viernes, 19 de noviembre de 2010

Entrevista a ISA en el Semanario Las Verdades de Miguel N°332

Nombre, voz y un estilo muy particular de ser, estar y vivir. Amada y odiada, le ha ganado a la vida con esfuerzo y generosidad. Venezolana, “caraqueñita para más señas”, es una agradecida de la vida. No es de las que dice “nací a una edad muy temprana”, sin soltar el día y el año. Tampoco intentó quedarse en los cuarenta, “he sabido envejecer, que es la obra maestra de la vida”. Y su elixir de la eterna juventud está escondido en el único lugar en donde a nadie se le ocurre buscar, en su interior. Aún no le ha pasado la erupción política, “es parte de mi personalidad, la política me emociona igual que el béisbol”. Pero aclara que no es caraquista ni de las Águilas, “sino una enamorada de ese espectáculo que es la pelota, el equipo que juega mejor, merece ganar”.
Asegura que hoy en día existe más pantallerismo político que convicciones y que no votó por Chávez, sino contra los que habían deteriorado la democracia “y porque permití que la rabia fuera más fuerte que la razón”. Dice que la de Fidel Castro es una historia inconclusa, “y me parece que el petróleo venezolano le va a costar muy caro en el desgaste de su marco histórico”. ¿Su dictamen sobre nuestra televisión? “Su futuro es gris. Digitalmente es muy buena, pero en ella hay mucha mediocridad, se está conformando con muy poco; en vez de talento, la exigencia se reduce a 6 números: 90-60-90. En la TV no existe quien dé la cara para explicar por qué se perdió la calidad, lo peor es que a su directiva no le preocupa la pobreza de los contenidos de la programación. ¡Estamos copiando tantas pendejadas!”. Isa Dobles, referencia obligada en el periodismo venezolano, habla de la mujer delantal que cocina, vende hallacas de autor, hace los forros de sus muebles, teje, cose a mano y cuida a sus animalitos. ¿Lo que dijo del sexo y de los hombres? ¡Voilà!


Lavinia Gonzálezlavigonzal@yahoo.com

ENTREVISTA:

–¿Y eso que Las Verdades de Miguel quiso entrevistarme?
–Primero, no se cumplen 80 años todos los días y segundo, según Oscar Wilde, “una mujer que dice su verdadera edad es capaz de decirlo todo”.(Jajajajajajajajajaja)
–Pero es que si me preguntan, contesto. Además, detesto decir algo por hablar, me gusta hablar para decir algo.–Podría ser esclava de sus palabras.
–Y dueña de lo que callo (risas).–Sin embargo, mucha gente no sabe qué es de la vida de Isa Dobles, referencia obligada en el periodismo criollo.
–Estoy donde tengo que estar, en mi casa, siempre haciendo algo entretenido. Manejo, limpio, cuido a mis animales 4 perros guardianes, 2 loros súper habladores, 6 periquitos, coso a mano colchas bellísimas. También cocino, a partir del 8 de diciembre me preparo para elaborar 2 mil hallacas, todas por encargo; este mes hice 700; escribo mis columnas 5 semanales y todas distintas, desde que cerraron El Mundo e hicieron El Mundo Economía & Negocios, para el Noticiero Digital, Información 21, Forum, Sin Mordaza de Florida y Venezuela Analítica, que me encanta porque me permite hacer análisis internacionales-, y aún me queda tiempo para meterme de cabeza en un libro que estoy escribiendo, cuyo tema y personajes me apasionan. Es una manera de poner a un lado lo monotemático que se ha vuelto el país, es un más de lo mismo aterrador.
–Debe ganar mucho dinero, al menos el suficiente para vivir.
