lunes, 26 de abril de 2010

“No hay plazo que no se cumpla ni deuda que no se pague”.

El 19 de abril chavista, sectario, militarista, contrario a su verdadero significado, cursi, provocador y ventajista, es un nutriente más en el dilatado expediente que llena Hugo Chávez para ver cosmética un poco no sólo la realidad del País sino su propio miedo. Porque sabe, está seguro y lo siente en las venas, en la impaciencia del corazón alterado , en la sospecha constante, el chisme que le urge, el otro que ya le fastidia, y la desconfianza a todo y todos. Porque ya es demasiado dolor el causado, hay muchos brazos vacíos que ya no abrazaran al hijo perdido, al padre o el hermano, muchos muchachos partiendo el corazón de los padres que no pueden llevar al hogar lo que esperan comer y muchas mujeres, niños y ancianos con sed tropezando en una obscuridad cómplice del que está listo a matar enervado por el odio, la venganza y la impunidad.”Caracas, una guerra sin nombre”.

Un estupendo reportaje aparecido este 19 de abril en El País de España, con amplia cobertura gráfica, congela la sangre en las venas. “La sangre fluye por sus calles y avenidas, forma un caudaloso torrente que tiñe de rojo el asfalto y traza un peculiar camino, por donde no sólo los cuerpos, sino la ciudad toda y sus ciudadanos se diluyen y se desdibujan”. Pero no es sólo Caracas. Es Venezuela. Para nosotros no es ninguna novedad vivir este horror cada día, cada noche, cada madrugada. Escuchar tiros aquí y allá es cosa de todos los días y luego ubicarlos en los sucesos que aparecen. El 57% considera que la inseguridad es el primer problema, en Caracas, afirma El Pais, se ha pasado de 63 a 127 homicidios por cada cien mil habitantes. En Venezuela 27 millones de habitantes hay 12 millones de armas rondando y ahora el régimen en una permisología enloquecida, no es que lo contempla, sino que lo exige: un arma para cada venezolano. Chávez regala y pide prestado…cuesta mantener el tren de chequera compra conciencias.
Llega a este 19 de abril del 2010 cargando sobre sus hombros todavía, sin podérselo despegar, lo ocurrido en otro abril tenebroso y sombrío que él sabe algún día saldrá a la luz, porque mientras sus socios aplauden a Cristina Kischner, las protestas cierran carreteras y los cerros bajan cargados de piedras por necesidades sin responder en promesas que se cumplen en Nicaragua, en Cuba, en Bolivia, pero no aquí. De aquel 19 de abril de espíritu civil y libertario, lo que se montó aquí es un circo barato que da pena propia, porque no es ajena, es nuestra y es solidaria con el Bolívar que se ofende, que se insulta, con estas payasadas. Compramos armas a Rusia y le pedimos prestado para pagarlas y mientras desfilaban los robots que disparan “gas del bueno” a la población, se ha pedido un préstamo a China de 20 billones de dólares negociando el petróleo:”

Todo el petróleo que China necesita para su crecimiento y consolidación como poder está aquí”.-aseguró Chávez. Pide, regala, compra, vende….el botín. Pero nada más cierto que “No hay plazo que no se cumpla ni deuda que no se pague”. Se firmó ese 19 de Abril de 1810.




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