lunes, 29 de noviembre de 2010

¿Por qué no dejas de venderle petróleo a el “señor Imperio? ¿A qué no?

Un acto de soberanía, montado velozmente en el salón Ayacucho de Miraflores, lo abre Eva Golinger. Como si lo hubiera hecho Piedad Córdoba, por cierto con nuevas evidencias en su contra encontradas en las computadoras del Mono Jojoy. Es esta la desquiciada concepción del poder. En el magno recinto colmado de obras monumentales, un actor esperando su momento de entrar en escena.
La introducción, en la voz teatral de un diputado “honrado” con la designación, sobre actuado, aplaudido por la claque convocada.
Y por fin, aparece el personaje. Con la chaqueta tricolor, lo menos indicado para la ceremonia instalada. ¿A qué se debió este acto? ¿Cuál era el propósito de esta soberanísima cursilería? Todo parecía dirigido a Globovisión. Ese clavo metido hasta lo más íntimo de esa personalidad de graves desórdenes que no puede controlarse. Las amenazas no han cambiado en su ritmo desbocado, es el enemigo más indomable y difícil que le queda. Sus insultos a los Zuloaga, los Mendoza, y todo lo que huela a clase, a logro, a tradición y alcurnia, a decencia y trabajo, sale de esa boca convertido en agravio, en vulgaridad, en ataque feroz.

Y en la cámara, arrogante y audaz, como el más valiente de los hombres del planeta, embiste contra…. ¡el Imperio! A donde se mueren por ir a comprar desde shorts hasta casas. Contra el socio más importante, el mayoritario, el que paga en efectivo, que no compra más petróleo porque no hay, que inmerso en sus propios problemas y con un presidente negro haciendo historia buscando solución a conflictos de gigantesca necesidad, ni lo toma en cuenta. No puede personalizar el ataque contra Zuloaga, sería una debilidad muy obvia. Entonces, con esa cobardía conocida, advierte a quienes votaron para despojarlo de la mayoría:

"La burguesía venezolana debe saber que la ve a acostar cara la agresión contra Venezuela y no estar paseándose ahí", agregó…

Aquello era un “arroz con mango”. La burguesía, el imperio, los apátridas y traidores, todo en el Salón Elíptico y vestidos para la ocasión. ¿Qué más se puede decir? Es lo mismo una y otra vez, sin enfrentar cara a cara a ninguno. A Obama le contaran: “otra vez el militar que gobierna Venezuela…” y Obama hará un gesto con la mano para que no lo fastidien con tonterías. Santos en Colombia mirará el cielo en un súplica silenciosa para que no exploten las relaciones apenas comienzan, Earle Herrera y Desiree Santos aplaudirán a Eva Golinger y a los mismos de siempre pero no al soberano que no está invitado, le dolerán las manos de aplaudir.

"Si el imperio yanqui con todo su poderío, del cual no nos reímos, hay que tomar en serio (…) decide agredir, seguir agrediendo, y agredir abiertamente a Venezuela para tratar de frenar esta revolución, aquí estamos dispuestos, sépalo señor imperio y sus personificaciones, que aquí estamos dispuestos a lo mismito, a morir todos por esta patria y por su dignidad", dijo Chávez.

Esta es una pregunta en vivo y directo a Hugo Chávez: ¿Por qué no dejas de venderle petróleo a el “señor Imperio? ¿A qué no?

Se suspendió la marcha pero no la lucha por la libertad

Hubo, necesaria y dolorosamente, que suspender la marcha prevista por esta emergencia nacional que causan las lluvias y que nos recuerda tanto lo de Vargas, cuando debíamos concurrir con la ilusión de unirnos en la angustia y la esperanza cierta y cumplir con la inmensa responsabilidad que cada uno y todos tenemos con Venezuela.
Esto se dice muy fácil. Pero sería verdaderamente trágico que esa parte de nuestra personalidad que nos detiene muchas veces cuando ella nos reclama, hiciera de las suyas en esta reclamante oportunidad de demostrar al gobierno y al mundo que estamos totalmente convencidos que la libertad, la democracia y el progreso dependen de nosotros los mismos venezolanos que fuimos traicionados con este militarismo fuera de época, esta corrupción y esta opresión que “democráticamente” según los protagonistas “revolucionarios”, fractura principios y contamina el alma de los pueblos.
Allí está Unasur. Correa, Cristina Kirchner, Chávez, Evo Morales, esa complicidad que sin transparencia alguna arremeten contra los medios, sienta en su misma mesa a los demócratas del Continente sin que ninguno de ellos levante su voz para defender la libertad que obstaculizan, porque son la ventana pública de desmanes y violaciones ciudadanas. Allí Hugo Chávez se mueve cómodamente como lo hace en las alfombras rojas dictatoriales o “agradecidas”. Escriben la historia que lideran trastocando la verdad, en su óptica que desconoce otra realidad que no sea esta que traspasa lo inimaginable, que en cualquier momento nos hace preguntarnos si esta impotencia, esta lucha misma, ganará algun día aunque sea un momento de paz, de razón, de ternura.
Y eso no está en un milagro ni en la Corte Penal Internacional ni en ninguno otro lugar que no sea el compromiso de los venezolanos con su pais, con su historia y su honor. No podemos dejar que esa “amnesia” que a veces es la respuesta a nuestro adolorido y agobiado espíritu nos invada.
Está prohibido olvidar.
No se puede escuchar a otro venezolano rogar a Hugo Chávez que vaya a ver su casa destruida amenazando con no darle el voto y no sentir angustia por la mendicidad de los derechos. No se puede ver rostros congestionados de odio ante el discurso soez, amenazante del “presidente” y no sentir la impaciencia de ofrecer frente a eso humillante y violento, instrumentos de convivencia y respeto para recuperar la Venezuela que nos merecemos.
Como golpista, Hugo Chávez sabe que su trayectoria motiva una permisología peligrosa. Cuando hay justificaciones de poder siempre es válida la excusa. Y Unasur exige actuar contra “golpes de Estado”. Correa, Morales, Chávez, utilizan el organismo para atacar medios, mover fichas y curarse en salud. Presionan su suerte. Ni una mentira ni un error repetidos mil veces hacen una verdad. Hacen una catástrofe. Para que no se lean lineas como estas, buscan también acabar con estos espacios. Pero la libertad busca rendijas, voces, expresiones para defenderse. Y están en nosotros. En cada uno y todos.

domingo, 21 de noviembre de 2010

Un Santo y varios Non Santos

El Presidente Santos desde Colombia, despejó cualquier duda sobre la extradición de Makled: "Vamos a esperar el visto bueno de la Corte Suprema de Justicia y cuando lo tengamos será extraditado", añadió el presidente colombiano, al precisar que ese trámite judicial toma entre 6 y 18 meses, reseñó AFP. Asegurando, intenso, que le había dado su palabra al presidente de Venezuela y él es” hombre de palabra”.O sea, Alvaro Uribe no pudo convencerlo de cuan poco importa a Hugo Chávez “la palabra” como compromiso. Por si fuera necesario, aquí hay evidencias a granel de cómo la palabra importa cuatro pepinos y como este hombre encumbrado de locura y poder, comienza por violar la palabra magna de la Constitución.