–¡Noooooooo, chica, no percibo un céntimo! Recuerdo que mamá decía que la única carrera que yo ganaba era la de pendeja (jajajajajajaja). Nunca he recibido nada por escribir, siempre ha sido así. No olvido la impresión de Oscar Martínez, cuando le conseguí trabajo para Venezolana de Televisión y peleé con Adolfo Ramírez Torres porque le querían pagar en aquel entonces, 12 mil bolívares, sólo buscaba que equipararan su sueldo y que ganara lo que yo devengaba, 20 mil bolívares, por hacer un programa diario de 3 horas y otro los viernes de 2 horas. Los programas eran Operación contacto y Venezuela vibra. Cuando me sacaron de CNB, unos meses antes de ser cerrada la emisora, fue por miedo, cuestión de autocrítica, que a veces suele ser tan nefasta. A partir de ahí mis hijos son tres de mi matrimonio con Álvaro-, me sentaron y dijeron: “Mami, tienes 72 años, ahora nos toca a nosotros velar por ti. Has estado a nuestro lado todos los años de nuestra vida, así que nosotros nos hacemos cargo de ti”. No teniendo por qué preocuparme de la materia financiera, comencé a escribir libros, que tampoco es lo mejor para vivir. Fue en esos instantes que me di cuenta de la morena que nos lleva Colombia en asuntos literarios; en días pasados escuché decir a un escritor de ese país, autor de La ruta de Bolívar, que la primera edición fue de 50 mil ejemplares y que toda había sido vendida, que pronto la editora empezaría a publicar la segunda edición… Con el que estoy escribiendo, ya son seis los libros de mi autoría, el penúltimo, De compañera mi alma, es precioso. Quisiera regalarte uno de mis libros, pero no tengo en casa un ejemplar de ninguno, ni siquiera ese de entrevistas que todo periodista debe tener, pero que Fausto Masó no me mandó –ni me pagó- después de que se terminó nuestra relación. Son 10 entrevistas de 10 visionarios; hace 25 años, Pancho Herrera Luque, Luis Beltrán Prieto Figueroa, Arístides Bastidas, María Teresa Castillo, Antonio Lauro, entre otros, coincidieron en su opinión acerca de la Venezuela que tenemos hoy. El libro con el cual le robo horas a mis días, me está exigiendo demasiado, por eso decidí escribirlo piano piano, tal vez lo culmine el año entrante. Es una novela política histórica, con personajes que extraigo de la vida real y los transformo en protagonistas. Será una historia bien interesante dentro de unos años, cuando ya no esté, entonces lo venezolanos asumirán que la pesadilla que hoy vivimos tuvo quien la contara con un estilo muy personal, muy afectivo, como ha sido mi periodismo, y muy entretenido. No, el personaje central no es Hugo Chávez, pero cómo ignorarlo en la profanación de los restos de Simón Bolívar, el Libertador. Eso es imposible. Aunque no es el protagonista, él es la sombra oscura detrás de los protagonistas.
–Tal vez el Presidente lea el libro y le dedique a la autora unos minutos en su programa dominical.
–Bueno, Chávez ha hablado de mí en algunas oportunidades, cuatro veces si mal no recuerdo. Figúrate tamaña mentira, él “ique” comenzó a hacer televisión conmigo. ¡Embustero! Eso forma parte de su fantasía, de sus delirios.
–Los dos hubieran hecho excelente pareja, ambos son carismáticos y saben cautivar a la audiencia.
–¡Ay, no, cómo se te ocurre pensar eso!.. Entrevisté a Chávez varias veces, ufff, mucho antes de llegar a la Presidencia. Para mí ha sido interesante observar cómo el soldadito gris, esmirriado y mal hablado que conocí –lo llamaba “tauretico Chávez”, pues era el que empujaba el tauretico para que no se moviera el micrófono-, ha sido insuflado por el poder. Descubrir los extremos del ser humano es interesantísimo, pero déjame decirte que él me tiene aburridísima.
–¿No es un mérito para Hugo Chávez el haber evolucionado, pasar de soldadito gris, como usted dice, a jefe de Estado?
