El General llorón...

Esta foto  navega por Internet..Usted lo reconoce?

Esta foto  navega por Internet..    Usted lo reconoce? Lo titulan el “general llorón” y se lo atribuyen a Cliver, el que rechazaron los pemones en Urimán por el asunto de las minas.  Lo titulan “el general llorón” que según dicen también,  gimoteaba así, mientras  decía que  él no podía hacer otra cosa “porque lo mandaban”. Este, al parecer, y según informan, fue el momento cuando lo devolvían después de un acuerdo que lo único que no consiguió fue que cambiaran al general  que es una medida de arrogancia y no de prudencia. Porque si este general se justificaba así, entre lágrimas, por la disciplina que tiene que obedecer, ya saben que los pemones no le van a aceptar las mismas agresiones, humillaciones y abusos, y lo que él trate de hacer  si no cumple con lo fijado, no sólo no se lo van a permitir, sino que simplemente está en  la “mira pemona”,  que está mas alerta y viva que las lanzas muertas  que Maduro mostraba en su pequeño espectáculo reciente. Esta declaración llorosa de Cliver  pone otra vez sobre la mesa la pregunta, la que si respondió Rosendo en su momento con el episodio de “Tiburon1” cuando no aceptó entrar en aquella  agresión contra los ciudadanos en abril: “ los soldados tienen que cumplir órdenes aun cuando estas sean  contrarias a los principios básicos de consideración y respeto enseñadas a quienes  sirven a la Patria? Si Cliver, llororoso y asustado, confesó que “tenía su familia y tenía que cumplir órdenes” confirma cual puede ser la condición de otro uniformado y más si no  es de “confianza” o alto rango, los que abren y cierran puertas de cuartos y carros, limpian  y esconden lo que “ensucian” los superiores, tienen que cuadrarse ante canallas redomados    y entregar sus conciencias subordinadas  a despotismos  y fantasías. Los pemones    desnudaron a esta fuerza armada “chavista” que un día grita “patria, muerte y socialismo” y otra “Yo soy Chávez”. Hicieron llorar a un general al que  secaran esas lágrimas con medallas, estrellas o soles. Pero ya Venezuela  vió que no es imposible que estos que empujaron al piso al Gral. Martínez, empujaron  una mujer al piso en  Valencia   ,  disparan y arrastran, matan y  maltratan, cumplen ordenes” y se esconden en sus familias cuando las saben violatorias y canallas. Tras esa cobardía y esas lágrimas de cocodrilo del general, tras ese coraje  de los pemones, están los venezolanos que se niegan a humillarse, que no se arrodillan, que aunque lleve tiempo porque el poder se afina y mata, sacaran del cuerpo herido Venezuela este mal inmenso que la consume, las risas de sus hombres mujeres y niños mirándose frente a frente, de sus trabajadores caminando calles libres mirando el sol, limpiaran sus venas, sus voces  unidas en canto de alegría colmaran los espacios  llevándose  el coro sombrío de insultos, ordenes malditas y amenazas, disparos  y aviones bulliciosos desafiando la paz.         Claro que sí!