En estas mismas páginas se apuntaba la semana pasada una frase de Santos que definía a Hugo Chávez como “nuevo amigo”. Aunque esto va a retrasarse por casi dos años, unos diez y ocho meses según el colombiano al referirse a la decisión de la Corte sobre el tema y en ese tiempo pueden pasar sobradas cosas, públicamente Santos reta “al Imperio” al que hasta hace muy poco visitaba y sonreía mientras afanosamente busca la aprobación del Tratado de Libre Comercio. Chávez, por supuesto, tiene que estar muy agradecido con este decisión santificada porque realmente las acusaciones de Mackled, sus denuncias con nombres y apellidos y las pruebas ofrecidas lo tienen desesperado y esto lo hace feroz con los venezolanos disidentes de su “revolución” socialista del siglo XXI que no entiende ni él mismo.
"El juego del imperio es ofrecerle a este hombre quién sabe cuántas facilidades, protección incluso, para que él comience a vomitar todo lo que quiera contra Venezuela y su presidente", llegó a decir el mandatario. Pero MAckled viene “vomitando” desde hace un rato. El “imperio” lo está escuchando. Y Mackled no es un pendejo. Puede ser otras cosas, pero si esas evidencias, videos, grabaciones y documentos existen, no los tiene con él. Supongo que en estos tiempos de negociar su extradición, ha tenido contacto con las partes que lo reclaman. No soy una autoridad en la materia, pero cuando extraditan a uno de estos personajes no pueden exigir que “se lleve todas sus cosas. Sus pruebas. Que llegue con todo y mochila. Mackled sabe también que lo único que lo mantendrá vivo es la amenaza de esas pruebas.

Ahora, con el peso del Tratado sobre su cabeza y la “nueva amistad”, Santos, tal vez de acuerdo con aquel aforismo de José Naroski que dice: “De mis amigos no tiene que agradarme todo”, declara. A estas alturas, cuando la conducta de Hugo Chávez no engaña a nadie o a muy pocos, “el hombre de palabra” que se reafirma con estas declaraciones, desconcierta. Uno no quiere creer que los millones de dólares que todavía están en vilo en las deudas bilaterales, puedan ser más importantes que la oportunidad de desenmascarar y hacer historia a este corrupto mundillo complaciente y cómplice que según Mackled opera en Venezuela y su gobierno. A menos que Santos haya dado “su palabra” a cientos más golpeados en su economía por la ruptura de relaciones de “su amigo” con su país y decida el cumplimiento de “su palabra” por mayoría. Lo que también es una especie de traición a sus principios y una confusa desesperanza para muchos.

sábado, 20 de noviembre de 2010

¿Quién es el “tonto útil” en esta “amistad”?

¿Parece mentira, pero la nueva y mejor amistad entre Hugo Chávez y Juan Manuel Santos impresiona en sus acelerados dividendos. Pocas veces se ha visto nacer así, de pronto, y sobre bases tan complejas y dramáticas una amistad.
Uno no ha terminado de gerenciar todavía los sentimientos y las emociones vividas en esta relación entre los dos países y sus gobiernos y ¡zas! todo cambia tan radicalmente que uno se queda como en shock sin entender cómo ocurrió el hecho. Porque lo que está en juego no es sólo un tratado comercial, una deuda dolosa, un incidente baldío.

Es la confianza, es la vida de millones de hombres y mujeres embarcados en un destino compartido, en un empeño de libertad y democracia. Y esto, así, como un forzoso fin de capítulo, viene de amenazas, insultos, ruptura de relaciones, desmanes y atropellos, complicidades tenebrosas y manipulaciones obscenas de valores y realidades. Viene de un hombre que no es precisamente un dechado de serenidad, moderación o respeto.
Uno no acaba de asumir como transparente esta repentina “amistad”. Suena a “montaje” . De ambos lados y de cada lado. Si el presidente colombiano compartió con Alvaro Uribe los diferentes criterios en cuanto a la seguridad democrática, las FArc y el terrorismo, ¿cómo pueden sucederse todos estos acontecimientos sin que se dude de su veracidad? Porque Santos tiene que saber de Uribe un montón de cosas que no garantizan la feliz y segura relación que hoy se declara y se ofrece en guerrilleros entregados, pago de deudas bilaterales, promesas y convenios.
¿Qué hay detrás de todo esto? ¿Quién es el “tonto útil” en esta “amistad”? ¿Durará los casi dos años que se llevará la decisión de la corte Suprema colombiana para decidir la extradición de Makled?
Mientras, la Procuraduría abre nueva investigación a la ex Senadora Piedad Córdova, “curruña” de Hugo Chávez. Aparecieron en la computadora del Mono Jojoy otras evidencias que indican conexiones desde Venezuela.
Venezuela siempre en el medio de las actividades de las FArc. Si Uribe lleva hasta la Corte Internacional las denuncias contra Chávez, Santos tiene que saber que están allí, compartiendo con el Presidente Uribe a quien innegablemente debe su triunfo electoral, las incidencias del caso. ¿Cómo se interpreta entonces esa facilidad de Santos para declarar “nuevo viejo amigo” a un hombre que no sólo rechazan los colombianos, sino que además tiene esa historia de dudas y desconfianza de gente importante de la política colombiana. Porque Santos no puede ignorar lo que pasa aquí.
La Democracia de Colombia es el anhelo de Venezuela.
Venezuela despierta, Presidente Santos. No se haga el loco.
Usted sabe………

viernes, 19 de noviembre de 2010

Entrevista a ISA en el Semanario Las Verdades de Miguel N°332

Nombre, voz y un estilo muy particular de ser, estar y vivir. Amada y odiada, le ha ganado a la vida con esfuerzo y generosidad. Venezolana, “caraqueñita para más señas”, es una agradecida de la vida. No es de las que dice “nací a una edad muy temprana”, sin soltar el día y el año. Tampoco intentó quedarse en los cuarenta, “he sabido envejecer, que es la obra maestra de la vida”. Y su elixir de la eterna juventud está escondido en el único lugar en donde a nadie se le ocurre buscar, en su interior. Aún no le ha pasado la erupción política, “es parte de mi personalidad, la política me emociona igual que el béisbol”. Pero aclara que no es caraquista ni de las Águilas, “sino una enamorada de ese espectáculo que es la pelota, el equipo que juega mejor, merece ganar”.
Asegura que hoy en día existe más pantallerismo político que convicciones y que no votó por Chávez, sino contra los que habían deteriorado la democracia “y porque permití que la rabia fuera más fuerte que la razón”. Dice que la de Fidel Castro es una historia inconclusa, “y me parece que el petróleo venezolano le va a costar muy caro en el desgaste de su marco histórico”. ¿Su dictamen sobre nuestra televisión? “Su futuro es gris. Digitalmente es muy buena, pero en ella hay mucha mediocridad, se está conformando con muy poco; en vez de talento, la exigencia se reduce a 6 números: 90-60-90. En la TV no existe quien dé la cara para explicar por qué se perdió la calidad, lo peor es que a su directiva no le preocupa la pobreza de los contenidos de la programación. ¡Estamos copiando tantas pendejadas!”. Isa Dobles, referencia obligada en el periodismo venezolano, habla de la mujer delantal que cocina, vende hallacas de autor, hace los forros de sus muebles, teje, cose a mano y cuida a sus animalitos. ¿Lo que dijo del sexo y de los hombres? ¡Voilà!


