Luis “Mono” Zuloaga: a los 90, se fue llevándose sus “curvas endemoniadas”.
¡Yo gozaba un “puyero” viéndolo pitchear!
Tuve la inmensa suerte de entrar en la pasión
por el beisbol encandilada con aquella
figura extraña, que desde el montículo ofrecía aquella inquieta y singular personalidad convertida en candente castigo a los bateadores. Si anunciaban o se sospechaba que “el Mono”
era el pitcher señalado, mi padre nos llamaba excitadísimo a mi hermana
y a mi desde donde se enteraba: “ las recojo. Va a pitchar el “Mono”. Nos
marcó. Si algún lugar nos era familiar era el Stadium de San Agustín.
Y el “Mono”
fue motor de esa pasión que se
instalaba en nuestras vidas. La gente decía que era antipático, hosco. Despues,
cuando vividas todas las emociones, brincar con cada bola que arrancaba el “striiiiike” del
umpire principal, aplaudirlo casi
llorando, en una de esas oportunidades que ya en los medios me ofrecían los Criiollitos,
lo entrevisté. Nos aislamos en las gradas
y allí, frente a aquella figura que
era un gigante en mi memoria adolescente, tuve que contenerme en un sentimiento incontenible de agradecimiento, de inmenso
respeto. Habían pasado los años que
recortaban la distancia entre los
dos. Pregunté dándome tiempo:
“¡Qué significa
para ti estar aquí con un equipo infantil después de ser tan importante en el beisbol venezolano”?
“Esto es lo más importante.-contestó
enredado, entre risa y moviéndose en la grada de un lado a otro,
como si no supiera si quedarse o irse corriendo donde los muchachos se
alineaban. Y de repente, se quedó
quieto, me miró fijo y sonriente y me preguntó:
¿“ Tú quieres que yo te cuente?”. Y se soltó.
Habló del Cervecería y sus compañeros.
Se extendió en Julio Bracho. Así, a medio entender, porque no era fácil
entenderlo todo. “Tú eres electrizante”.- le dije en un momento. “Era”.- aclaró. Caminamos de regreso.
Yo no
escuche la entrevista hasta oírla en el programa. Me quedé esos dos días
con esa emoción personal de estar con mi ídolo,
cerca de su historia, reviviendo sin estridencias aquellas jornadas que él sustentaba con la magia de su brazo desafiante. Una vez me cansé de contar
strikes! ¡Diez ponches!
¿“Por qué te dicen “Mono”? ¡“Bueno, por
buenmozo no es”!
Luis...Luis “Mono” Zuloaga. Zurdo. Uno de los grandes en la historia del
beisbol!
¿Gracias una y otra vez!
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ISA DOBLES