Esa valla está en Aragua. Acusa y condena, impertérrita, canalla

¡Uno a veces se agobia...no es fácil lo que se vive!  Y no es fácil porque  esto no es simplemente una lucha de ideas. Más bien  cuando uno comparte la vida  sin destrozar sentimientos o ideas  porque no son las tuyas, tú te enriqueces como ser humano y eso es maravilloso para uno. 

Pero esta es una lucha cruel, desgarradora, de principios. Se planificó  sacar del juego  a quienes no aceptaran el servilismo y la obediencia a sus intereses y propósitos, como fuera, y a costa de lo que fuera. No se trataba de convencer a quienes dudaban o disentían. Sino de exterminar. Y para ello había que cambiar lo bueno y lo malo, cuando  no se aceptaba lo impuesto. Porque así, fracturando los principios que son leyes no escritas que se graban en  el alma, límites necesarios para convivir, se podría  avasallar   ese espíritu confundido  debilitado en su  fuerza y conciencia. 

Por eso, más que por cualquier otro valor, es que Capriles es peligroso para esta  tenebrosa y venenosa  “revolución”. Porque desde siempre, en cada frase, cada exhorto, cada motivación, Henrique Capriles ha defendido  los principios fundamentales de la familia venezolana. 

Esa valla está en Aragua. Acusa y condena,  impertérrita, canalla. En las multitudes  uno tira una flor o una piedra y se confunde el autor. Aquí está expuesto, a la vista y  conocimiento de la comunidad que  la exhibe y los que pasan. Es lo mismo que hacen también por los medios públicos e internacionales, seguros que esas comunidades mantenidas por temor o por limosnas cómplices de su vileza,  serán siempre lacayas de su poder y su perversidad. 

Yo quisiera que mi país las tumbara una tras otra al aparecer, pero no se si aquel muchacho que asesinaron en una calle de Barquisimeto guardias nacionales,  procedía de una comunidad como está obligada a paralizar su rebeldía por el terror. Lo que nos salva es llegar al fondo mismo del espíritu venezolano, a su reserva moral, a su  decencia manoseada. ¡Porque es desde allí, desde la verdad y el respeto, que esta  agresión se va a acabar! 

Hay familias  adoloridas y perplejas porque seres queridos parecen ser otros...se han educado con las mismas reglas de vida y de repente las ignoran. Contaminados de amargura y odio son reflejo de esta Venezuela mutilada en sus sueños y  contaminada en su  voluntad antes  considerada y generosa, inmersos en ánimos extraños de venganzas ajenas y complejos tatuados en  su alma..

Hay que arrancar de cuajo esa valla que no es Venezuela  de la  que queremos para nuestros hijos y nietos. ¡