Lavinia Gonzálezlavigonzal@yahoo.com

ENTREVISTA:

–¿Y eso que Las Verdades de Miguel quiso entrevistarme?
–Primero, no se cumplen 80 años todos los días y segundo, según Oscar Wilde, “una mujer que dice su verdadera edad es capaz de decirlo todo”.(Jajajajajajajajajaja)
–Pero es que si me preguntan, contesto. Además, detesto decir algo por hablar, me gusta hablar para decir algo.–Podría ser esclava de sus palabras.
–Y dueña de lo que callo (risas).–Sin embargo, mucha gente no sabe qué es de la vida de Isa Dobles, referencia obligada en el periodismo criollo.
–Estoy donde tengo que estar, en mi casa, siempre haciendo algo entretenido. Manejo, limpio, cuido a mis animales 4 perros guardianes, 2 loros súper habladores, 6 periquitos, coso a mano colchas bellísimas. También cocino, a partir del 8 de diciembre me preparo para elaborar 2 mil hallacas, todas por encargo; este mes hice 700; escribo mis columnas 5 semanales y todas distintas, desde que cerraron El Mundo e hicieron El Mundo Economía & Negocios, para el Noticiero Digital, Información 21, Forum, Sin Mordaza de Florida y Venezuela Analítica, que me encanta porque me permite hacer análisis internacionales-, y aún me queda tiempo para meterme de cabeza en un libro que estoy escribiendo, cuyo tema y personajes me apasionan. Es una manera de poner a un lado lo monotemático que se ha vuelto el país, es un más de lo mismo aterrador.
–Debe ganar mucho dinero, al menos el suficiente para vivir.
–¡Noooooooo, chica, no percibo un céntimo! Recuerdo que mamá decía que la única carrera que yo ganaba era la de pendeja (jajajajajajaja). Nunca he recibido nada por escribir, siempre ha sido así. No olvido la impresión de Oscar Martínez, cuando le conseguí trabajo para Venezolana de Televisión y peleé con Adolfo Ramírez Torres porque le querían pagar en aquel entonces, 12 mil bolívares, sólo buscaba que equipararan su sueldo y que ganara lo que yo devengaba, 20 mil bolívares, por hacer un programa diario de 3 horas y otro los viernes de 2 horas. Los programas eran Operación contacto y Venezuela vibra. Cuando me sacaron de CNB, unos meses antes de ser cerrada la emisora, fue por miedo, cuestión de autocrítica, que a veces suele ser tan nefasta. A partir de ahí mis hijos son tres de mi matrimonio con Álvaro-, me sentaron y dijeron: “Mami, tienes 72 años, ahora nos toca a nosotros velar por ti. Has estado a nuestro lado todos los años de nuestra vida, así que nosotros nos hacemos cargo de ti”. No teniendo por qué preocuparme de la materia financiera, comencé a escribir libros, que tampoco es lo mejor para vivir. Fue en esos instantes que me di cuenta de la morena que nos lleva Colombia en asuntos literarios; en días pasados escuché decir a un escritor de ese país, autor de La ruta de Bolívar, que la primera edición fue de 50 mil ejemplares y que toda había sido vendida, que pronto la editora empezaría a publicar la segunda edición… Con el que estoy escribiendo, ya son seis los libros de mi autoría, el penúltimo, De compañera mi alma, es precioso. Quisiera regalarte uno de mis libros, pero no tengo en casa un ejemplar de ninguno, ni siquiera ese de entrevistas que todo periodista debe tener, pero que Fausto Masó no me mandó –ni me pagó- después de que se terminó nuestra relación. Son 10 entrevistas de 10 visionarios; hace 25 años, Pancho Herrera Luque, Luis Beltrán Prieto Figueroa, Arístides Bastidas, María Teresa Castillo, Antonio Lauro, entre otros, coincidieron en su opinión acerca de la Venezuela que tenemos hoy. El libro con el cual le robo horas a mis días, me está exigiendo demasiado, por eso decidí escribirlo piano piano, tal vez lo culmine el año entrante. Es una novela política histórica, con personajes que extraigo de la vida real y los transformo en protagonistas. Será una historia bien interesante dentro de unos años, cuando ya no esté, entonces lo venezolanos asumirán que la pesadilla que hoy vivimos tuvo quien la contara con un estilo muy personal, muy afectivo, como ha sido mi periodismo, y muy entretenido. No, el personaje central no es Hugo Chávez, pero cómo ignorarlo en la profanación de los restos de Simón Bolívar, el Libertador. Eso es imposible. Aunque no es el protagonista, él es la sombra oscura detrás de los protagonistas.
–Tal vez el Presidente lea el libro y le dedique a la autora unos minutos en su programa dominical.
–Bueno, Chávez ha hablado de mí en algunas oportunidades, cuatro veces si mal no recuerdo. Figúrate tamaña mentira, él “ique” comenzó a hacer televisión conmigo. ¡Embustero! Eso forma parte de su fantasía, de sus delirios.
–Los dos hubieran hecho excelente pareja, ambos son carismáticos y saben cautivar a la audiencia.
–¡Ay, no, cómo se te ocurre pensar eso!.. Entrevisté a Chávez varias veces, ufff, mucho antes de llegar a la Presidencia. Para mí ha sido interesante observar cómo el soldadito gris, esmirriado y mal hablado que conocí –lo llamaba “tauretico Chávez”, pues era el que empujaba el tauretico para que no se moviera el micrófono-, ha sido insuflado por el poder. Descubrir los extremos del ser humano es interesantísimo, pero déjame decirte que él me tiene aburridísima.
–¿No es un mérito para Hugo Chávez el haber evolucionado, pasar de soldadito gris, como usted dice, a jefe de Estado?
–No voy a discutir sobre si se superó o no, el problema de Chávez es biológico, o sea, lo que le impulsa a salirse de un marco que pudo haber sido bien interesante, de haberlo manejado correctamente; él sufre trastornos, desórdenes psiquiátricos que biológicamente no puede cambiar. No soy la más autorizada para decirlo, sólo repito lo que los expertos en la materia han diagnosticado, pero es muy difícil alejarse del caldo de cultivo en el cual esos desórdenes funcionan, lo que se traduce posteriormente en conflictos. A mí me da lástima… Lo que si le reconozco a Chávez es su astucia. ¿Sabes qué? Quiero saber si vamos a conversar de Chávez porque si bien es cierto que no me gusta hablar de mí porque soy lo que escribo, esta vez prefiero ser la protagonista de la entrevista. –
Si mal no recuerdo, fue la primera en mencionar al Primer Mandatario.
–Bueno, sí, pero pasemos la página (risas). “Gualberto y yoaún sentimos lo mismo”
–¿80 años es nada para Isa Dobles?
–¡La cuestión no es tenerlos, sino sentirlos. En junio de 2011 seré una señora octogenaria! (jajajajajaja). Gustavo –el menor de mis hijos, que es tan pragmático como crítico-, me dice: “Madre, tú sabes que son 79 años y que tus huesos, tu corazón, tu hígado, tu páncreas, tus dientes, tus ojos, en fin, toda tu anatomía tiene tu misma edad. Así que prepárate”. –Los años pesan, dicen.
–Cuando una tiene 40 años y se siente tan divina, además de que empieza a lograr cosas interesantes en la vida, un dolorcito aquí o una punzadita allá es nada, se traducen en un “bah, dormí mal” o “eso fue porque caminé demasiado” o “ya se me pasará”, así va justificando lo que el cuerpo le está señalando. Ahora bien, cuando una hace las cosas que antes hacía para justificarlas, no tiene más que exclamar “oh, es la edad, estoy cumpliendo años y no quiero admitirlo”. Pero los años pesan, hacer hallacas es una tarea dolorosa, tengo que inyectarme vitamina B antes y después de realizarlas (risas)… ¡No sé que es peor, si la vejez o ver que los días pasan insensiblemente sin una poder detenerlos! (carcajada). Afortunadamente, soy una mujer creativa y muy fructífera: tejo sobrecamas de pabilo, coso a mano cubrecamas de parches, pinto cuadros y vasijas de barro, le hago cojines a mis muebles, muchas de las cosas que ves aquí son hechas por estas manos laboriosas e incansables, no puedo detenerme a pensar en las musarañas, me encanta estar en la cocina, alimento a tres perritos de la calle y a los vigilantes que los cuidan. ¡En fin, sigo siendo una mujer muy activa! –¿Cuántas mujeres hay en usted?–Soy geminiana. La mujer nacida bajo este signo zodiacal es contradictoria y versátil, cambia con facilidad. Pasa de ser serena y fascinante, a pesimista y amorfa. Fantasiosa, ama la libertad e independencia. No obstante, Géminis se quedó corto conmigo, soy una mujer múltiple. Aunque desordenada y desorganizada, hago todo lo que me propongo, no dejo nada al azar ni a la buena de Dios. Soy disciplinada a mi manera.