–No voy a discutir sobre si se superó o no, el problema de Chávez es biológico, o sea, lo que le impulsa a salirse de un marco que pudo haber sido bien interesante, de haberlo manejado correctamente; él sufre trastornos, desórdenes psiquiátricos que biológicamente no puede cambiar. No soy la más autorizada para decirlo, sólo repito lo que los expertos en la materia han diagnosticado, pero es muy difícil alejarse del caldo de cultivo en el cual esos desórdenes funcionan, lo que se traduce posteriormente en conflictos. A mí me da lástima… Lo que si le reconozco a Chávez es su astucia. ¿Sabes qué? Quiero saber si vamos a conversar de Chávez porque si bien es cierto que no me gusta hablar de mí porque soy lo que escribo, esta vez prefiero ser la protagonista de la entrevista. –
Si mal no recuerdo, fue la primera en mencionar al Primer Mandatario.
–Bueno, sí, pero pasemos la página (risas). “Gualberto y yoaún sentimos lo mismo”
–¿80 años es nada para Isa Dobles?
–¡La cuestión no es tenerlos, sino sentirlos. En junio de 2011 seré una señora octogenaria! (jajajajajaja). Gustavo –el menor de mis hijos, que es tan pragmático como crítico-, me dice: “Madre, tú sabes que son 79 años y que tus huesos, tu corazón, tu hígado, tu páncreas, tus dientes, tus ojos, en fin, toda tu anatomía tiene tu misma edad. Así que prepárate”. –Los años pesan, dicen.
–Cuando una tiene 40 años y se siente tan divina, además de que empieza a lograr cosas interesantes en la vida, un dolorcito aquí o una punzadita allá es nada, se traducen en un “bah, dormí mal” o “eso fue porque caminé demasiado” o “ya se me pasará”, así va justificando lo que el cuerpo le está señalando. Ahora bien, cuando una hace las cosas que antes hacía para justificarlas, no tiene más que exclamar “oh, es la edad, estoy cumpliendo años y no quiero admitirlo”. Pero los años pesan, hacer hallacas es una tarea dolorosa, tengo que inyectarme vitamina B antes y después de realizarlas (risas)… ¡No sé que es peor, si la vejez o ver que los días pasan insensiblemente sin una poder detenerlos! (carcajada). Afortunadamente, soy una mujer creativa y muy fructífera: tejo sobrecamas de pabilo, coso a mano cubrecamas de parches, pinto cuadros y vasijas de barro, le hago cojines a mis muebles, muchas de las cosas que ves aquí son hechas por estas manos laboriosas e incansables, no puedo detenerme a pensar en las musarañas, me encanta estar en la cocina, alimento a tres perritos de la calle y a los vigilantes que los cuidan. ¡En fin, sigo siendo una mujer muy activa! –¿Cuántas mujeres hay en usted?–Soy geminiana. La mujer nacida bajo este signo zodiacal es contradictoria y versátil, cambia con facilidad. Pasa de ser serena y fascinante, a pesimista y amorfa. Fantasiosa, ama la libertad e independencia. No obstante, Géminis se quedó corto conmigo, soy una mujer múltiple. Aunque desordenada y desorganizada, hago todo lo que me propongo, no dejo nada al azar ni a la buena de Dios. Soy disciplinada a mi manera.–En su tiempo, Sigmund Freud decía que la gran pregunta que nunca había sido contestada y a la cual él no pudo responder, a pesar de sus 30 años de investigación del alma femenina, es: qué quiere una mujer. ¿Usted lo sabe? –Contesto esa pregunta parafraseando a un gran amigo mío, Joan Manuel Serrat. En un programa de televisión española, una periodista le preguntó cuál, según él, era el propósito de la mujer. “Ser el pilar afectivo en su mundo”, dijo el famoso cantante y compositor. –Serrat canta que la mujer que él quiere, no necesita bañarse cada noche en agua bendita…(Jajajajajajaja) –Aunque lo necesite, no me bañaría en agua bendita por respeto al agua y a Dios… Continuando con lo que dijo Freud sobre el alma femenina, diré