domingo, 19 de diciembre de 2010

Los "corderitos" de Unasur callados ante la arremetida dictatorial de Chávez

Es impresionante el silencio “de los corderos” ante la arremetida dictatorial de Hugo Chávez. Aplauden y aprueban todo en Unasur, el “golpe de Estado” intentado por él, en el cual se pretendía asesinar también al presidente constitucional y a toda su familia, como deja sentado la historia, hace ahora que se curen en salud en la organización internacional creado por el mismísimo personaje convirtiendo en delito cualquier intentona con sus consecuencias que jamás tocaron al golpista militar venezolano, cerrando fronteras, rompiendo relaciones, y tambien curándose en salud con la “ley talanquera” que castiga, inhabilita, a aquellos diputados que quieran dejar el partido por el que fueron elegidos y cambiar de opinión y preferencia política. Una ley habilitante con la que logra cerrar todos los caminos de libertad y convivencia mientras utiliza al ignorante y hace un teatro más de su dolor.
“No nos van a quitar la Democracia, no nos van a hacer cambiar nuestro camino de lucha”. No es que no nos haran ... es que ya lo hicieron. Y los “demócratas” de América callan…¿Y entonces? ¿Qué dolientes tiene la libertad?
Se toman medidas contra ella y los hombres que la predican en sus propios paises no sólo callan. Sino que complacientes aplauden, llaman democrático el quehacer autoritario, que se expropie la propiedad privada, que se insulten y humillen los alcaldes y gobernadores libremente elegidos por los venezolanos, que se discriminen venezolanos en las tragedias, que se insulten otros paises y hasta que se les acuse de mil cosas canallescas, todo se consiente.
Los “corderitos” juegan el más vergonzoso papel, el más degradante. Porque esa complicidad silenciosa, es arrodillarse ante la opresión. Es quitarle terreno a la dignidad y es traicionar valores y derechos. ¿Con quien cuenta entonces este mundo que se debate ante la inclemencia y la injusticia? ¿Y nosotros.?
Hugo Chávez se pasea enloquecido sobre nuestra angustia, pisotea como le da la gana nuestra esperanza, embiste vilmente contra bienes y principios y nosotros alimentamos nuestro espíritu con la ilusión de ganar unas elecciones en el 2012 si sus fuerzas armadas, bochornosas y serviles defienden nuestro voto y si a él le dá la gana de aceptar el fallo de la voluntad nacional.
Porque si no le da la gana, calificará de mierda la elección y se quedará hasta morirse exigiendo a los asustados y obedientes edecanes que anuncien su muerte a la misma hora de Bolívar y Gómez o tal vez la de Fidel que ya, forzosamente, lo esperará en el infierno. Porque para no provocar su ira, estamos calladitos, encerrados, lamentándonos y agobiados, esperando un milagro.
Porque ya Chávez no puede hacernos más nada. A menos que nos fusile por existir. No por disentir. Por existir.
Porque fulanito le cae mal a Isea o Sutanito es amigo de Guillermo Zuloaga. No lo veremos por Globovisión.
Tal vez lo cuente Mario Silva en el mejor programa de televisión del mundo. Y lo reseñe, simplemente así: “ Mi pesame a la familia de Fulanito. Pero la verdad es que su muerte es un alivio para el Comandante a quien le caía mal”.