–En su tiempo, Sigmund Freud decía que la gran pregunta que nunca había sido contestada y a la cual él no pudo responder, a pesar de sus 30 años de investigación del alma femenina, es: qué quiere una mujer. ¿Usted lo sabe? –Contesto esa pregunta parafraseando a un gran amigo mío, Joan Manuel Serrat. En un programa de televisión española, una periodista le preguntó cuál, según él, era el propósito de la mujer. “Ser el pilar afectivo en su mundo”, dijo el famoso cantante y compositor. –Serrat canta que la mujer que él quiere, no necesita bañarse cada noche en agua bendita…(Jajajajajajaja) –Aunque lo necesite, no me bañaría en agua bendita por respeto al agua y a Dios… Continuando con lo que dijo Freud sobre el alma femenina, diré que yo, Isa Dobles, he tratado de estar cuando se requiere de la ternura y el afecto seguro, la lealtad y consideración. He tratado de que eso no falle en mi mundo. En el periodismo, cuando se decía que Isa Dobles era “demasiado polémica”, era verdad, pero soy polémica dentro de mis propias exigencias. Te pongo un ejemplo, con Teodoro Petkoff no compartía su ideología, hoy, sin embargo, compartimos los mismos anhelos. Hacia un micro que salía al aire inmediatamente después del entrevistado, en el cual ratificaba los derechos humanos y terminaba con un eslogan bien creativo. Con esto quiero recordar que si bien era una periodista polémica, estaba muy lejos de ser ofensiva y agresiva. Sigo creyendo que el arte de vivir es abrir el corazón. En días pasados hice un programa con César Miguel Rondón, muy bueno, por cierto. Logramos que Gualberto Ibarreto aceptara nuestra invitación. Aquel encuentro fue tan emocionante, que César Miguel terminó diciéndole a Gualberto que “lo que has dicho es un reconcomio tuyo de hace 25 años” (risas). El argumento utilizado por Gualberto para su defensa fue que “ella me botó inconsultamente” (jajajajajaja). Aquél fue un programa tan humano y hermoso, que sólo atiné a decir: “A meses de cumplir mis 80 años, me encanta regalarle a mi país este programa con un muchacho al que protegí, al que quiero mucho todavía, al que se atrevió a enamorarse de su pigmaliona. Hoy nos vemos frente a frente y sentimos los dos el mismo amor el uno por el otro”. Mientras yo hablaba, Gualberto lloraba… A esta casa, donde se respira amor y paz, como ustedes lo han constatado, vino Leonardo Padrón para entrevistarme. Cuando devolvió la cinta para comprobar que la grabación había quedado perfecta, sólo se escuchaba el ladrido de los perros, el canto de los periquitos y lo que decía uno de mis loros: “Isa brava, Isa brava” (risas). Leonardo, con cara de circunstancia, me pidió que volviéramos a hacer la entrevista desde el principio. Lo complací y aprovechamos para hacer varias correcciones. Yo quería que todo quedara impecable… –¿Qué la separa de la esclavitud de la tierra?–Sólo soy esclava de la libertad.
“Mis hijos nunca dejaronde ser mi prioridad”
–¿Cuando saboreaba la fama, se sintió superior a los hombres?
–No, no, no, por favor, siempre los respeté.–¿Ellos le temían? –Si me temían, nunca lo supe ni lo sentí. He caminado esta vida sin empujar ni atropellar a nadie. Siendo hija de un hombre triunfador, muy noble y bueno, un político muy conocido por todos, sentía que ellos me protegían, jamás pensé que competía con los hombres y nunca me sentí maltratada, al contrario, mis grandes compañeros –Eladio Lárez, Edmundo Valdemar, Tinedo Guía, Cándido Pérez que aún me llama para decirme “te amo”-, eran también mis grandes colaboradores… Cuando entré a la televisión, tenía 37 años, pero ya había escuchado muchos cuentos, como que primero debía pasar por el colchón para lograr alcanzar mis objetivos, que tenía que dejarme piropear y manosear. –La “operación colchón” es un “programa” imbatible en nuestra televisión, no ha pasado de moda. –A esa “operación” iba si quería ¡y sin que me lo preguntaran! (jajajajaja). Afortunadamente, nunca me tocó “protagonizar” esas experiencias tal vez porque siempre andaba con mis tres hijos y nadie se atrevía a proponerme cosas indecorosas; quizá porque respetaban mi rol de padre y madre, pues Álvaro estaba en Estados Unidos; a lo mejor el ser hija de Alejandro Oropeza Castillo era una tarjeta de presentación. –“Mamá es la mujer más bella que hemos conocido, todo lo que somos se lo debemos a ella”, ¿eso es lo que dicen sus hijos de la mujer que los trajo al mundo?–Los muchachos también dicen que he sido amiga y compañera, confidente y cómplice. Mis hijos son lo mejor que me ha podido pasar en la vida. Ellos nunca dejaron de ser mi prioridad, jamás los aparté para dedicarme en cuerpo y alma a mi profesión. Hice por ellos lo que tenía que hacer con mucho amor, sin hacer enormes sacrificios. Aunque con mucha resistencia, los tres me acompañaban a Rctv, que no era su mundo ni lo querían para su futuro. De hecho, uno es publicista, otro es psicólogo social y el otro es editorialista. Bueno, una vez dejé los programas, elegí el periodismo y ser escritora, fui guionista; mi primer guión fue sobre Bolívar, recuerdo que José Ignacio Cabrujas hizo el papel de Sucre. Cuando hice documentales en Nicaragua y México, a mis hijos les encantó. –¿Si hubiera sabido cuán maravilloso es tener nietos, los hubiera tenido primero?–Tengo siete nietos, la última es una niña preciosa de dos añitos. Mi primer nieto, Santiago, es una belleza de muchacho, es el resultado de un “apresuramiento” adolescente; sus padres tenían 16 años. No dudo en afirmar que es el amor más grande que siento por un descendiente mío. Y no porque a los nietos se les quiera más, algo que no es verdad, sino que a ellos se les ama con más libertad ya que son sus padres los que tienen que velar por su futuro. Santiago y yo somos muy unidos, es un chico fenomenal, bello, está dotado de poderes mágicos. Estoy orgullosa de mis hijos porque han sabido ser excelentes padres, pero con Santiago a mi corazón le creció un corazoncito, el de él. Vive en Miami y además de psicólogo, se graduó en artes marciales, tiene 31 años. “Paso Noche Buena y Fin de Añocon mis perros, loros y pericos”
–Dentro de un mes ya es Navidad, ¿vive esta fiesta rodeada de sus hijos y nietos?
–La única hermana que vive en Caracas, a quien le llevo 14 años, es mamá de Nelson Bustamante, somos muy unidas, pero para esa fecha viaja a Estados Unidos para estar con sus hijos. Yo me quedo en casa, tengo muchos años pasando Noche Buena y Fin de Año, con mis perros, loros y pericos. Tengo una amiga que siempre me acompaña, viene con su hijo; Gladys, la señora que está conmigo, se va a su casa. Pero mis hijos no dejan de llamarme, ahora dejo abierto el skype, una maravilla tecnológica, y los veo a todos, nos reímos y conversamos sin parar. Ellos me visitan una vez al año.
–¿No echa de menos una compañía masculina, aunque sea para decir que todo pasado fue mejor y escuchar villancicos?
–No me he permitido sentirme sola. Hay una diferencia entre la soledad y el vacío. Como las tengo a las dos, no me he permitido caer en ninguna de ellas. Me lleno mucho con el trabajo agotador de las hallacas, que hago porque adquirí el compromiso de hacerlas. Mis hallacas son un vínculo con mis afectos, son gente que las viene comprando desde hace tiempo y a quien no puede pagarlas, se las regalo. –Este año la inflación estuvo a un tris de acabar con la tradición.–Es cierto, no sé qué precio le pondré a mis multisápidas, como las llamó Rómulo Betancourt. El año pasado, mientras otras personas cobraban 25 o 30 bolívares por una hallaca, yo cobraba 20.
–¿Qué de especial tienen sus hallacas?
–¡Qué son riquísimas, además de súper caraqueñas! Esas son dos razones del porqué son tan solicitadas (jajajajaja). También hago hallacas vegetarianas, ¡son de un sabor gastronómico sensacional! –No ha hablado del dulce de lechosa, el postre navideño por excelencia.
–Lo hago, pero no para vender. A todo el que pasa por esta casa, le sirvo su ración.
