El
avión tras la “pareja” dice VENEZUELA. La de ellos. Porque la de nosotros
aterrorizados por la inseguridad, por los militares asesinando aquí y allá, por
el alto costo de la vida, por la escasez
y la falta de medicinas, por la corrupción y el odio, no viaja en ese avión....
Por qué nosotros no salimos a la calle,
constitucional y democráticamente convocando, y exigimos que Maduro acabe de
decir la verdad sobre su bendita nacionalidad? Nada es más contundente que la presencia legítima de la
gente en la calle....y nada le resulta más
provocador a la torpeza de este gobierno, el difunto incluido. Al
Madurón que hoy visita Surinam con la
“primera comatiente” para una reunión
del Unasur, o sea, un encuentro entre “ lacayos” que le permite seguir
ostentando el poder que envilece. El
sabe cómo moverse en la ilegitimidad pórque lo rodean círculos de
hombres armados, corruptos y aves de rapiña
que lo que conocen es eso, la rapiña, y porque la madeja de la corrupción
y la legión cubana mantiene por el momento bien
pagadas las comisiones y bien vivos los convenios. Las
informaciones suministradas por el diputado historiador Walter Márquez son específicas. Lo de la partida de defunción de la madre deja poco margen
de duda. Márquez sabe lo que afirma y además tiene contactos que siguen removiendo el infeliz montaje que tiene que aclararse
porque ese nudo escabroso y corrupto tiene una punta que comenzará sola a
aflojarse y lo que falta es ponerle rostro a la Venezuela sobresaturada de
engaños, humillaciones y atropellos. Hemos llenado las calles por mucho menos
de lo que desde que asumiera este cartel indecente y mentiroso nos han hecho, y
no descansan fraguando la próxima cuchillada. Venezuela es hoy un País sin ley
gobernado por farsantes. No podemos alimentar la dormida esperanza con la esperanza de un milagro, de una orden divina que vaya limpiando de canallas el obscuro futuro
mientras una democracia en desventaja les permite seguir cercenando reputaciones y sueños. Con la mentira de
“Patria Segura” seguimos contando cadáveres, y lo que es peor, venezolanos
asesinados por militares entrenados para odiar, para acabar con nosotros como objetivos. Ellos están
expuestos aunque pedanteen de un poder
viscoso de testaferros y asesinos.
Tienen miedo que salgamos de este mansa
aceptación de un destino que se vive ya
como maldición. Cuesta mucho soportar esta Venezuela cruel desvergonzada y contaminada de odio y venganza. Pero tan
cierto e implacable como es el horror con
que vivimos, es que todavía el miedo no ha resuelto nada que el valor no resuelva
primero.
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ISA DOBLES