Los periodistas trabajamos con el corazón de Venezuela

El mismo día del cumpleaños de Marilin Monroe, el 1 de junio de 2011, Isa Dobles arribará a los 80 años.
Combativa como siempre por la libertad de expresión, está convencida que los periodistas tenemos que seguir ejerciendo la profesión como que si no la estuvieran coartando, limitando, amordazando. "Tenemos que seguir actuando, diciendo y haciendo como si no estuvieran tocando la libertad".
Hasta los 74 años estuvo generando opinión, esa vez, en un programa de radio en CNB que acompañaba a los insomnes desde la medianoche hasta las dos de la mañana. "Vamos a hacer un programa que se llame Reencuentro de Medianoche", propuso a los planificadores de la estación. "En este proceso político, el país necesita ternura, compañía, un espacio radial donde se reencuentren los venezolanos". Así fue mientras duró; un fenómeno radial como Botón de Arranque, el programa de televisión matutino donde reventó el asunto de Blanca Ibáñez y del ex presidente Lusinchi. "Algunas radios impusieron la autocensura para que no se metieran con ellos, un momento de locura durante el cual se eligió entre las anclas, claro, era más fácil sacrificar Setenta y cuatro años.
Fue una pésima decisión de CNB porque hay un momento cuando tienes que poner en peso muchas cosas y yo siento que el presidente Chávez, aunque perversamente, al llegar al poder asumió un rol paternal.
Pero hace falta una mamá, una figura maternal que oiga, comparta, reunifique, lo que tenía ese programa donde yo hacía micros motivantes. No atendía la llamada política, sino la humana. Pero en Venezuela no se enseña a reconocer el patrimonio cultural humano, periodístico, artístico. No es querido. Me importa un ´pito´ si suena inmodesto: sea de la dimensión que sea, lo que nosotros hemos trabajado es una riqueza, pero se olvida por indolencia, se calla por envidia o no está de moda." Y para nada este comentario suena como un lamento o como reproche por la edad. ¿Esa falta de reconocimiento al periodismo que ha hecho historia es por la memoria corta del venezolano o por la actitud de los responsables de manejar los medios de comunicación? "Por la dos cosas.
Es un lujo para los países cultos, incluyo Argentina, Chile, Colombia donde ves a las grandes figuras del periodismo que tienen su programa y es un honor asistir. Pero aquí no hay una cultura para respetar y valorar". Loros haciendo escándalo, la columna de Gentiuno guindando, la preparación de 300 hallacas esperando y la entrevista en desarrollo, se queja medio en broma.
Amante de la cocina, sacó esta cuenta: "Chávez tiene 12 años en el poder y tres días después de su discurso en el Ateneo de Caracas antes de la toma de posesión, escribí mi primera columna de oposición. Desde entonces he sido consistente. Escribo 5 columnas semanales exclusivas y he publicado 5 libros". Por séptimo año consecutivo hará unas 1.800 hallacas y las venderá a una clientela fija.
No le pierde pista a los caminos políticos por donde se está perdiendo la democracia que levantaron todos esos personajes que rodearon su infancia en Costa Rica, donde su papá, el dirigente Alejandro Oropeza era un exiliado. "Soy privilegiada porque crecí entre Rómulo Gallegos, Andrés Eloy Blanco, Mariano Picón Salas, Ramón Velázquez, Juan Pablo Pérez Alfonzo, me da miedo olvidar nombres... todos esos hombres de la democracia. Ellos me indujeron al periodismo porque me pedían que hiciera el resumen de las informaciones internacionales y lo discutían conmigo". -Hay un denominador común en la sociedad: le hace falta ternura. Ese conocimiento del país lo tenemos los periodistas, por mucho tiempo hemos llevado el pulso de los venezolanos en la mano y trabajado con el corazón de Venezuela. Cuéntame. ¿Qué haces tú? ¿Cuántos hijos tienes? Son ahora sus preguntas periodísticas, en esa honda maternal que anda. "Siento que el liderazgo político debe estar anclado en el corazón. El espíritu del país está muy solo". -¿Acaso no está acompañado por el presidente Chávez? -Sí, pero ya empieza a rechazarlo, aunque la dependencia al maltrato también se convierte en un modo de vivir. El periodismo es ética -¿Cuáles son a su juicio las competencias más importantes que debe tener un periodista para conectarse con el alma del país, en medio de la polarización política y ataques a la libertad de expresión? -Esta ha sido una época de lujo para los periodistas.
Han sido acosados porque el periodista honesto que dice la verdad, pinta hechos, no inventa cuentos. El Gobierno nos acusa que nos hemos convertido en líderes políticos, pero siempre ha sido así, más aún, cuando hay amenaza de dictadura. Por eso me asusta la poca exigencia con los periodistas, quienes tienen que tener primero que nada: referencia, conocimiento. Veo entrevistando a jóvenes profesionales, lindos, sin que sepan quién es esa persona. No puede llegar espontáneamente a hacer un trabajo periodístico sin conocimiento.
Hoy tenemos la bendición de Internet, lo que nos permite tener a la mano la información, un buen periodista tiene que saber la historia de ese personaje que va a abordar, preguntarle sobre el último acontecimiento sin saber cuál fue el primero. ¡Nosotros tenemos que hacer lo que tiene que hacer el pueblo venezolano, porque los periodistas somos su reflejo. Tenemos que seguir actuando, diciendo y haciendo como si no estuvieran tocando la libertad! Porque el día que nosotros pongamos medida a la libertad, somos atrapables. Continuemos entrevistando, reporteando la realidad como si no estuvieran amordazándonos. El Gobierno está coartando la libertad de expresión, pero yo no voy a perder mi libertad de expresión. Que los editores no publiquen, que los radiodifusores pierdan sus concesiones, tenemos que buscar la manera.
