Con una chaqueta tricolor que dice: “Nicolás Maduro, PRESIDENTE” y frente a
una “claque” de refugiados que aplaudían cada desplante, como un payaso encendido en colores patrios y reforzado por la imagen del difunto con la banda, el collar, las medallas, la
corbata roja, el escudo.
Y sobrecargado de una arrogancia lastimera, Nicolás se lanzó a atacar a Lorenzo Mendoza en una arremetida
que dice pródigamente de sus complejos
y cobardía.
Auto proclamándose otra vez “Presidente obrero”, hizo
el papelón de su vida. Imposible contestar con inteligencia a Lorenzo Mendoza.
Todo lo que no quería enfrentar está en ese empresario exitoso, joven,
preparado, que se le había adelantado ya ante
la opinión pública de manera
directa, sin titubeos, y sin más poder que la verdad. Se pavoneó ante una audiencia
obligada a aplaudir para que se le tomara en cuenta en su necesidad más
urgida. Mientras el País se hunde por todos lados, mientras todos sus sectores
son víctimas de esta farsa “revolucionaria” que se inunda de rechazos,
reclamos, incapacidad y corrupción, este ilegítimo que tampoco ha sido “líder sindicalista” ni es hijo del difunto, se “parapetea”
solitario y titubeante tras una arrogancia estúpida, febril, que ya es explosión incontenible en el ánimo y el bolsillo cada vez más vacío del
venezolano.
Tiran al ejército a la calle justo cuando van a
declarar nuevamente el alza de los alimentos, la escasez de medicinas , los desaciertos en decisiones vitales para la población
desesperada , el Congreso inoperante por
soberbia , los muertos de cada día, los secuestros, los ministros en
rotación indecente, mentiras y más
mentiras en una pirámide de terror.
¡Cada vez que abre la boca, Maduro mete más la
pata! Internacionalmente su imagen no
puede ser más triste.
Venezuela es la noticia que sorprende y espanta, que
da lástima y confunde.
El legado del difunto
se dilata en este resultado
trágico que se repite, además, cadena a
cadena.
¡Y ya basta!
Isa, excelente! Tu siempre tan acertada. Toda una vida en los medios, eres una guerrera a tiempo completo
ResponderEliminarTremenda columna.
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