que yo, Isa Dobles, he tratado de estar cuando se requiere de la ternura y el afecto seguro, la lealtad y consideración. He tratado de que eso no falle en mi mundo. En el periodismo, cuando se decía que Isa Dobles era “demasiado polémica”, era verdad, pero soy polémica dentro de mis propias exigencias. Te pongo un ejemplo, con Teodoro Petkoff no compartía su ideología, hoy, sin embargo, compartimos los mismos anhelos. Hacia un micro que salía al aire inmediatamente después del entrevistado, en el cual ratificaba los derechos humanos y terminaba con un eslogan bien creativo. Con esto quiero recordar que si bien era una periodista polémica, estaba muy lejos de ser ofensiva y agresiva. Sigo creyendo que el arte de vivir es abrir el corazón. En días pasados hice un programa con César Miguel Rondón, muy bueno, por cierto. Logramos que Gualberto Ibarreto aceptara nuestra invitación. Aquel encuentro fue tan emocionante, que César Miguel terminó diciéndole a Gualberto que “lo que has dicho es un reconcomio tuyo de hace 25 años” (risas). El argumento utilizado por Gualberto para su defensa fue que “ella me botó inconsultamente” (jajajajajaja). Aquél fue un programa tan humano y hermoso, que sólo atiné a decir: “A meses de cumplir mis 80 años, me encanta regalarle a mi país este programa con un muchacho al que protegí, al que quiero mucho todavía, al que se atrevió a enamorarse de su pigmaliona. Hoy nos vemos frente a frente y sentimos los dos el mismo amor el uno por el otro”. Mientras yo hablaba, Gualberto lloraba… A esta casa, donde se respira amor y paz, como ustedes lo han constatado, vino Leonardo Padrón para entrevistarme. Cuando devolvió la cinta para comprobar que la grabación había quedado perfecta, sólo se escuchaba el ladrido de los perros, el canto de los periquitos y lo que decía uno de mis loros: “Isa brava, Isa brava” (risas). Leonardo, con cara de circunstancia, me pidió que volviéramos a hacer la entrevista desde el principio. Lo complací y aprovechamos para hacer varias correcciones. Yo quería que todo quedara impecable… –¿Qué la separa de la esclavitud de la tierra?–Sólo soy esclava de la libertad.
“Mis hijos nunca dejaronde ser mi prioridad”
–¿Cuando saboreaba la fama, se sintió superior a los hombres?
–No, no, no, por favor, siempre los respeté.–¿Ellos le temían? –Si me temían, nunca lo supe ni lo sentí. He caminado esta vida sin empujar ni atropellar a nadie. Siendo hija de un hombre triunfador, muy noble y bueno, un político muy conocido por todos, sentía que ellos me protegían, jamás pensé que competía con los hombres y nunca me sentí maltratada, al contrario, mis grandes compañeros –Eladio Lárez, Edmundo Valdemar, Tinedo Guía, Cándido Pérez que aún me llama para decirme “te amo”-, eran también mis grandes colaboradores… Cuando entré a la televisión, tenía 37 años, pero ya había escuchado muchos cuentos, como que primero debía pasar por el colchón para lograr alcanzar mis objetivos, que tenía que dejarme piropear y manosear. –La “operación colchón” es un “programa” imbatible en nuestra televisión, no ha pasado de moda. –A esa “operación” iba si quería ¡y sin que me lo preguntaran! (jajajajaja). Afortunadamente, nunca me tocó “protagonizar” esas experiencias tal vez porque siempre andaba con mis tres hijos y nadie se atrevía a proponerme cosas indecorosas; quizá porque respetaban mi rol de padre y madre, pues Álvaro estaba en Estados Unidos; a lo mejor el ser hija de Alejandro Oropeza Castillo era una tarjeta de presentación. –“Mamá es la mujer más bella que hemos conocido, todo lo que somos se lo debemos a ella”, ¿eso es lo que dicen sus hijos de la mujer que los trajo al mundo?