Asegura que los periodistas son el reflejo de un pueblo, que está polarizado, dividido en dos. ¿Dónde esta la verdad de ese pueblo? ¿En la que trasmiten los medios del gobierno o los privados? ¿Cómo integrar la realidad para que no se contamine el ejercicio profesional? -El problema es de principios.
Chávez llegó al poder fracturando los principios y la lógica del país. El que no tiene escrúpulos puede hacer lo que le da la gana. El ejercicio periodístico refleja el código de ética de cada uno de nosotros. Es un asunto de lealtad y de principios. Hoy veo a muchos periodistas traicionando al periodismo, que en medio de esta anarquía se dejan comprar. Un Mario Silva nunca aparecería en una democracia. Durante toda mi vida estuve cerca del poder, pero cuidaba mucho de no aceptar cunas del Gobierno.
Yo salgo de la televisión vendiendo mi pent-house para hacerle frente a los gastos por la enfermedad de mi madre. Vivo alquilada y manejo un ´corsa´ desde hace 9 años. Mis bienes son mis hijos, mis 4 perros y los cuadros que me acompañan desde que mamá y papá estaban vivos. Esa valoración de los principios no la tienen los que apoyan ´La hojilla´. No puede ser que la mendicidad sea un privilegio, se convierta en principio.
Te repiten mil veces una maldad, para que términos por ignorante, creyéndolo. Cuando veía a mis hijos que estaban aprendiendo a caminar y veía que podían caerse y darse un golpe me daba una punzada en las entrañas, porque no alcanzaba a atajarlo. Eso me da ahora. Me provoca un dolor en el estómago cada vez que veo a este país que se pega contra las puntas de la mesa. Por eso te digo que los periodistas hemos tenido momentos de brillo.
Somos líderes de opinión y seguiremos haciendo nuestro trabajo no sólo porque hace falta, sino porque lo hacemos con pasión y nadie tiene el derecho de quitarnos nuestra pasión. -Hay dos tipos de periodistas: los del gobierno y los de la oposición. ¿Hay dos verdades? -A mí me gustaría que Earle Herrera o Eleazar Díaz Rangel mirándome a los ojos, me dijera que está de acuerdo con lo que se está haciendo con la libertad de expresión. Si lo están, entonces mintieron toda la vida porque luchamos juntos por lo mismo. Entiendo que hayan oscuros periodistas que no sabíamos que existían, que por la misma mediocridad del Gobierno, hoy tengan pantalla de televisión, exposición en los medios de comunicación oficiales. Están pagados para repetir la cartilla del analfabetismo político del presidente Chávez. -¿Cuál es la verdad? ¿La que se cuenta en los medios del gobierno? -Es otro matiz, no otra verdad. Hay muchos periodistas mentirosos, como hay malos médicos o pésimos ingenieros. Y cuando tienes un líder que miente, miente, miente, hay muchos que se lo creen por ignorancia. La degradación de los medios de comunicación en manos del chavismo, es una de las deudas más grandes que tiene que pagar Chávez, porque sirven para cometer los atropellos que van al espíritu del país. Es una deuda por saldar. Como dice el dicho, no hay plazo que no se cumpla ni deuda que no se pague.
El plazo es 2012, pero la deuda la pagaran por toda esa ponzoña que transmiten día y noche... Un país caníbal -¿Cuáles son las diferencias entre los métodos de lucha de aquellos dirigentes que se enfrentaron a la dictadura perezjimenista y los que se oponen hoy a este gobierno revolucionario? - Los principios, la clase humana. No eran líderes improvisados, sino de moderación, razonamiento, convivencia.
Los principios tienen que prevalecer en los dirigentes. Como decía Luis Beltrán Prieto Figueroa: El poder envilece a lo pobres diablos de alma. Por eso hay que buscar la historia personal en los que aspiran el poder. Principios, principios, principios, lo es todo. Yo digo que la mayor traición que ha sufrido Venezuela ha sido la elección de Chávez. Ofreció cambio y el pueblo le respondió por el deterioro de los líderes. A veces observo por televisión a los dirigentes de las fuerzas democráticas tan cansados, tan decadentes en el discurso. El tiempo ha pasado para todos. Venezuela no volverá a ser la misma, cambió. Fíjate tú: éste es un país caníbal que se come a sus hombres.
Eso tiene que ver con la poca valoración del patrimonio humano. -¿No cree que los periodistas de los espacios de opinión, dentro de la cual me incluyo, tenemos parte de responsabilidad en el fortalecimiento de la anti política? ¿Que la crítica sin cuartel debilitó a los partidos políticos? -Lo que te has reprochado, es lo que teníamos que hacer y seguiremos haciendo. ¿Mentíamos cuando criticábamos el desenvolvimiento de los políticos o el desempeño de los gobiernos? ¿Lo vamos hacer ahora? Hicimos lo que nos correspondía y debemos continuar aunque no le guste al poder de turno.
El periodista es la contrafigura, la antítesis de ese poder. Tiene que hurgar en la realidad y exponerla sin cortapisas. Mi profunda admiración por los periodistas que luchan por la democracia porque exponen la vida siempre. Mi respeto. -¿Qué opina sobre la modificación a la "ley resorte" y el establecimiento de controles que limitan la libertad de expresión, incluyendo los contenidos que circulan a través de las redes sociales? -Que debemos seguir ejerciendo el periodismo como si no lo estuvieran coartando. !Y que metan a un gentío preso! ¿Quién le pondrá el cascabel al gato? El país cuando elijamos hombres decentes. La moral es una, como la verdad, que no puede ser un criterio personal.
En esta historia que estamos escribiendo, el pueblo soberano del que habla Chávez le exigirá y le pedirá cuentas, porque ha aprendido dolorosamente.
-¿Hay tanta valentía para enfrentar con cárcel los atropellos a la libertad de expresión?
-A mí por ejemplo, que voy a cumplir 80 años, que me pongan por cárcel este apartamento donde vivo alquilada y lo paguen ellos.
Tomado del DIARIO EL CARABOBEÑO
Diciembre 18, 2010
Periodista: Dhameliz Díaz

