Un tiro en la frente acabó con la vida del hijo de este
venezolano.
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Esta es una foto inevitable
en Venezuela. El muchacho, de 25 años, terminaba su tercer trimestre de estudios…Como este hombre, miles se han
ido sumando en ese dolor inconmensurable
que no se parece a ningún otro. Un hijo es
un dolor único. Mas si es abatido así, de esta manera que nunca se imaginó ninguno aunque se lea todos los días y se llore toda la vida. Y
esta es la Venezuela de hoy, con más
muertos que ninguna guerra y con más mentiras,
incapacidad y cinismo para enfrentarlo. Así como hoy vemos a un hombre que no
puede garantizar siquiera su
nacionalidad venezolana asegurar que
esta campaña electoral que según un CNE desacreditado y mañoso insiste empieza cuando el gobierno tiene la vida en
campaña va a ser “pedagógica”, así “Patria segura” y quien recuerda cuantos más intentos se han ofrecido para terminar este ciclo espantoso de lágrimas, sangre, incapacidad y burla. Esa imagen del padre al ver el cuerpo
del hijo significa que los sueños no se
cumplirán, que la bendición no se volverá a dar, que las mañanas y las noches
se volverán una rutina amarga cuando no se
encuentren en las mañanas promisorias o se reencuentren al final del día dando gracias
a Dios porque regresó.
Autoridades dedicadas a este
tema encentran que hay factores
difíciles de sobrepasar como las armas de fuego, una proliferación soez de
ellas con la permisología del gobierno que no puede controlar lo que
por años consintió, el secuestro de las instituciones del sistema de justicia,
el control del gobierno en la información ofreciendo estadísticas y contradicciones que no pueden
ser contrastadas por la opresión
informativa. Ninguna campaña
suena creíble. El discurso violento y
desaforado del impugnado Maduro y la agresión
del Diosdado, son un incentivo constante. Lo que no ofrece, por
supuesto, ningún consuelo a los venezolanos que diariamente velan
llorando los hijos que al nacer verían
crecer culminando sueños.
Muy bueno madre.
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