–Cómo vive el Fin de Año.–Es el día más terrible para mis perros, sobre todo, que se asustan ante tanta exacerbación pirotécnica. No voy a ninguna parte porque tengo que estar con ellos, tampoco viajo porque me da miedo que alguno se muera en mi ausencia.
–¿Y no hace un ritual para que el año que viene se porte mejor que el que se fue?–Tomo mi champañita, pero también comparto con los 3 vigilantes, a quienes les llevo sus hallacas y regalos. Mi amiga siempre viene después de las 12, pero horas antes ya he hablado mil veces con mis hijos y nietos… Hace años que este tipo de celebración forma parte de mi vida.
“Fidel Castro se encandiló conmigo, se enamoró de mi libertad”
–¿Se cerró al amor, a la pasión?
–El amor está presente en todo… Intenté mantener viva la llama del amor, el pasional, pero me molestaba sobremanera ver colillas de cigarro en mis ceniceros (risas). No te he dicho que aunque nos separamos, Álvaro y yo no firmamos el acta de divorcio, “para qué divorciarnos si somos tan amigos, si nos queremos tan entrañablemente”, decía él –Álvaro murió hace cuatro años, lo sentí muchísimo-; tampoco voy a negarte que disfruté un mundo mis aventuras, que lloré desconsoladamente por un amor ido, que me despeché, que canté con ganas los boleros de Toña La Negra y Agustín Lara. Pero que trajera a uno de mis “notas” a vivir a mi casa, ¡no! Si digo que mis hijos nunca tuvieron que toser cuando entraban a su casa en la creencia de que “alguien” estaba conmigo. Mi hogar siempre ha sido transparente y cuando me empataba seriamente, prefería irme a hoteles. Ignacio, mi hijo mayor, más de una vez me dijo: “Estuviéramos más tranquilos si te consiguieras a un hombre que te ame y respete”.
–Se le endilgan muchos romances y muchos creen a pie juntillas que se acostó con Fidel Castro. ¿No pasó por su mente esa posibilidad? Total, no tenía perrito que le ladrara, vivía en Cuba con su mamá, era una mujer sin ataduras sentimentales.
–Nunca me acosté con Fidel, ni en Caracas ni en Cuba. No lo hice, tampoco lo hubiera hecho porque Isa Dobles no era para quedarse en Cuba, escondida como la amante de nadie. Cuando nos veíamos, le decía a Fidel: “Tú estás encandilado conmigo, sólo estás enamorado de mi libertad, pues vengo y me voy cuando me da la gana, digo lo que pienso y escucho la música que me gusta”. Afortunadamente, una tiene principios y valores.
–Qué no le gustaba del presidente cubano.
–Entiendo que sea atractivo, pero Fidel no era ni es mi tipo. Soy una mujer de piel, tengo que sentir el cosquilleo y ese erizamiento epidérmico. Un día llegó a Cuba una persona con la cual había tenido “una nota”, un romance, y con la mayor naturalidad del mundo comentó: “Como me voy mañana, me puedo quedar contigo”. Lo miré y le dije “muérete que no, aquí todo el mundo cree que Fidel se está acostando conmigo, y si tú te quedas en esta casa y sales de madrugada, qué crees va a pasar. Vivo enfrente de la policía, y los funcionarios van a creer que le estoy poniendo los cachos a Fidel. Y eso no puede ser, tengo que cuidarle la imagen al Presidente, aunque no me acueste con él”. A los días le conté a Fidel lo sucedido. “No tengo aventuras en Cuba, pero tengo que cuidarte la imagen para que los demás no digan que eres cornudo”, le manifesté. Su respuesta fue una carcajada.
–De esos novios encasquetados por los medios, cuántos fueron reales y cuántos inventados.
–Ochenta por ciento fueron producto de la fantasía de los periodistas. Siempre dije –y lo manifesté en el programa con Gualberto- que si esa cantidad de “novios” hubiera tenido ribetes de verdad, estaría en un circo ganando mucho dinero. A Jesús Bustindui le he dicho una y otra vez que va a escribir mi obituario. Con Gualberto, repito, tuve una relación muy protectora porque veía a un muchacho campuruso con la voz más extraordinaria del mundo, entrar en ese círculo terrible sin defensa. Entonces, me convertí en su ángel protector. Y él se enamoró de mí. Esa clase de ternura, de relación con Gualberto, no tiene nada que ver con los hombres de mi vida. Una noche de éstas una amiga me preguntó por uno de esos hombres, luego de recordarlo manifesté que “eso fue una infatuación”, una pasión irracional. “¿Infatuación y nos metimos con el carro en la discoteca porque sabías que él estaba allí?”. Me reí, con los años una tiende a tamizar todas esas travesuras. Ah, no te contado que papá fue un hombre increíble, tan increíble que nos reconoció a mi hermana y a mí como hijas sin ser nuestro padre biológico, ¡no puedo evitar emocionarme y llorar cuando hablo de él, el hombre más importante en mi vida! Que antes de casarme con Álvaro, viví la amarga experiencia de un matrimonio canallesco. Y que mi perro blanco, Yesito, de 14 años, ha dormido en mi cama más que muchos hombres de mi vida (risas). Sólo un hombre se atrevió a ponerme una mano encima y se arrepintió, ¡hasta le pegó a Gualberto! No doy nombres, los que me conocen saben de quienes estoy hablando. –¿Tuvo algún amor prohibido?–Sí, y sufrí mucho, por eso me prohibí volver a tener un amor con el cual tuviera que esconderme. Me enamoré de un hombre casado.
“Fui pésima, aburridísima como amante”
–¿Ha tenido algún problema moral con la edad?
–En absoluto.–¿Cuando era el “ángel guardián” de Gualberto Ibarreto, se sentía la Demi Moore criolla? –No, nunca me enrollé por mi edad. Si mi empate era menor que yo, pero nos llevábamos bien, vivíamos el momento. Además, no me iba a casar con él, no era de las que hacía compromisos a ultranza. –¿Confiesa que no le hizo streep tease a sus galanes? Se lo pregunto porque tiene fama de haber tenido muchos amantes. –Y me encanta que me hagas esa pregunta que ningún periodista antes me había hecho… Aunque no lo creas ni los lectores tampoco, siempre fui muy pudorosa. Nunca le permití a ningún hombre que me viera desnuda ni que encendiera la luz de la habitación. ¿Streep tease? ¡Jamás! No era exhibicionista. Llegaba vestida a la cama, me daba pena que vieran que era ancha de caderas o muy huesuda. Las travesuras íntimas estaban prohibidas para mí. En eso era casi monjil… –Entonces no era una mujer sólo sexo. –En el amor y el sexo en el amor he sido toda la vida recatada. Aunque les resultaba sexy a los hombres, que decían que mi piel era suavecita, exquisita, ¡yo era pésima como amante, además de fastidiosísima, súper aburrida! ¡Nunca fui demasiado sexual! Si estaba haciendo el amor con alguien, paraba un ratico para llamar a casa y saber cómo estaban mis hijos (risas). Eso enfurecía a los hombres de mi vida, pues les cortaba la “nota” erótica. –Intuyo que ellos se vestían y se iban hasta más nunca. –Cuando había amor, también había comprensión. Ellos sabían que era montuna en el amor, fíjate, me has hecho recordar la palabra “montuna”, que hace años borré de mi diccionario (carcajada).–Cómo rumiaba sus despechos.–El despecho significa que te dejaron y bien feo. Si acaso tuve uno que otro despechito porque resulta que yo era la que se iba. Por eso gozaba las “notas” que no me exigían. Pasado el tiempo, ya ni recuerdo el escozor de un amor perdido. –¿Pero curaba las heridas del amor perdido con la medicina “un clavo saca otro clavo”? (Jajajajajaja) –No, vivía mis duelos con dignidad. Mis hijos sabían cuando yo estaba triste, “te pasaste de llorona”, me decían. En uno de esos duelos, creía que el despecho me iba a matar, ponía a Beethoven a cada rato, hasta los perros se fastidiaban. Llegué a pensar que no había consuelo para mi dolor. “Mami, el dolor hay que vivirlo. Gózalo”, me aconsejaban los muchachos. Les hice caso. No me puedo considerar amargada, le agradezco a la vida que me haya permitido vivir…
–Cuáles boleros le hacían agua los ojos y le apretaban el corazón.
–En mis despechos agoté todo el repertorio (jajajajajaja). No sé cuantas veces tarareé “dos almas que en el mundo, había unido Dios, dos almas que se amaban, eso éramos tú y yo”. O “Atiéndeme, quiero decirte algo, que quizá no esperes, doloroso tal vez... Escúchame, que aunque me duela el alma, yo necesito hablarte y así lo haré. Nosotros, que fuimos tan sinceros, que desde que nos vimos, amándonos estamos. Nosotros, que del amor hicimos, un sol maravilloso, romance tan divino”. No olvido las canciones de Toña La Negra y de Agustín Lara…
PingPong