domingo, 12 de diciembre de 2010

Los cobardes no somos nosotros

Y ya decidió, decretó, ordenó, vociferó, gozó un puyero y tal vez hasta coma dulce de lechoza en esa embriaguez enfermiza que siente cuando hace una de las suyas. Y las ha hecho todas y está decidido a seguirlas haciendo apresurado, anti constitucional, barato, provocador y enloquecido. Se trata esta vez de terminar con lo que empezó y es controlar también Internet y hasta lo que pensamos porque nuestra libertad de expresarnos dependerá de su grado de incultura, de lectura rápida y encendida, de sus amarguras y sus complejos. Una de esas mentes subordinadas, arrodilladas ante el “libertador” del siglo XXI, de escasa estatura y analfabetismo singular le apuntará la vileza y ya! Ni correos ni columnas ni Twitter ni nada que no sea de su agrado puede salir de nosotros. Y la pregunta es: ¿hasta cuando? Ahora es la Ley Habilitante. Para dejar resueltito el “Socialismo del SigloXXI" que nosotros, la voluntad nacional, rechazó para permitirle otra vez que se burlara de ella. Todo pasa como una vorágine destructora que se lleva por delante intenciones y anhelos. Yo no sé si la vida me permitirá verla pasar y reflexionar después sobre estas páginas de barbarie y perversidad, de locura y ensañamiento. ¿Cómo la recibirán estas próximas generaciones que nacerán y crecerán en una Venezuela emponzoñada por esta figura tenebrosa, por este militarote que se cree dueño absoluto del país y ya hipoteca sus propias vidas con desatinos financieros que convulsan sus destinos? Cuando Hugo Chávez ordena con esa prepotencia inculta y barata, cuando al hablar de los venezolanos dice “me lo”, como si todo fuera suyo, uno siente una rabia, una impotencia, que pone a prueba nuestra misma integridad, provoca salir gritando, recorrer la calle motivando, reactivando conciencias y voluntadea. Y eso tampoco lo podemos hacer. Este es hoy un país de “sapos” y cómplices. Los que luchamos contra esta Venezuela que se nos obliga a soportar, donde la moralidad es un bicho raro que fastidia, y los prontuarios están de moda en el gobierno. Donde la verdad es una mentira repetida mil veces y el militarismo, ese mismo que Bolívar, el profanado, el personificado y sacado de contexto cada día lastimosamente, despreciaba defendiendo siempre el espíritu y el mando civil como único garante de la libertad. El venezolano está hoy frente a su más gigantesca y exigente compromiso. Tiene que rescatar la responsabilidad de servir a su país que nunca ha permitido la opresión, que no ha contado nunca sus muertos a la hora de luchar por la libertad. No es posible un hombre enloquecido vociferando por treinta años de cárcel a una juez ni sometiendo al odio y la venganza a otros venezolanos. No se pueden ignorar a los venezolanos que hoy sufren los estragos de lluvias y desastres porque no lleven la franela roja rojita ni se pueden aceptar las discriminaciones que les tocan insultantes por ese “bocazas” que pone en riesgo nuestras vidas y nuestro futuro. Los cobardes no somos nosotros.

