miércoles, 27 de julio de 2011

El Chávez narcisista y su otro yo

Yo me he preguntado en muchas columnas cómo es posible que los venezolanos hayamos aguantado tanto – una pregunta que para la mayoría debe ser repetida, cotidiana. No hay nada que no se nos haya hecho, no hay un principio que no haya sido burlado, una ley que no haya sido violada, un valor familiar, político o humano que no haya sido pisoteado.
Viendo en estos últimos días el “exhorto” hecho por Chávez a la “justicia” que es él, y además agregar que lo hace por su “condición humanista”, como si el personaje que “exhorta” no fuera el mismo que los metió presos, que no les permitió adelantarse en su salud y su lucha contra el mismo cáncer que teatralmente utilizan él y los suyos llevándolo y trayéndolo en su avión particular con cama y todos los lujos, mientras estos presos no pueden siquiera compartir el miedo y el malestar con sus familias que han pasado por su capricho de poder, siete años sin sentarse a la mesa de comer con sus hijos o bendecirlos antes de acostarse o atenderlos en una enfermedad.
El “humanitario” es consentido por Fidel, la ignorancia arrodillada ante las manipulaciones, sometida por limosnas disfrazadas de derechos asi como el personalismo, la barbarie, la mentira, el militarismo, adornan al régimen en una llamada “democracia moderna”.
Pero hay señales que invitan a reflexionar: antes que todos los argumentos y factores, una verdad contundente: la lástima no es un sentimiento constructivo. Chávez y los suyos juegan a eso. En la lástima uno se entrega a lo que no puede cambiar, abandona la esperanza, desestima la lucha.
Está por verse si Venezuela y el destino de sus generaciones quiere salir adelante, borrar del libro de su historia de dignidad y libertad estas páginas que la ensombrece, que la empequeñece.
A estas alturas, el acondicionamiento de la verdad sobre qué pasara realmente con Chávez, pesa sobre el espíritu nacional. Pero este hombre que se retroalimenta de su propia imagen, que impulsado por su narcisismo se ve a sí mismo en la pantalla aplaudido, llorado por la histeria colectiva, que se ve una y otra vez “glorificado” por el destino, inmerso en frases cursis, remontado a la época del Libertador buscando su estilo, su lenguaje fuera de tiempo, romántico y sublime, “perdonando” como si no fuera el victimario, halagado por quienes compra en conciencia y vicios tendrá que enfrentar al otro que no es valiente, que actúa heroicamente en su irrealidad, en su enfermiza obsesión, que lleva sobre sus hombros perversidades y atropellos, que ha provocado odios y distancias, dolores y sangre.
Para asumirlo se necesita valor. Chávez se aleja de la verdad que gravita sobre él con esa imagen que es él en la pantalla. ¿Será capaz de entenderlo? ¿De acercarse al que realmente es para por lo menos detener la arrogancia? ¿Que si acaso es verdad que la vida te señala a veces, la actuación es tuya y por ella al final serás juzgado? ¿Recordado? ¿Que porque él se crea grande no quiere decir que lo es?
Venezuela no es Cuba. Faltan Evo y Ortega en esa comparsa que bailan Correa, Maradona y Humala en La Habana. Ahh, y Sean Penn!

martes, 26 de julio de 2011

Buenos Aires de Macri

Buenos Aires tiene su particular peso en la decisión popular y Macri, después de cuatro años de gestión, apoyado en las “juntas” comunales, una juventud apasionada trabajando con alegría, convenció
Con tantas noticias precipitadas, no había comentado algo que es interesante para quienes como nosotros y es el triunfo absoluto, contundente, de Mauricio Macri en Argentina. Como en las elecciones parlamentarias pasadas, el “kirchnerismo” fue barrido por la oposición. Hay una obligada segunda vuelta que hasta se duda en celebrar, por la enorme ventaja obtenida. Ahora viene la provincia de Santa Fe.

La confirmación de la candidatura de Cristina no pareció, en lo más mínimo, convincente para los bonarenses que se lanzaron a votar contra ella. Aunque el poder es, como aquí, una bien lograda caricatura de una “democracia moderna”, los medios de comunicación están en el discurso y la conducta de la trama “revolucionaria”, son varios ya los casos de presión, la corrupción campea, y la relación gaucha-venezolana tiene ya sus matices de obvia complicidad.

