Nada más lejos de mí que usurpar la autoridad de los siquiatras o sicólogos. Pero esto no es justo
ni normal. Es una carga muy pesada para una población confundida entre debilidades de personalidad y emociones,
todos los días algo estremece o convulsa nuestro espíritu, y la mayoría de las
veces son agresiones contra las que no
estamos preparados. Porque del venezolano se pueden decir muchas cosas,
pero este ha sido en su gran mayoría un
pueblo bueno, bondadoso, cálido. Pero estos catorce años han hecho realmente
mella en nosotros. Hemos recibido una
constante descarga de ataques a
los límites que soportan nuestra capacidad de defendernos, de fortalecernos frente a la
vida. Esas leyes no escritas que son los principios, han sido destrozados en
propósitos personales, en ambiciones y
vicios. Lo que nos enseñaron que era bueno nuestros padres y abuelos, los
cambió el poder en manos de un hombre enloquecido de poder, inculto,
empobrecido de envidias y odios , que como barato actor de telenovelas , les
atrapó en un hechizo enfermizo de promesas y venganzas. Cuando ya ofrecía hervir cabezas de adecos en
aceite, ese pueblo desgastado en su
esperanza, aplaudió. El discurso vengador
se convirtió en cartilla diaria, en casette aprendido de memoria, en letanía..Los
muchachos que llevan catorce años y
roban, asesinan, secuestran, son
calificados de “delincuentes de la cuarta”. Y así se fue transformando este
venezolano limosnero que es conducido
sin compasión a la mentira y la violencia. Que tendrá todavía que enfrentar el
engaño y la mentira que es esto
terrible de un inmoral golpe de Estado
a nuestra soberanía, nuestro destino,
nuestra vida. Venezuela no es esto. Esta locura malsana, amargada,
que no se atreve a mirarse a los ojos. Que tiene que conformarse con el
cuento de otros, con la sombra fantasmagórica que corre por espacios vacíos, o
aceptar que “Ahora su trasero” es de Cuba, o que es Chávez. Cumplir con el
oficio de ser venezolano es lo que nos exige Venezuela. ¡Ahora!
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ISA DOBLES