–Los muchachos también dicen que he sido amiga y compañera, confidente y cómplice. Mis hijos son lo mejor que me ha podido pasar en la vida. Ellos nunca dejaron de ser mi prioridad, jamás los aparté para dedicarme en cuerpo y alma a mi profesión. Hice por ellos lo que tenía que hacer con mucho amor, sin hacer enormes sacrificios. Aunque con mucha resistencia, los tres me acompañaban a Rctv, que no era su mundo ni lo querían para su futuro. De hecho, uno es publicista, otro es psicólogo social y el otro es editorialista. Bueno, una vez dejé los programas, elegí el periodismo y ser escritora, fui guionista; mi primer guión fue sobre Bolívar, recuerdo que José Ignacio Cabrujas hizo el papel de Sucre. Cuando hice documentales en Nicaragua y México, a mis hijos les encantó. –¿Si hubiera sabido cuán maravilloso es tener nietos, los hubiera tenido primero?–Tengo siete nietos, la última es una niña preciosa de dos añitos. Mi primer nieto, Santiago, es una belleza de muchacho, es el resultado de un “apresuramiento” adolescente; sus padres tenían 16 años. No dudo en afirmar que es el amor más grande que siento por un descendiente mío. Y no porque a los nietos se les quiera más, algo que no es verdad, sino que a ellos se les ama con más libertad ya que son sus padres los que tienen que velar por su futuro. Santiago y yo somos muy unidos, es un chico fenomenal, bello, está dotado de poderes mágicos. Estoy orgullosa de mis hijos porque han sabido ser excelentes padres, pero con Santiago a mi corazón le creció un corazoncito, el de él. Vive en Miami y además de psicólogo, se graduó en artes marciales, tiene 31 años. “Paso Noche Buena y Fin de Añocon mis perros, loros y pericos”
–Dentro de un mes ya es Navidad, ¿vive esta fiesta rodeada de sus hijos y nietos?
–La única hermana que vive en Caracas, a quien le llevo 14 años, es mamá de Nelson Bustamante, somos muy unidas, pero para esa fecha viaja a Estados Unidos para estar con sus hijos. Yo me quedo en casa, tengo muchos años pasando Noche Buena y Fin de Año, con mis perros, loros y pericos. Tengo una amiga que siempre me acompaña, viene con su hijo; Gladys, la señora que está conmigo, se va a su casa. Pero mis hijos no dejan de llamarme, ahora dejo abierto el skype, una maravilla tecnológica, y los veo a todos, nos reímos y conversamos sin parar. Ellos me visitan una vez al año.
–¿No echa de menos una compañía masculina, aunque sea para decir que todo pasado fue mejor y escuchar villancicos?
–No me he permitido sentirme sola. Hay una diferencia entre la soledad y el vacío. Como las tengo a las dos, no me he permitido caer en ninguna de ellas. Me lleno mucho con el trabajo agotador de las hallacas, que hago porque adquirí el compromiso de hacerlas. Mis hallacas son un vínculo con mis afectos, son gente que las viene comprando desde hace tiempo y a quien no puede pagarlas, se las regalo. –Este año la inflación estuvo a un tris de acabar con la tradición.–Es cierto, no sé qué precio le pondré a mis multisápidas, como las llamó Rómulo Betancourt. El año pasado, mientras otras personas cobraban 25 o 30 bolívares por una hallaca, yo cobraba 20.
–¿Qué de especial tienen sus hallacas?
–¡Qué son riquísimas, además de súper caraqueñas! Esas son dos razones del porqué son tan solicitadas (jajajajaja). También hago hallacas vegetarianas, ¡son de un sabor gastronómico sensacional! –No ha hablado del dulce de lechosa, el postre navideño por excelencia.
–Lo hago, pero no para vender. A todo el que pasa por esta casa, le sirvo su ración.
–Cómo vive el Fin de Año.–Es el día más terrible para mis perros, sobre todo, que se asustan ante tanta exacerbación pirotécnica. No voy a ninguna parte porque tengo que estar con ellos, tampoco viajo porque me da miedo que alguno se muera en mi ausencia.
