Nicolás….otro muchacho asesinado y otra
evidencia más para el mundo, la Venezuela indiferente y la que lucha, y para La
Haya que tiene ya suficiente material para
condenar a los protagonistas de estas matanzas y más allá a sus autores intelectuales.
Esa sangre derramada firma con tu nombre, no hay como escapar de
la responsabilidad inmensa, del crimen saboreado en esa intención que
conduce tus ordenes macabras.
Ya uno no se puede imaginar más maldad ni más
alevosía. Cada caído, cada torturado,
cada desaparecido, cada herido, lleva tu firma. No tienes como escapar,
Nicolás. Esas cadenas ignorando la
realidad, sonriente y fofo, rodeado de los siniestros edecanes de tu confianza, te han hecho conocer y no precisamente por ser un político
brillante, un pensador , o un mandatario progresista. No. Como un dictador
asesino.
No quieres entender lo que pasa. Los titulares que te desnudan, el
cinismo con que amenazas e insultas, los “mochos” que contigo se juntan para
rascarse, no quieren darse cuenta que estos crímenes, estas violaciones, estos
sufrimientos, no se perdonan…Cómo se puede ignorar, Nicolás, que este muchacho,
asfixiado en el momento de ser capturado por tu guardia nacional para que no
pudiera siquiera defenderse, con todo
y ser un ser humano de necesidades
especiales. ¿Como se justifica que esté ahora en el Hospital Militar golpeado
salvajemente?
Eso pasa, Nicolás, cuando
no se tiene consideración ni respeto, cuando se tiene el poder para ambiciones
personales y objetivos que no tienen nada que ver con el destino cierto del País
, o cuando se es perverso de naturaleza
o bruto…tan bruto, Nicolás, que en tu
locura por exterminar a la oposición que es más de la mitad del País, te
estás condenando a ti mismo.
No es que
ese delito que deja ensangrentadas las calles de Venezuela no prescriba.
Lo
contundente, Nicolás, lo definitivo, es
que el alma adolorida de esa Venezuela
no te lo perdonará.
Mira bien las fotos…
Las volverás a ver en La Haya.
Abrí el link pensando que eran las fotos de Isa con el dictador cubano Fidel Castro.
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