–¿AD resurgió de sus cenizas el 26S?
–Crecí con la Acción Democrática burbujeante, moderada, de hidalguía política y hombres brillantes, como Andrés Eloy Blanco y Rómulo Gallegos. Tengo hambre de estatura política… Okey, el partido sacó 900 mil votos, pero para lo que fue AD, esa cantidad de votos es irrisoria. Acción Democrática debe presentar proyectos, gente nueva, joven, informada y con talento, necesita tener fisonomía propia y que se haga sentir. AD no está llamada a perecer, está llamada a reconstruirse. –¿Adeca forever?–Nunca me inscribí en el partido. –Hay quien dice primero rojo que descolorido.–¡Prefiero estar descolorida!
–Póngale un contendor al presidente Chávez.
–Leopoldo López es una ficha valiosa, igual que Ramón Muchacho, pero con Pablo Pérez, el gobernador del Zulia, estoy enloquecida. Me identifico con su pasión, me encanta su personalidad, es fresco, transparente, honesto, no tiene miedo, escruta con la mirada. Sería feliz si me invita a su programa con los periodistas.
–¿Podría vivir sin libertad los años que le quedan de vida?
–No. Eso es imposible para mí.
–¿A qué le supo el exilio en Costa Rica?
–A honor.
–¿Pa’luego es tarde, qué?
–La democracia.
–¿Cuándo y dónde fue más feliz?
-En mi casa de La Colina, con papá y mamá.
–¿Un talento que le gustaría poseer?
–¡Voz para cantar!
–¿Cómo le gustaría morir?
–Viendo televisión y con una sonrisa en los labios.
–¿Si muriera y pudiese regresar como una persona o una cosa, qué cree pudiese ser?
–Isa Dobles.
–Hoy, a qué no se atrevería?
–A esperar.
–Qué alimenta sus pupilas?
–Las imágenes queridas de los míos que ya se fueron.
–¿Una ex tentación?(Jajajajajaja)
–Qué la tienta?
–La vida
–¿Una mujer intensa?
–Definitivamente.
–¿Su mayor equivocación?
–Votar por Chávez.
–¿Su gran debilidad?
–Mis perros.
–¿Su tremendura inolvidable?
–¡Agarrarle la mano a Mandela por debajo de la mesa. Ocurrió en Cuba!
–¿Jamás ve las cosas tal cual son, sino tal cual es usted?
–Soy muy realista.
–Qué es más filoso que una espada?
–La lengua.
–¿Blanca Ibáñez le recuerda algo?
–Fue la barragana de Jaime Lusinchi.
–¿A Venezuela le hace falta que la exorcicen?
–No, que la defiendan.
–Defienda a Las Verdades de Miguel?
–Es un semanario que tiene un sello muy particular. Lo leo de vez en cuando lo consigo. Me gusta leer a Miguel porque a veces las pega, sobre todo cuando se refiere a mi persona. Él es muy atrevido, nada convencional en su manera de hacer periodismo.