–¿Y no hace un ritual para que el año que viene se porte mejor que el que se fue?–Tomo mi champañita, pero también comparto con los 3 vigilantes, a quienes les llevo sus hallacas y regalos. Mi amiga siempre viene después de las 12, pero horas antes ya he hablado mil veces con mis hijos y nietos… Hace años que este tipo de celebración forma parte de mi vida.
“Fidel Castro se encandiló conmigo, se enamoró de mi libertad”
–¿Se cerró al amor, a la pasión?
–El amor está presente en todo… Intenté mantener viva la llama del amor, el pasional, pero me molestaba sobremanera ver colillas de cigarro en mis ceniceros (risas). No te he dicho que aunque nos separamos, Álvaro y yo no firmamos el acta de divorcio, “para qué divorciarnos si somos tan amigos, si nos queremos tan entrañablemente”, decía él –Álvaro murió hace cuatro años, lo sentí muchísimo-; tampoco voy a negarte que disfruté un mundo mis aventuras, que lloré desconsoladamente por un amor ido, que me despeché, que canté con ganas los boleros de Toña La Negra y Agustín Lara. Pero que trajera a uno de mis “notas” a vivir a mi casa, ¡no! Si digo que mis hijos nunca tuvieron que toser cuando entraban a su casa en la creencia de que “alguien” estaba conmigo. Mi hogar siempre ha sido transparente y cuando me empataba seriamente, prefería irme a hoteles. Ignacio, mi hijo mayor, más de una vez me dijo: “Estuviéramos más tranquilos si te consiguieras a un hombre que te ame y respete”.
–Se le endilgan muchos romances y muchos creen a pie juntillas que se acostó con Fidel Castro. ¿No pasó por su mente esa posibilidad? Total, no tenía perrito que le ladrara, vivía en Cuba con su mamá, era una mujer sin ataduras sentimentales.
–Nunca me acosté con Fidel, ni en Caracas ni en Cuba. No lo hice, tampoco lo hubiera hecho porque Isa Dobles no era para quedarse en Cuba, escondida como la amante de nadie. Cuando nos veíamos, le decía a Fidel: “Tú estás encandilado conmigo, sólo estás enamorado de mi libertad, pues vengo y me voy cuando me da la gana, digo lo que pienso y escucho la música que me gusta”. Afortunadamente, una tiene principios y valores.
–Qué no le gustaba del presidente cubano.
–Entiendo que sea atractivo, pero Fidel no era ni es mi tipo. Soy una mujer de piel, tengo que sentir el cosquilleo y ese erizamiento epidérmico. Un día llegó a Cuba una persona con la cual había tenido “una nota”, un romance, y con la mayor naturalidad del mundo comentó: “Como me voy mañana, me puedo quedar contigo”. Lo miré y le dije “muérete que no, aquí todo el mundo cree que Fidel se está acostando conmigo, y si tú te quedas en esta casa y sales de madrugada, qué crees va a pasar. Vivo enfrente de la policía, y los funcionarios van a creer que le estoy poniendo los cachos a Fidel. Y eso no puede ser, tengo que cuidarle la imagen al Presidente, aunque no me acueste con él”. A los días le conté a Fidel lo sucedido. “No tengo aventuras en Cuba, pero tengo que cuidarte la imagen para que los demás no digan que eres cornudo”, le manifesté. Su respuesta fue una carcajada.
–De esos novios encasquetados por los medios, cuántos fueron reales y cuántos inventados.
