lunes, 15 de noviembre de 2010

¿No necesitamos demostrarnos que estamos vivos?

¡Esto va a ser nuestra vida hasta las elecciones del 2012? ¿Esperar con el corazón en la mano que a este hombre enfermo, de graves desórdenes de personalidad activados por la presión de una realidad que aunque disfraza, está allí: el rechazo del colectivo venezolano? Chávez no lo acepta y se indigna refutando los numeritos que le quitaron aquella mayoría conseguida con mentiras y promesas, desmanes peligrosos que un pueblo cansado quiso ver como un perfil heroico, predestinado y se ha convertido en la gran traición. ¿No necesitamos demostrarnos que estamos vivos? ¿Esta mayoría que no dio curules pero sí votos, tiene que verse a los ojos, caminar hombro a hombro, gritar consignas creativas, soltar la angustia, drenar la impotencia? ¿Esto que queremos ver como una “resistencia estratégica” para no caer en provocaciones y llegar al 2012, no es contraproducente para nuestro mismo ánimo, no saca ventaja de ello este hombre forajido de la democracia? Porque no hay causa que perdure sin motivación y la unidad es una causa de imperiosa exigencia. No bastan los líderes políticos para estremecer y mover el alma de un país descreido y humillado. EL pueblo necesita encontrarse en esa “pielitis” que le permite sentirse, verse a los ojos, compartir el paso, el saludo, la queja, la esperanza. Y el liderazgo lo necesita también. No está exento de críticas, de dudas, de análisis y opiniones duras. Los medios han dado al lider otra mecánica, la pantalla no es sin embargo el contacto. La emoción de lo personal, de la lectura en miradas, en gestos, en pasos, en alegría y encuentro, no puede ser sustituido en la búsqueda de la emoción que une, que hace propio el miedo, que comparte el riesgo. Lo del Metro es una, otra demostración del cercenamiento de la libertad para protestar. Fueron 33 los presos por una policía ensuciando con torpeza y otra vez el nombre de Bolivar. Podían haber sido mil. Pero no pueden con millones. No es posible este aislamiento, cada uno en su casa, esperando que sutanito o perencejo de la MUD decidan si hay que recibir a Daniel Ortega o Evo MoRales o el de Zimbawe, o seguir esperando por televisión las violaciones a nuestros derechos, las arremetidas contra nuestros bienes, los insultos contra todos. No se pueden entregar esos derechos, convertirlos en “privilegios” porque sería aceptar de hecho que no hay nada que hacer, que Venezuela será esto de hoy, y que Chávez será eterno. Hay que darle vida a la lucha ... El Metro, la UCV, Un hombre que llevaba una franela con un mensaje contra el “proceso”. Pero ellos si las llevan contra nosotros, …¿van a encarcelar a un millón? Hay mucho que denunciar en las franelas. ¿Y si Mackled presenta las pruebas? Si la Corte colombiana decide su deportación a USA … Si las evidencias son ciertas, ¿vamos a quedarnos esperando que pase algo hasta el 2012? El camino democrático es difícil pero es el único. Pero no es un camino blindado a la voluntad nacional. Hay que actuar como si fuera verdad que los derechos que estan allí son nuestros. Si no los usamos, si no los reclamamos, si no nos unimos para hacerlo, se oxidan en el quehacer militarista. La gente. esa que desafió al hombre que degrada, que amenaza, que se burla, eso es lo que hay que unir en vivo, piel contra piel, risa con risa, emoción con emoción, esperanza con esperanza.

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ISA DOBLES