El General Antonio Rivero

El que está en el medio, entre Del Vechio y Heredia, su abogado, es el General Antonio Rivero. Véalo bien. Porque ese rostro es el de un valiente.

Y Dios sabe cuánta falta hacen a Venezuela los hombres valientes. Escucharlo por Globovisión declarando desde su salida del Sebin, que se ha convertido para los venezolanos en un espacio tenebroso, así como una vez fue la mismísima “Seguridad Nacional” de Pérez Jiménez con su Pedro Estrada torturador, artífice de maquinaciones y muertes, fue un aliento que agradecí desde el fondo mismo de mi corazón.

“Manifestó que lo primero que hará será chequear cómo está su salud por las condiciones en las que quedó después de la huelga de hambre que emprendió durante algunos días que estuvo en prisión.

Detalló que el próximo lunes deberá acudir al Tribunal Supremo de Justicia para que le entreguen “la imposición de la medida cautelar”. “A luchar y a seguir trabajando para ser el mejor país de América Latina, Venezuela tiene todo el potencial para ser un mejor país, por ello seguiré luchando contra las injusticias de este Gobierno, de la mano de Voluntad Popular, siempre en defensa del pueblo venezolano”, finalizó Antonio Rivero.

Sin miedo, confrontó la cobardía del poder. Su rostro es otro desde esa noche que lo vimos en la pantalla de Globovisión. Pero allí está el coraje, el desafío vivo de un hombre de estas fuerzas Armadas recordando lo que significan el amor, la entrega y el honor de servir a la libertad y a este País manoseado por los más bajos instintos de ambición política. !

Cuando uno ve este rostro demacrado del General Rivero y recuerda el del Ministro Molero, arrodillado asumiendo la contradicción canalla de unas Fuerzas Armadas al servicio de una persona, de un partido, de un interés ajeno a la “patria” a la que está obligado a servir, uno ve a la Venezuela de sueños y luchas, de libertad y vergüenza y no puede menos que dar gracias a Dios porque podemos encontrar la esperanza de lo que somos y defendemos. Y que necesario, que oportuno y que orgullo es recibirlo hoy, contradiciendo la bajeza y la cobardía!

Rivero acudió confiando en principios que se agreden todos los días desde un gobierno ilegítimo y mentiroso, a un “encuentro” con un viejo compañero de servicio.. ¿.Siente algo Rodriguez Torres viendo esta foto que hoy compartimos en esta Venezuela angustiada, humillada todos los días por la traición? Su liberación no es un acto de justicia. Es la rectificación de un gravísimo error.

¡Bienvenido, General! ¡Aquí estamos!