–Ochenta por ciento fueron producto de la fantasía de los periodistas. Siempre dije –y lo manifesté en el programa con Gualberto- que si esa cantidad de “novios” hubiera tenido ribetes de verdad, estaría en un circo ganando mucho dinero. A Jesús Bustindui le he dicho una y otra vez que va a escribir mi obituario. Con Gualberto, repito, tuve una relación muy protectora porque veía a un muchacho campuruso con la voz más extraordinaria del mundo, entrar en ese círculo terrible sin defensa. Entonces, me convertí en su ángel protector. Y él se enamoró de mí. Esa clase de ternura, de relación con Gualberto, no tiene nada que ver con los hombres de mi vida. Una noche de éstas una amiga me preguntó por uno de esos hombres, luego de recordarlo manifesté que “eso fue una infatuación”, una pasión irracional. “¿Infatuación y nos metimos con el carro en la discoteca porque sabías que él estaba allí?”. Me reí, con los años una tiende a tamizar todas esas travesuras. Ah, no te contado que papá fue un hombre increíble, tan increíble que nos reconoció a mi hermana y a mí como hijas sin ser nuestro padre biológico, ¡no puedo evitar emocionarme y llorar cuando hablo de él, el hombre más importante en mi vida! Que antes de casarme con Álvaro, viví la amarga experiencia de un matrimonio canallesco. Y que mi perro blanco, Yesito, de 14 años, ha dormido en mi cama más que muchos hombres de mi vida (risas). Sólo un hombre se atrevió a ponerme una mano encima y se arrepintió, ¡hasta le pegó a Gualberto! No doy nombres, los que me conocen saben de quienes estoy hablando. –¿Tuvo algún amor prohibido?–Sí, y sufrí mucho, por eso me prohibí volver a tener un amor con el cual tuviera que esconderme. Me enamoré de un hombre casado.
“Fui pésima, aburridísima como amante”
–¿Ha tenido algún problema moral con la edad?
–En absoluto.–¿Cuando era el “ángel guardián” de Gualberto Ibarreto, se sentía la Demi Moore criolla? –No, nunca me enrollé por mi edad. Si mi empate era menor que yo, pero nos llevábamos bien, vivíamos el momento. Además, no me iba a casar con él, no era de las que hacía compromisos a ultranza. –¿Confiesa que no le hizo streep tease a sus galanes? Se lo pregunto porque tiene fama de haber tenido muchos amantes. –Y me encanta que me hagas esa pregunta que ningún periodista antes me había hecho… Aunque no lo creas ni los lectores tampoco, siempre fui muy pudorosa. Nunca le permití a ningún hombre que me viera desnuda ni que encendiera la luz de la habitación. ¿Streep tease? ¡Jamás! No era exhibicionista. Llegaba vestida a la cama, me daba pena que vieran que era ancha de caderas o muy huesuda. Las travesuras íntimas estaban prohibidas para mí. En eso era casi monjil… –Entonces no era una mujer sólo sexo. –En el amor y el sexo en el amor he sido toda la vida recatada. Aunque les resultaba sexy a los hombres, que decían que mi piel era suavecita, exquisita, ¡yo era pésima como amante, además de fastidiosísima, súper aburrida! ¡Nunca fui demasiado sexual! Si estaba haciendo el amor con alguien, paraba un ratico para llamar a casa y saber cómo estaban mis hijos (risas). Eso enfurecía a los hombres de mi vida, pues les cortaba la “nota” erótica. –Intuyo que ellos se vestían y se iban hasta más nunca. –Cuando había amor, también había comprensión. Ellos sabían que era montuna en el amor, fíjate, me has hecho recordar la palabra “montuna”, que hace años borré de mi diccionario (carcajada).–Cómo rumiaba sus despechos.–El despecho significa que te dejaron y bien feo. Si acaso tuve uno que otro despechito porque resulta que yo era la que se iba. Por eso gozaba las “notas” que no me exigían. Pasado el tiempo, ya ni recuerdo el escozor de un amor perdido. –¿Pero curaba las heridas del amor perdido con la medicina “un clavo saca otro clavo”? (Jajajajajaja) –No, vivía mis duelos con dignidad. Mis hijos sabían cuando yo estaba triste, “te pasaste de llorona”, me decían. En uno de esos duelos, creía que el despecho me iba a matar, ponía a Beethoven a cada rato, hasta los perros se fastidiaban. Llegué a pensar que no había consuelo para mi dolor. “Mami, el dolor hay que vivirlo. Gózalo”, me aconsejaban los muchachos. Les hice caso. No me puedo considerar amargada, le agradezco a la vida que me haya permitido vivir…
–Cuáles boleros le hacían agua los ojos y le apretaban el corazón.