Un amigo me dice que no se lo pierde porque allí hay para todo, para sonreír, para fruncir el ceño y para enfadarse.
Miguel sabe exacerbar las emociones.

Articulo tomado del semanario La Verdades de Miguel. Número 322

lunes, 15 de noviembre de 2010

¿No necesitamos demostrarnos que estamos vivos?

¡Esto va a ser nuestra vida hasta las elecciones del 2012? ¿Esperar con el corazón en la mano que a este hombre enfermo, de graves desórdenes de personalidad activados por la presión de una realidad que aunque disfraza, está allí: el rechazo del colectivo venezolano? Chávez no lo acepta y se indigna refutando los numeritos que le quitaron aquella mayoría conseguida con mentiras y promesas, desmanes peligrosos que un pueblo cansado quiso ver como un perfil heroico, predestinado y se ha convertido en la gran traición. ¿No necesitamos demostrarnos que estamos vivos? ¿Esta mayoría que no dio curules pero sí votos, tiene que verse a los ojos, caminar hombro a hombro, gritar consignas creativas, soltar la angustia, drenar la impotencia? ¿Esto que queremos ver como una “resistencia estratégica” para no caer en provocaciones y llegar al 2012, no es contraproducente para nuestro mismo ánimo, no saca ventaja de ello este hombre forajido de la democracia? Porque no hay causa que perdure sin motivación y la unidad es una causa de imperiosa exigencia. No bastan los líderes políticos para estremecer y mover el alma de un país descreido y humillado. EL pueblo necesita encontrarse en esa “pielitis” que le permite sentirse, verse a los ojos, compartir el paso, el saludo, la queja, la esperanza. Y el liderazgo lo necesita también. No está exento de críticas, de dudas, de análisis y opiniones duras. Los medios han dado al lider otra mecánica, la pantalla no es sin embargo el contacto. La emoción de lo personal, de la lectura en miradas, en gestos, en pasos, en alegría y encuentro, no puede ser sustituido en la búsqueda de la emoción que une, que hace propio el miedo, que comparte el riesgo. Lo del Metro es una, otra demostración del cercenamiento de la libertad para protestar. Fueron 33 los presos por una policía ensuciando con torpeza y otra vez el nombre de Bolivar. Podían haber sido mil. Pero no pueden con millones. No es posible este aislamiento, cada uno en su casa, esperando que sutanito o perencejo de la MUD decidan si hay que recibir a Daniel Ortega o Evo MoRales o el de Zimbawe, o seguir esperando por televisión las violaciones a nuestros derechos, las arremetidas contra nuestros bienes, los insultos contra todos. No se pueden entregar esos derechos, convertirlos en “privilegios” porque sería aceptar de hecho que no hay nada que hacer, que Venezuela será esto de hoy, y que Chávez será eterno. Hay que darle vida a la lucha ... El Metro, la UCV, Un hombre que llevaba una franela con un mensaje contra el “proceso”. Pero ellos si las llevan contra nosotros, …¿van a encarcelar a un millón? Hay mucho que denunciar en las franelas. ¿Y si Mackled presenta las pruebas? Si la Corte colombiana decide su deportación a USA … Si las evidencias son ciertas, ¿vamos a quedarnos esperando que pase algo hasta el 2012? El camino democrático es difícil pero es el único. Pero no es un camino blindado a la voluntad nacional. Hay que actuar como si fuera verdad que los derechos que estan allí son nuestros. Si no los usamos, si no los reclamamos, si no nos unimos para hacerlo, se oxidan en el quehacer militarista. La gente. esa que desafió al hombre que degrada, que amenaza, que se burla, eso es lo que hay que unir en vivo, piel contra piel, risa con risa, emoción con emoción, esperanza con esperanza.

domingo, 14 de noviembre de 2010

El socarrón pierde terreno

La posición asumida por el presidente colombiano defendiendo la libertad de expresión es otra evidencia más de las diferencias que hay entre Hugo Chávez y él. Y no es sólo la democracia como criterio político, sino en la personalidad y educación de cada uno, la manera como se criaron y crecieron. Por eso hay tanta cautela en cuanto al progreso de las relaciones bilaterales, nace desde adentro, desde donde está lo mejor y lo peor de sí mismos. Santos es un triunfador que llega a la presidencia de su país con una dilatada trayectoria y una clase personal que está en cada uno de los actos de su vida pública. Es un hombre respetuoso que conoce sus límites, por eso su seguridad y esa moderación inteligente que le caracteriza.

En el encuentro de San Pedro Alejandrino resultó obvio y muy fácil diferenciar las personalidades de los dos. Santos no necesitaba ostentar nada porque nunca estuvo en juego su importancia, su investidura. Hugo Chávez, con aquella chaqueta tricolor, aquel desenfado, como si el lugar histórico fuera el patio de su casa o el terreno de béisbol de cualquier esquina, era una imagen barata, forzada. Y eso él lo sabe, por ello ese odio, esa venganza inconclusa con la que se deleita expropiando, denigrando de los venezolanos trabajadores y exitosos, de los que se han superando en la vida a costa de esfuerzos y sacrificios para lograr lo que tienen y servir al país.

La otra tarde, un grupo reunido en mi casa, comentaba sobre la indiferencia de la sociedad por reconocer sus patrimonios humanos, de lo escaso que era la demostración de respeto a sus valores, aduciendo que, con ello, la misma Venezuela se negaba a sí misma el orgullo de ser, la hidalguía que nutre su autoestima. Y eso es una triste verdad. Tal vez si rescatáramos de esa indolencia, de esa desvalorización, a los hombres brillantes, notables, a las mujeres valiosas, tendríamos una conducta más solidaria, más exigente con nuestros principios, y las referencias en sus respectivos quehaceres harían más difícil que la mediocridad y la soberbia se hicieran con nuestra voluntad y nuestras emociones.

Todo eso es hoy un drama obligado, que nos tiene detenidos en el aire al borde del más abismal precipicio, nuestro espíritu desconfiado, contenido. Y ya se desborda más allá de nosotros, porque cada vez que este hombre pone en ridículo a Venezuela, insulta a su mayoría, amenaza, vulgar y enloquecido, a otros, y encadena por horas al país, una pena ajena llena nuestros corazones aumentando esta inquietud. Colombia no se atreve a ser “triunfalista” en sus relaciones con Chávez porque lo conocen. Biológicamente conflictivo, acumulando amargura en su subordinada existencia militar, viviendo una fantasía y rodeado de vicios y servidumbre, desbordado, no le importa destruir para satisfacer su venganza. Por eso se ríe cuando expropia, hace chistes malos con las tragedias de otros, tiembla porque transcurre el tiempo hacia 2012 y, por más que quiera, no lo puede detener.

jueves, 11 de noviembre de 2010

Ya no es posible seguir soportando el peso de Hugo Chávez

Desde Cuba, la octava estrella que Hugo Chávez no se atrevió a declarar y sede del cogobierno y “Asesoría revolucionaria” del régimen chavista, el “primer mandatario” de Venezuela se deleitó calificando a sus enemigos de siempre, “bandidos” y firmando nuevos convenios, ratificando otros, por los próximos diez años, dando por un hecho que en el 2020 volverá la isla a celebrarlo con el partido comunista y los gobernantes de turno, quizás hayan convencido a Fidel Jr. o un Raúl de casi noventa, aunque las “mujeres de blanco” y los estudiantes que hoy ya se rebelan ante la violación de sus derechos, puedan hacerse sentir.

Pero Hugo Chávez, con toda la desvergüenza de su personalidad y su enfermiza obsesión, sigue pactando a largo plazo como si los venezolanos no le hubieran arrancado a votos la mayoría y no existiera un solo venezolano luchando por la democracia y la libertad. Nosotros, los que lo superamos en votos en esta última agenda electoral, nos atrevemos a ver la Venezuela dura, difícil, después de Hugo Chávez. Estamos trabajando para que el 2012 sea definitivo y estas páginas tenebrosas de lágrimas, impotencia y miedo, queden como la referencia obligada de un pueblo desgarrado en valores, hombres y recursos para aprender una lección que no puede repetirse. Ya no es posible seguir soportando el peso de la morgue llena de cuerpos, los niños abaleados en sus mismas casas, los vandalismos en las expropiaciones, esta arremetida cruel contra el esfuerzo y el trabajo.

