Salimos
de noche, obscuro, juntos, iluminados los corazones y con una alegría íntima de reencuentro, de ojos
llorosos de emoción, de apretones y
risas, y de una magia infinita. Henrique
Capriles se las jugó, invitó a retar el temor, a redescubrir las calles
peligrosas, a rescatar espacios tomados
por la violencia, y la Venezuela
retadora que tiene en el alma la angustia por su destino, le
respondió.
Desde
allí, una vez alcanzada la ruta señalada, Capriles invitó a la Av. Bolívar el
próximo domingo. Días cortos, impacientes, abusos, una lucha desproporcionada
consentida por los observadores cómplices internacionales y las instituciones
arrodilladas ante la obscenidad del poder que cubre todos los espacios negados
y manoseados del Estado.
Una
Tibisay Lucena que hasta físicamente se parece al difunto líder castro comunista, esquivando
las preguntas sobre el abuso de las
cadenas lo que hace que uno tenga que
calárselas impúdicas y agresoras ante su
indecente condescendencia...
No
sé cuántos tweets recibo, contesto y escribo, no hay tregua para la información
y compartir este tiempo que no me
permite cansarme. Columna tras columna, Noticiero Digital, Analítica, “Isa al día”
en mi blog…
La
misma entrega, la misma impotencia
dolorosa, la misma lucha, la misma ilusión. No
hay otra opción hasta el último suspiro. Vivimos hoy otro comienzo, se refresca
la esperanza. Hay
algo poderoso esta vez, algo que sucede cuando la gente se reencuentra en el
anhelo compartido.
Este
reencuentro depende de nuestra capacidad de
darnos enteros en el empeño.
Unidos. Juntos.
¡Ese
es el camino!
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ISA DOBLES