jueves, 9 de diciembre de 2010

"Las hallacas son mi vínculo de afecto"


Imagine que al abrir una hallaca sobresalga a la vista una brillante tirita de dulce de lechosa y que, al probarla, usted sienta, simultáneamente, el gusto del consomé de pollo en la masa; el toque espirituoso de la sidra; el sabor del guiso aderezado con aceite de oliva; el ají dulce robándose el show entre los vegetales, y las crocantes almendras blancas salpicadas por las jugosas pasas rubias.

Así, más o menos, puede describirse la experiencia gastronómica de un comensal después de abrir y degustar una hallaca concebida por la periodista, locutora y escritora venezolana Isa Dobles, confesa amante de la cocina que, este diciembre, producirá y venderá —por séptimo año consecutivo— un número estimado de 1.800 unidades del esperado plato típico navideño, para una asidua clientela fija, a la que se suman aquellos a quienes siempre se las obsequia, familiares, amigos y personas de bajos recursos a los que no deja privarse de su sazón. Paladares como los de los gastrónomos Armando Scannone y Ben Amí Fihman han elogiado el talento de Dobles para estas artes.
Al igual que colegas suyos como Kico Bautista, Carla Angola y Nelson Bocaranda, quienes promocionan estas creaciones culinarias caseras en sus espacios mediáticos. "Yo les digo que no hablen tanto de mis hallacas porque los clientes van a reventarme el teléfono y ya no me doy abasto", dice, simpática, la otrora conductora de exitosos shows televisivos y radiales como Nosotros Venezuela y Operación Contacto, quien, entre otros proyectos, se encuentra en plena producción de El Caraqueño, un libro a editarse en 2011, que cuenta el encuentro de un joven contemporáneo con el espíritu de Simón Bolívar.
Fuera de la literatura y los medios, la relación de Isa con con las hallacas se remonta a 1949, año en el que su padre, Alejandro Oropeza, quien estuvo tras las rejas por pertenecer a la resistencia política contra el régimen de Marcos Pérez Jiménez, es exiliado a Costa Rica, donde es nombrado técnico de Las Naciones Unidas para América Latina. Dobles, en compañía de su madre Margot de Oropeza y de su hermana Julieta, encuentra en la cocina una manera de sobrevivir a la inminente crisis económica que embargaba a la familia en tal contexto, un capítulo de su vida que duró 10 años, hasta que la caída de la dictadura, en 1958, le permitió regresar a estas tierras.
Historia de una sazón ¿Hallacas en el exilio? "Así es. Mi papá ganaba 780 dólares mensuales y los repartía a los otros exilados políticos venezolanos que llegaban a Costa Rica. Nuestro presupuesto se reducía considerablemente. Entonces, fue él mismo quien nos propuso: '¿Por qué no se ponen a vender hallacas?'. Las bautizó como Hallacas Margarita, en honor a mi mamá. Era el mismo nombre de la pescadería que tenía acá en Venezuela y que por razones obvias tuvo que cerrar". Entonces sobrevivieron gracias a la cocina… "¡Muchacho!, nunca pensamos que iba a irnos tan bien.
Los otros exiliados nos hacían propaganda. Terminamos elaborando 1.000 al mes. Llegamos a exportarlas a Cuba, Santo Domingo y Panamá, donde se vendían en dólares. Salían en el primer avión de la mañana y ya en la tarde estaban en su mesa de destino. De manera que mientras papá mantenía a los expatriados, nosotros a él".
¿Por qué decides retomar la venta de hallacas hace siete años? "Sería una mentirosa si te digo que por una necesidad económica. He trabajado toda mi vida y tengo unos hijos que siempre me han apoyado, especialmente desde que no estoy trabajando en los medios, por los 79 años que tengo, aunque esté muy lúcida. Pero como no puedo estar sin hacer nada, todavía escribo libros y hago unas colchas que ameritarían otro artículo (risas) y, por supuesto, las hallacas en diciembre". ¿Qué comentarios recibes de los clientes? "Hay quienes llaman a preguntarme cosas como: '¿qué les pusiste este año?'. Y les contesto: 'no sé'. Pero claro que lo sé (risas).