Buenos Aires tiene su particular peso en la decisión popular y Macri, después de cuatro años de gestión, apoyado en las “juntas” comunales, una juventud apasionada trabajando con alegría, convenció. Ni siquiera el football, que es la primera pasión de los argentinos, distrajo a los macristas de su misión. Demostrar que Argentina no se cree todos los cuentos, que está alerta, que hechos repudiados como el premio otorgado a Hugo Chávez por la Universidad de La Plata, no son ajenos al sentimiento íntimo de los argentinos, que Antonini y De Vido están en su memoria, que este lastimoso suceso que implica a las Madres de Mayo con el gobierno en el que millones de dólares pasan de mano en mano sin claridad, sin transparencia, no han dejado de sentirlo, de verlo, de criticarlo. Es verdad que los argentinos llevan como al tango mismo, la debilidad de una mujer en el poder desde Evita, enmarcada en otra época, en otra historia.

Pero allá todavía hay instituciones, un Poder Electoral que garantiza resultados. Esta decisión se respeta, no permitiría sus ciudadanos que un intento de rechazo a esa decisión fuera intentado. Nos llevan una ventaja. Grandísima. A estas alturas, nosotros sabemos bien poco como estamos, seguimos dependiendo de esta inquietante espera, el alma colgando en un hilo mientras el ardor, la emoción, están frenadas impotentes ante las órdenes cumplidas por el servilismo político que avivado con el habitual histrionismo de un hombre que no sabremos cómo justificar en nuestra historia, sufrimos cada hora, cada minuto, cada día. Nos sentimos burlados, humillados, maltratados. Y tenemos razón. Porque lo hemos sido. Lo que cada uno no puede contestarse sin titubear es esa inclemente pregunta: “Cómo hemos permitido que esto llegue hasta aquí”?

lunes, 18 de julio de 2011

“El presidente electo de Perú, Ollanta Humala, visita este viernes en Caracas al mandatario Hugo Chávez, recientemente operado de un tumor canceroso, para desearle “como amigo” una pronta recuperación y para garantizarle su deseo de incrementar la cooperación bilateral.”

“Hugo Chávez viajará a Cuba para someterse a quimioterapia”
El mandatario venezolano dijo que continuará con “la segunda etapa de este proceso lento y complejo de recuperación” “Mi señor Jesucristo me ha inspirado la humildad y el pueblo soberano ha acuñado en mi la convicción de que necesario es vivir y necesario es vencer. Viviremos y venceremos”, afirmó el Gobernante al concluir la carta.”

“Chávez seguirá quimioterapia en La Habana” “El presidente Chávez pide permiso para hacerse quimioterapia en Cuba “El presidente Hugo Chávez anunció el viernes que solicitará a la Asamblea Nacional una “autorización legislativa” para viajar a La Habana y seguir su tratamiento por el cáncer.
La prensa internacional sigue la telenovela, capítulo a capítulo. Un hombre violento, prepotente, mentiroso, que se valía del poder absoluto para insultar, amenazar, agraviar, violar leyes y principios, hoy solicita a su Asamblea, la que posee fraudulentamente en unas elecciones manipuladas para lograr que la mayoría de votos no resultara triunfante sino la división que había estructurado en los municipios, hoy solicita “humildemente” permiso para viajar.
Rompiendo todas las normas constitucionales gobernó desde Cuba desafiando a un país paralelo a su fantasía enfermiza. Él vive su novela, arrastra el delirio de sus seguidores que se conmueven alienados por el guión astutamente escrito en enardecimiento, en histerismo, los lacayos del poder en corte mansa.

La Venezuela paralela, la otra, la de la realidad pasiva y expectante, ansiosa y angustiada o rabiosa, enfrenta lo que ya no la asombra siquiera, como si no encontrara fuerzas para rebatir la pesadilla.

Oswaldo Álvarez Paz es sacado del juego electoral con una sentencia de dos años porque se atrevió a opinar. Enrique Capriles Radonski, otro candidato a las primarias democráticas, es acusado delictualmente en un caso forjado como siempre; María Teresa Castillo, uno de los patrimonios más importantes si no el más, de la cultura venezolana, es insultada, vejada por un despreciable personaje de la tv arrodillada ante el poder, otra herida desgarradora al alma de esta Venezuela mutilada en sus valores y sus sentimientos. Los Comisarios presos hace años siguen cayendo uno a uno por dolencias, uno, Forero, es diagnosticado con un cáncer de próstata. Pide facilidades para activar su tratamiento. Pero tiene que esperar.
Lo más importante es lo que dirá el actor de la telenovela, otra vez “ungido” eclesiásticamente, declarando con las manos unidas y mirada al cielo, que seguía siendo el monaguillo de antes.
Los líderes de la cárcel que enfrentaron a la Guardia Nacional llenando titulares de horror, huyen con los efectivos cercando el lugar, así como estaban también cuando llenaron la prisión de armas y drogas. Y el actor de la telenovela sigue frente a las cámaras cantando, rezando, ordenando, manipulando a un pueblo ignorante. Manso.
Dos Venezuelas por caminos distintos. Dolorosamente.

jueves, 14 de julio de 2011

¿Tanta bulla por un cantor?