–En mis despechos agoté todo el repertorio (jajajajajaja). No sé cuantas veces tarareé “dos almas que en el mundo, había unido Dios, dos almas que se amaban, eso éramos tú y yo”. O “Atiéndeme, quiero decirte algo, que quizá no esperes, doloroso tal vez... Escúchame, que aunque me duela el alma, yo necesito hablarte y así lo haré. Nosotros, que fuimos tan sinceros, que desde que nos vimos, amándonos estamos. Nosotros, que del amor hicimos, un sol maravilloso, romance tan divino”. No olvido las canciones de Toña La Negra y de Agustín Lara…
PingPong

–¿AD resurgió de sus cenizas el 26S?
–Crecí con la Acción Democrática burbujeante, moderada, de hidalguía política y hombres brillantes, como Andrés Eloy Blanco y Rómulo Gallegos. Tengo hambre de estatura política… Okey, el partido sacó 900 mil votos, pero para lo que fue AD, esa cantidad de votos es irrisoria. Acción Democrática debe presentar proyectos, gente nueva, joven, informada y con talento, necesita tener fisonomía propia y que se haga sentir. AD no está llamada a perecer, está llamada a reconstruirse. –¿Adeca forever?–Nunca me inscribí en el partido. –Hay quien dice primero rojo que descolorido.–¡Prefiero estar descolorida!
–Póngale un contendor al presidente Chávez.
–Leopoldo López es una ficha valiosa, igual que Ramón Muchacho, pero con Pablo Pérez, el gobernador del Zulia, estoy enloquecida. Me identifico con su pasión, me encanta su personalidad, es fresco, transparente, honesto, no tiene miedo, escruta con la mirada. Sería feliz si me invita a su programa con los periodistas.
–¿Podría vivir sin libertad los años que le quedan de vida?
–No. Eso es imposible para mí.
–¿A qué le supo el exilio en Costa Rica?
–A honor.
–¿Pa’luego es tarde, qué?
–La democracia.
–¿Cuándo y dónde fue más feliz?
-En mi casa de La Colina, con papá y mamá.
–¿Un talento que le gustaría poseer?
–¡Voz para cantar!
–¿Cómo le gustaría morir?
–Viendo televisión y con una sonrisa en los labios.
–¿Si muriera y pudiese regresar como una persona o una cosa, qué cree pudiese ser?
–Isa Dobles.
–Hoy, a qué no se atrevería?
–A esperar.
–Qué alimenta sus pupilas?
–Las imágenes queridas de los míos que ya se fueron.
–¿Una ex tentación?(Jajajajajaja)
–Qué la tienta?
–La vida
–¿Una mujer intensa?
–Definitivamente.
–¿Su mayor equivocación?
–Votar por Chávez.
–¿Su gran debilidad?
–Mis perros.
–¿Su tremendura inolvidable?
–¡Agarrarle la mano a Mandela por debajo de la mesa. Ocurrió en Cuba!
–¿Jamás ve las cosas tal cual son, sino tal cual es usted?
–Soy muy realista.
–Qué es más filoso que una espada?
–La lengua.
–¿Blanca Ibáñez le recuerda algo?
–Fue la barragana de Jaime Lusinchi.
–¿A Venezuela le hace falta que la exorcicen?
–No, que la defiendan.
–Defienda a Las Verdades de Miguel?
–Es un semanario que tiene un sello muy particular. Lo leo de vez en cuando lo consigo. Me gusta leer a Miguel porque a veces las pega, sobre todo cuando se refiere a mi persona. Él es muy atrevido, nada convencional en su manera de hacer periodismo.

Un amigo me dice que no se lo pierde porque allí hay para todo, para sonreír, para fruncir el ceño y para enfadarse.
Miguel sabe exacerbar las emociones.

Articulo tomado del semanario La Verdades de Miguel. Número 322

1 comentario:

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ISA DOBLES