En una oportunidad, un señor maracucho, después de que yo había 'bajado la santamaría', me dijo: '¡No podéis hacerme esto! Hagamos un negocio: te pago cada hallaca a 1.000 bolívares fuertes y te compro 10'. Tú sabes cómo son los maracuchos de exagerados. Terminé regalándoselas. Negarme es todo un proceso. Hay hasta quien llora cuando se acaban. Esto, más que un negocio es un vínculo afectivo". ¿Qué hay detrás del misterio? "Si tú me preguntas qué hay detrás de los programas que yo conducía como Nosotros Venezuela u Operación Contacto, que tuvieron tanto éxito como lo tienen mis hallacas, yo te diría que los ingredientes son los mismos: devoción, respeto y compromiso". Es una fórmula fija… "Fíjate que, en la cocina, yo siempre había dicho que trabajaba al 'ojo por ciento'. Pero un día, el escritor dominicano Juan Bosch me corrigió diciendo que yo cocinaba al 'ojo meneado' (risas), justamente porque nunca empleo fórmulas fijas". ¿Cómo es una jornada "hallaquera" en tu casa? "Comenzamos a hacerlas el 8 y terminamos el 20 de diciembre. Por lo general, preparamos 240 en una noche. El guiso de esas 240, que es mi responsabilidad, está listo un día antes de la primera sesión, proceso que se repite por cada lote de 240 que hacemos a diario.
La gorda (Emperatriz Domínguez, su amiga y asistente) me ayuda a extender la masa, Gladys Becerra (otra de sus grandes amigas) las amarra preciosas y Orlando Segura (de quien se dice es el fan número uno de Dobles) se encarga de meterlas en el fogón". ¿Cuántas harás este año?"No quiero pasar de seiscientas. Ya el cuerpo no me da para tanto. Cada vez que termino de hacerlas me duele la columna y tienen que inyectarme vitamina B y este año, para rematar, me caí como una tonta por tropezarme con el cable del teléfono y me lastimé la pierna izquierda. Por eso es que desde hace un tiempo para acá me digo: 'No más tentaciones con la izquierda'".
¿Llegó a probar tus hallacas Fidel Castro? "Le enloquecían. Me las pedía desde julio. Una vez dijo que tenía que encontrarle el significado a la palabra y bromeó: 'Eso tiene que traducir 'Allá, acá' (Venezuela en Cuba). Hasta se las recomendó a Nelson Mandela en un almuerzo que compartimos los tres en 1991". Aparte de Castro, ¿qué otras figuras públicas las han probado? "Políticos como Carlos Andrés Pérez, que decía: 'Están sabrosas, lo malo es que son caraqueñas y no andinas' (risas). Luis Herrera Cámpins, a quien siempre quise tanto, Rómulo Betancourt y Ramón J. Velásquez, a quien siempre consiento también llevándole tortas de queso.
De los medios, los clientes fijos son Carmen Victoria Pérez, Kico Bautista e Ibéyise Pacheco, Carla Angola, Roland Carreño y Nelson Bocaranda". ¿Nunca has pensado en expandir el negocio? "Kico me dice: 'Si con cuatro personas has hecho más de 1.500, con 15 podrías producir y vender, por lo menos, cuatro mil al mes'. Pero, ¡qué va! A todo lo que hago me gusta ponerle mi sello.
Y en el caso de las hallacas eso se traduce en componer el relleno como si fuese una pintura, decorar la masa, vigilar la sazón y la presentación. Industrializar esto sería perder ese toque de lo inusitado".
¿En qué piensas mientras las preparas? "En Costa Rica. Veo claramente a mi mamá paradita diciéndome: '¡Extiende bien la masa hasta que quede delgadita!', a mi hermana amarrando las hojas mientras cantaba boleros, con esa voz tan bonita que tenía, a mi papá aupándonos en plena faena, a Raúl Leoni diciendo que las aceitunas de su esposa eran distintas a las nuestras. Los recuerdos vuelven con los ingredientes".