Cuando veo las fotos de su cuerpo tirado allí, se me estremece el alma. Lamentablemente, cuando es tu día, con una bala basta
Para despedirse, expresó: "Ya le di las gracias a ustedes. Las daré en Quetzaltenango, y después que sea lo que Dios quiera, porque él sabe lo que hace”. Así se despidió Facundo Cabral de los guatemaltecos después de su última actuación. No fue fácil para el cantor ponerse en manos divinas, delegar la responsabilidad y la angustia sobre su vida, así, totalmente. “Le estoy muy agradecido.

Es el único que ha podido con este tumor. Nuestra relación es de amigos, de amigos cercanos. Yo no ando por allí lloriqueando mis dolores ni mis temores porque sé que estoy en sus manos y me escucha. Lo que le cuento a él sólo él lo sabe”.

Y Facundo tenía ciertamente mucho que contar. Lo hacía adornándolo con las cuerdas solidarias y la voz que perdía la fuerza y no le importaba a su público porque Facundo contaba y contaba y contaba de aquí, de allá, de la vida, de las mujeres hermosas, de la madre que seguía cocinando, tejiendo, levantando hijos. Cuando se enamoró de aquella Bárbara norteamericana, reina de belleza, cuando nació su hija, aquello lo maravillaba. Y cuando ambas murieron en un accidente de aviación, se le olvidaron las ocho lenguas que hablaba, ninguna letra calzaba en el desconcierto para hilvanar aquel pesar.

Lo conocí cuando vino por primera vez a Venezuela. Cuando apareció en el hotel donde se hospedaba, yo preguntaba por él. El muchacho me lo enseñó con la cabeza. Alto, cabello oscuro desordenado y frondoso, blue jeans desgastados, guitarra colgando del hombro, una de las manos ocupada con libros y, la otra, con una barquilla de helado. Solté la risa. “Vos sos la periodista que va a entrevistarme? ¿Querés helado? .-no quedaba casi nada en la barquilla. El, la acercó a mis labios y yo absorbí lo que quedaba.

El miró sonriente la barquilla vacía y dijo: “Abusaste ¿ah? No creí que lo aceptarías. Y la risa fue abierta, sabrosa:.-“Entonces para que me la ofreciste”.-pregunté. Allí comenzó una amistad que sobrevivió a la distancia. Este 9 de julio, el día después del cumpleaños de Mercedes Sosa, lo primero que sé en la mañana al despertarme es que me llamó mi hijo de Costa Rica. Quería darme la noticia. Mis hijos crecieron compartiendo la figura que venía y se iba y siempre estaba en nuestros corazones. ¿Ocho balas? ¿Diez y seis balas? ¿Tres camionetas? Cuando es tu día, basta una bala. Un hombre dispuesto a matar.

En su lucha por sobrevivir, era para él un ritual a cumplir ir a Quetzaltenango, decía que la sabiduría de sus indios era mágica, que lo habían ayudado mucho en sus reflexiones. Cuando veo las fotos de su cuerpo tirado allí, esperando ser recogido, se me estremece el alma. Un hombre de paz. Un hombre bueno.

miércoles, 13 de julio de 2011

¿Cáncer o show político?

Uno ve ese teatro sentimental, engañoso y cursi montado en el “balcón del pueblo” , aquellos rostros arrastrados en su histerismo, por aquella victimización sublimizada por el drama contado una y otra vez
Charito Rojas, amiga y excelente columnista, escribe una verdad muy grande:”los venezolanos somos tan buena gente que rayamos en lo pendejo”. Yo lo he escrito también de distintas maneras pero apoyarme en su columna me da cierta fuerza que nunca sobra. Escribe un montón de cosas dichas por otros pero ella lo hace a su manera y es contundente, realiza un análisis crudo de lo que estamos viviendo.

