viernes, 19 de abril de 2013

Yo, orgullosamente, estoy resteada con la libertad.

Así recibieron a Maduro en Lima. Ya en Maiquetía lo despedían a grito limpio: “Se ve, se siente, Capriles Presidente”!
Y el cacerolazo debe haberlo escuchado el “mano dura Maduro” del norte y del sur de esta América intranquila, porque con consignas contra el gobierno de la Kischner y el mismo Congreso que desconoció la voluntad popular, los argentinos llenaron calles, plazas, autopistas con cacerolas, consignas entre las que no faltaron algunas contra la Venezuela roja rojita, y una intensidad que estremeció todas sus provincias.
 
Los argentinos exigen las mismas cosas que exigimos aquí: seguridad, acabar con la corrupción, prensa libre, respeto, justicia...Cristina, como “!mano dura”, prefirieron irse a Perú a la guarida de Unasur. Y Venezuela volvió a tocar sus cacerolas de un extremo a otro en una contundencia impresionante contra los cohetes que desde los edificios sedes del gobierno, lanzaban al espacio.
 
A la carrera, atragantados para exprimir el poder que ostentan cínicamente, Diosdado desde el Congreso niega el derecho de palabra a los diputados que desconozcan a “mano dura” . Y el iraní Amenayad encabeza la lista de mandatarios a la precipitada celebración. En tono mandón todo, provocador. Van cerrando poco a poco los espacios y solo las cacerolas defienden el grito libertario.
 
La complicidad de los “pseudos demócratas” que gobiernan, aviva la rebeldía de la democracia. Venezuela , el pueblo de Venezuela, el que ha despertado y reacciona ante la brutalidad militaroide , la violencia que se sublimiza cínicamente mientras las víctimas de la oposición son ignoradas en el conteo inmoral y cruel, espera contenida la palabra de Capriles Radonski, que demuestra una y otra vez su capacidad y fuerza ante esta mascarada brutal.
 
Una imagen dura, desgarradora, golpea el alma estupefacta de esa Venezuela: un muchacho desarmado y solitario en una calle de Barquisimeto, cae, en manos de militares que lo acorralan sin piedad. Esa es la Venezuela que permite esta barbarie, este horror. Hoy a las 11 , mientras se ejecutaría el mayor crimen a la democracia y la libertad, las cacerolas acompañarían los pasos de las botas militares y los intereses ajenos que envilecen nuestro suelo.

Un pronunciamiento, después de siete horas reunido, del CNE, hace a Capriles declarar: “estamos buscando solución a un conflicto político que se ha podido evitar.”

Se refirió la intimidación, las persecuciones por el gobierno. Esta ha sido una lucha espiritual y única por la verdad. Se acudió a votar con fe, con esperanza. Solicitamos lo que se hace en una Democracia. Agradeció el apoyo. El cacerolazo como derecho indiscutible de la lucha. Son 12 mil cajas...allí están los problemas. Aceptamos lo que en cadena de radio y tv han anunciado. Estaremos allí.

“Mano dura” nos acusó de conspirar... Acusó a más de la mitad de Venezuela.

Yo, orgullosamente, estoy resteada con la libertad. Estoy con ella. Con esta Venezuela que no lo reconoce. Con la verdad.


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ISA DOBLES