela de orgullo,  de clase, de dimensión humana. Busqué la imagen de Andrés Eloy Blanco.   Vigente en el alma  si el alma lo busca...vigente en la decencia humana si  necesitamos la referencia noble.

Mi adolescencia lo tuvo cercano, atento a mi curiosidad,  esperado siempre en el desayuno familiar,  motivando mi espíritu ávido. Acababa de nacer mi primer hijo cuando la noticia de su muerte detuvo por instantes la alegría. Se lo repetía  a mi hijo recién nacido llorando: ¡se murió Andrés Eloy! “Un hombre bien construido por dentro, serena la claridad interior”.

Escribió Don Rómulo Gallegos. Poeta necesario de su tiempo, de su mano reclamaron los “Angelitos negros”, caminó “La loca luz Caraballo”, bramó la “Vaca Blanca” y  habló a los “Hijos” del mundo., y la Patria es íntima, es personal, llora calladamente  en versos de Andrés Eloy. 

La Venezuela de Andrés Eloy. Buscarla en lo mejor de cada uno, en las estrellas y en el sol, en la luna y en la noche y en el llanto de felicidad y en la esperanza, y en el dolor sano y en la risa de nuestros ancianos.  En la lucha  hermosa y justa, en la transparencia y la verdad. Esa Venezuela de Andrés Eloy.