¿Qué no se ha dicho? Uno ve ese teatro sentimental, engañoso y cursi montado en el “balcón del pueblo” , aquellos rostros arrastrados en su histerismo, por aquella victimización sublimizada por el drama contado una y otra vez y que puede confundirse por segundos porque ningún ser humano de bien, puede alegrarse por la tragedia de otro. Aquí la verdad es que todavía no sabemos si el cuento es así o es simplemente otra burla revolucionaria para rescatarse en su popularidad porque este país ya no aguanta más los excesos de Chávez por destruirlo.

Alguno escribió sobre la personificación de Bolívar y cómo en esa mente saturada de ambiciones de poder y lo que considera “gloria”, si esta dolencia es cierta, significaría para él la tuberculosis y cualquier otro discurso si no este último desde el balcón, el testamento del moribundo Libertador. Tal vez algún psiquiatra estudioso de una mente como esa, podría decir más sobre el tema. Esto me llega también, de un amigo de red, compañero de angustias y esperanzas: La prepotencia, la fuerza, el poderío total que se tiene o que se quiere tener sobre todos los venezolanos no cambiará los designios de Dios.


Los decretos mentales se cumplen, quien siembra odios recoge tempestades, quien llama constantemente a la muerte es al primero que le llega. Públicamente decretó que tenía cáncer, si todo esto es sólo un show político y no está enfermo de cáncer, ya se lo decretó y su cerebro le obedecerá. La prensa internacional en sus distintas versiones ofrece la oportunidad a sus lectores de comentarla.

La opinión popular se deja sentir:“Socialismo o muerte. Socialismo o muerte. Se dice que las cosas caen por su propio peso. Democracia y libertad y, la libertad, es la mejor opción”. Mensajes solidarios a lo que se supone estamos viviendo. Pero no hay una sola señal colectiva, de rechazo o reclamo que nos haga emocionarnos no ya ante las mentiras o dudas, sino por nosotros, por lo que quieren hacer de nosotros y nuestro destino que no parece, porque nadie nos lo demuestra, luminoso o feliz.

Este no es momento de titubeos ante una mayoría que desde que salió a retar todo y ganó, no ha vuelto a tener motivación alguna para conservar la fe. Si no se activa esa emoción, no podemos esperar que se recobre la voluntad asediada por tantos sentimientos contra puestos todos los días y tan ventajosamente. El liderazgo no es solamente ganar elecciones, ni la democracia tampoco. Es confianza, entusiasmo, vernos a los ojos, abrazarnos, compartir la fé en nosotros mismos y en lo que creemos.

martes, 12 de julio de 2011

Carta abierta a “taburetico” Chávez

Posiblemente muchos venezolanos que abren esta página no tienen idea que me estoy refiriendo a ti, pensarán que esta carta abierta está dirigida a un boxeador, o un pelotero. Porque es muy difícil que todos conozcan esa historia, cuando en la Academia militar, tras bastidores, salías a ponerme y quitarme un taburetico para no estar moviendo tanto el micrófono cuando llegaban cadetes más altos que yo durante la elección de la reina de la Academia, que por supuesto, debido a mi metro cincuenta y siete, eran todos.
No es la primera carta abierta que te escribo.
Esta vez, escribirte es la primera reacción ante una carta que navega en la red de Daniel Chalbaud, uno de esos venezolanos de la industria petrolera a quienes cruelmente con un ¡“fuera”! despiadado destruiste su vida en una de esas ocasiones tras la cual a lo mejor sonreíste y comiste dulce de lechoza. Un venezolano que ha pasado por el dolor de perder una hija y su esposa por cáncer.
“Tu cáncer es tuyo y de quienes te aprecien, lo comprendo. Pero la enfermedad con que inoculaste a 23.000 trabajadores y trabajadoras petroleros hizo metástasis en hijos e hijas, esposas o esposos, madres o padres, abuelas o abuelos, tíos o tías, amigos o amigas, tan Venezolanos o Venezolanas como tú. Esa maléfica vacuna la hiciste efectiva, con nombre y apellido, con el triste y muy conocido Listado de Tascón (?), con el Listado de Inhabilitados (?) y, con el tiempo, extendida a estudiantes, educadores, militares, enfermeros, agricultores, funcionarios policiales y cientos de miles de desconocidos empleados públicos.”