Pero Hugo Chávez no se atreve a verse fuera del poder… No se imagina a si mismo ya sin las reverencias, las alfombras rojas de sus socios complacientes, los dólares a mano para gastar y manosear, la ropa cara, los relojes de firma, los fluxes de sastres exclusivos que se ensanchan cada vez más, Cristina que llora en su hombro y los dictadores que lo abrazan, las espadas de bolívar que regala y los cuadros que pinta de un Fidel obligado por los pactos y el petróleo que ahora distribuye y tiene que “maravillarse” de su arte. No quiere verlo porque no puede asumirlo. Porque ese pueblo, el traicionado, el que ignora y desconoce, del que habla mal en todas partes, es el que paso a paso lo va poniendo en su sitio, lo ubica en su locura.

Ya no puede ir a los stadiums, a los lugares públicos, ya no puede moverse sino con su claque, con sus gorilas, con los cubanos, con otros bien pagados y con mucho miedo porque sabe que cuando la lealtad es pagada en una esquina hay quien pague más. ¿Qué sería de Chávez fuera del poder? ¿Se iría, como pedía en la Orchila, a Cuba? ¿Le darían ya el castillete de Batista, empedrado y protegido? ¿De qué hablaría con los Castro sin el poder? ¿Quién lo visitaría? ¿Cuántos años tardaría en salir de Venezuela después que los legajos de expedientes que nunca se han visto pero alguno debe tener, sean revisados? En sus más íntimos momentos… ¿Cómo rehúye ese futuro? ¿Cuántos se quedarán a apoyarlo? ¿Qué pasará con este pueblo cuando verdades terribles salgan a la luz sin el hermetismo canalla que todo lo esconde? Falta mucho por ver…

lunes, 8 de noviembre de 2010

Elías Jaua no da para mucho

Hace algunos años, cuando trabajaba con mi compañero Raúl Vallejo en su radio, “Sintonía”, tuve de invitado al hoy vicepresidente Elías Jaua. Creo que ha sido uno de los programas más difíciles para mí porque desde que contestó la primera pregunta, tuve que aceptar que aquel muchacho no daba para mucho.
Torpe, inculto y angustiado, me pidió en el primer corte que lo excusara pero estaba verdadera y honestamente aterrado ante las llamadas y el teléfono. Y era verdad. No fue el primer caso ni iba a ser el último. Más que el micrófono y las llamadas, lo que lo tenía así era su desconocimiento absoluto de otra cosa que no fuera el espacio viciado de la adulancia y el servilismo con que se había llenado su mente.
Por supuesto que no tenía nada que ver con este que empuja periodistas y en su subordinación “gloriosa” es hoy Vicepresidente de Venezuela, o sea, que cada vez que viaja Hugo Chávez, que son bastantes, si algo sucediera, el país queda en sus manos. Después de José Vicente Rangel, que puede carecer de muchísimas cosas pero mantenía cierta estatura política, con llegada de Diosdado Cabello, ese cargo se minimizó.
Ya todos sabemos lo que pasó en el 2002 que costó trabajo encontrarlo. Uno entiende este desastre que sufrimos cuando vemos en quien y como se representa al gobierno. El nuevo Presidente del Metro es un ejemplo, y hay muchísimos en esta “rotación” paupérrima de talento, capacidad y principios. Aquí el “cambalache” es un estilo. Los modelajes chavistas hablan de esa tragedia que es para los venezolanos esta mediocridad, esta barbarie que quiere entronizarse en sus destinos.
¿Cómo se va a detener este horror? En enero, y eso si de aquí a allá no han sucedido ciertas cosas que con la perversa y enfermiza personalidad del “Comandante” no son nunca descabelladas sino órdenes, 67 venezolanos se enfrentarán no a otros tantos mas lacayos de Miraflores, sino contra el mismo poder y el mismo hombre.
Si los venezolanos que los llevamos allí que somos hoy la mayoría, no estamos listos para apoyarlos y defenderlos, nada habrá cambiado. Ni podrá cambiar. No fue sólo el momento de decidir sobre la computadora nuestra elección democrática. Allí comenzaba el compromiso. Desde allí, no podremos nunca más ser indiferentes. Temerosos. Titubeantes. Con Hugo Chávez comenzó esta etapa dolorosa y siniestra que nos ha hecho llorar lágrimas amargas de rabia, impotencia y crueldad. Pero también la lección más dura jamás aprendida. Y es que ser venezolano no es nada mas una tierra bendita con recursos, bellezas y gente buena. Es que es nuestra, la única patria que tenemos y no podemos cerrar los ojos a sus necesidades y dolores, que en la balanza de cada venezolano que la quiere, que la ama, derechos y deberes nos enriquecen en el ejercicio de su propia existencia. Que sobre su tierra generosa sobran huellas de honor para rechazar las botas y las armas que la violan. Como repetía el Libertador, “la libertad civil es la verdadera libertad”.

miércoles, 3 de noviembre de 2010

¡Oh, Trinidad, ¿porqué no te callas?...!

Las contradicciones en la política internacional abruman y espantan. La nueva ministra española de Asuntos Exteriores, Trinidad Jiménez, en reunión del Senado, sostuvo que en nuestro país no hay presos políticos y se apoyó para defenderse en datos de Amnistía Internacional y Human Rights Watch: “Hay personas recluidas por causas penales, acusadas de haber participado en el golpe de Estado del 2002 o por posible corrupción, pero quienes los consideran presos políticos son algunos partidos políticos de la oposición venezolana”.
Es la misma ministra que espera confiada que se actúe en el caso de Cubillas, el etarra miembro del gobierno y cuya esposa pudimos conocer tratando de detener la cámara del canal Globovisión cuando el periodista Johnny Ficarella hacía su trabajo caminando al lado de Elías Jaua y recibiendo un brutal empujón del “vice”.
No creo que la nueva ministra esté mal informada. A lo mejor lo sabe, pero tiene una línea a seguir. A los españoles parecen no llegarle los casos de sus conciudadanos pidiendo ayuda por expropiaciones y desatinos. Esa línea a seguir lleva una orden implícita y es disfrazar al gobierno chavista de demócrata, de defensor de derechos humanos, comandante de la dignidad y la esperanza, la revolución y la paz. Y resulta que esa versión no es la que este pueblo tiene de este personaje. Acaba de demostrarlo. No hay que hacer mucho esfuerzo para ver, uno tras otro, los testimonios del quehacer de Hugo Chávez, su utilización del poder adquirido, traicionando valores y principios, violando la constitución y arriesgando al país con complicidades peligrosas Es la hipocresía del interés. “El amor y el interés se fueron al campo un día y más pudo el interés que el amor que te tenía”.

España, la “madre patria” se atropella, se desdice de su propia imagen democrática y asume como única la versión del poder que encarga barcos a sus navieras en problemas y usa el petróleo como instrumento para comprar alianzas y conciencias. Hoy no son vidrios de colores. ¿De quiénes entonces espera este mundo para ser más honesto, más bondadoso, más decente? ¿Cuánto vale un juicio transparente, una crítica certera, algo que lo aleje de lo amargo, de lo vil, de la destrucción y la miserabilidad?
Me gustaría llevar a los hijos de Iván Simonovis -y lo nombro como referencia porque los conozco desde que nacieron, y que ellos, que crecen sin su padre y al lado de una madre hermosa y luchadora, y de una abuela estoica que ha dado la más dramática pelea por la justicia de los comisarios, de los venezolanos presos por capricho enfermizo del todopoderoso-, para que le cuenten a esta mujer de su ausencia, del agravio constante, del atropello desgarrador, de su honestidad violada y humillada, para ver si la próxima vez se atreve a ser honesta con la realidad. O tendremos que esperar cualquier espacio de la democracia para pedirle que cuando vaya a afirmar algo de nosotros, si no puede ser objetiva, “¿porqué no se calla?”.