Yo te veo hoy, repitiendo una y otra vez tu historia clínica que no ha avalado ningún médico, disfrutando este momento de locura, de obstinada manipulación, de desafiante y perversa alienación, de indolente irresponsabilidad, y te confieso que quisiera ser una autoridad psiquiátrica para poder definir claramente ese proceso desde el taburetico y el soldadito gris y el uniformado de no sé qué grado, porque lo sublime del servilismo, el halago, el temor y los vicios del poder, más tu propia personalidad no libre de graves desórdenes, te suman estrellas y botones que reclama tu narcisismo.
Quisiera saberlo para ayudar a Venezuela con más efectividad. Porque creo que allí es que está el verdadero problema. La cabeza es el cerebro. Pero también la conciencia.
Tú desafías la verdad porque has hecho de la mentira una fantasía.
¿Tú crees, Hugo, que el terror a perderte de Fidel y Raúl es por el amor que te tienen? ¿No te ha pasado por la mente ni por un segundo el daño que has hecho? Un Daniel Chalbaud para ti no significa un ser humano, ni un Forero, ni un Simonovic… Son víctimas necesarias de la revolución que eres tú.
Pero si es verdad todo lo que has contado en esa gloria fatalista y teatral, Hugo, ¿te has enfrentado realmente a ti mismo? Porque vas a necesitar, Hugo, cuando llegue el momento, todo el valor que no has tenido, te vas solo con lo que has hecho y lo que eres, no te llevas ni uniformes ni serviles, ni te aplaude el histerismo ni te reciben alfombra roja o cañonazos. La verdad. Solo eso. Y ni siquiera tienes que decirla. Ellos la saben.

martes, 5 de julio de 2011

No es fácil pasar de perverso a bondado

Ya está dicho lo que teníamos que haber sabido desde el principio.
Uno tiene que contenerse, y mantener en sus espacios al hombre gris, deteriorado, impactado por el golpe inesperado de la vida, y en otro a Venezuela.
Porque no son lo mismo por más que nos repitan el cassete todos los días, a todas horas. Yo recuerdo cuando las misas a mi hermana conversando con el Padre en la puerta de la Iglesia, alguien le preguntó sobre los pecados más repetidos. Y de esto hace diez años. Él contestó, con una mueca con la boca: “Eso cambió. Ahora es un deseo pecaminoso que se asume como pecado por el mismo confeso y es más bien una confidencia.”
Todos sabíamos de qué se trataba.
A estas alturas uno no sabe si culpar a la vida, al destino, a las estrellas o a lo divino por lo que nos pasa. Pero que le digan a uno a los 50 y tantos años que tiene un cáncer, como sea, terminal o en proceso, esperanzador o no, es un golpe muy duro que tiene que dejarlo a uno en shock por algún tiempo.
Y si es un ser humano con la personalidad de Hugo Chávez, la ambición de gloria, esa prepotencia del que se cree dueño de su propio tiempo, que complace al ego tratando como rebaño a los demás, que se complace en la incomprensión y el insulto, que no reconoce virtudes en otros seres humanos si no se doblegan ante él, quien miente por mentir, es terrible.
¿Cuál gloria?
No es fácil pasar de prepotente a humilde o de perverso a bondadoso. Páginas de dolor y humillación, de sangre y barbarie han colmado casi trece años de nuestra existencia. El personalismo, el militarismo, la injusticia, la impotencia y la desesperación se han instalado en esta Venezuela hostil y mutilada en sus principios bajo la fuerza oscura de órdenes tenebrosas.
Verlo allí con otra voz en la pantalla, que es su casa, porque ella le devuelve una imagen que narcisamente aplaude, esta vez contando el drama de su salud, provocó un sentimiento confuso en mí. Estaba la consideración por el ser humano, en ese instante eso era lo que me conmovía, ese hombre que no era ya el que removía el dolor y la rabia, sino un ser humano más sufriendo lo inesperado, lo inevitable. Que desde Cuba nos desafiara con el silencio irresponsable, que Venezuela siguiera sufriendo los atropellos de los desquiciado, lo inconcebible, que siguiéramos como corderitos manejados por regímenes o Estados ajenos a la soberanía y la dignidad, todo eso no pudo con aquellos minutos que manejaban los principios y los sentimientos enseñados por mis padres.
Pero este gran amor que es mi país me rescató de debilidades y confusiones.
Una cosa es eso, un ser humano en su adversidad. Y otra, la adversidad que vive hoy Venezuela. Ya las pantallas se llenan otra vez. Sigue la novela trágica en capítulos repetidos bajo el mismo guión. Fidel es San Fidel y Cuba es el mejor país del mundo. Adán, el hermano, está en todo. La sucesión lo reactiva.
Chávez suelta una de sus frases: “la superación del hombre como animal al superhombre”. Lo dice desde su despacho en Cuba con Bolívar a sus espaldas. Que como Venezuela, silenciosa, ¡se cala esta locura!