El jueves, en esa tardía cadena mediática, Hugo Chávez, a quien ya no le queda nada por enseñar pero muy obviamente sí por hacer, volvió a desnudarse en su mas obscura y enfermiza diligencia política: estaba como Mac Pato repartiendo dinero con ese deleite que le dá el inmenso poder que se atribuye, 31 millones para este, tantos para este otro, y de pronto, después de conceder 62 millones para otro hospital, el Materno Infantil del Valle, y se detuvo con el documento en la mano.
En segundos aquel rostro cambió. La bocaza de un lado a otro, los ojos ya bastante hinchados, iracundos, las manos hacían bailar en el aire el papel. Se dio cuenta que eran para el apátrida, parasito, conspirador, lacayo del imperio, Antonio Ledezma.
Comenzó a balbucear..”Ah, no. Yo no puedo darle esto y menos a ese……”. No pensó en la comunidad, en los niños, en cómo se había violado ese derecho a la salud, no pensó sino en esa venganza contra un opositor que no piensa igual a él (a Dios gracias quedan bastantes) y que ademas se ha atrevido a retarlo. Antes había comenzado manipulando como siempre con la alimentación que con la sombra de Pdval tras él lo enseña cínico y errático.
Fue tan obsceno, de una pequeñez humana tan degradada, que lo que se sintió fue asco. Este hombre que llegó al poder con una Venezuela progresista, ilusionada, descentralizada con las regiones adelantando sus propios quehaceres, mas cerca de la gente, aprendiendo, escucha hoy de este soldadito al que la fortuna, que no siempre las pega, eligió en un golpe de suerte, vengativo, acomplejado y amargado que la descentralización “es una de las mas perversas acciones puntofijistas”.
En la graduación de 189 médicos y una cadena de horas, haciendo chistes baratos, rollizo , los ojos dos líneas mínimas, muecas conocidas y características de su cambio de humor, era la transición del Chávez frente a Fidel encogido de hombros, como regañado, y este que hosco y sudoroso como siempre, impaciente , cerró con broche de oro: no otorgará recursos a ninguna región ni municipio que sea gobernado por la oposición para el mantenimiento de centros asistenciales.
O sea, los que libremente votaron por sus alcaldes son víctimas de su venganza con los elegidos. Que sean niños con cáncer, o mujeres con cáncer de mamas, o ancianos con afecciones cardio vasculares, o muchachos con dengue, que se jodan! Es el “decreto de guerra a muerte”: Chavistas … contad con mi ayuda aun siendo culpables. Demócratas: muéranse aun siendo inocentes! Chávez, desesperado, es el mismo de siempre utilizando el poder y el miedo para manipular el voto. El venezolano sabe quién es Hugo Chávez. Llega un momento cuando ya no importa nada sino detener lo que quiere acabar contigo. Llegó.
En segundos aquel rostro cambió. La bocaza de un lado a otro, los ojos ya bastante hinchados, iracundos, las manos hacían bailar en el aire el papel. Se dio cuenta que eran para el apátrida, parasito, conspirador, lacayo del imperio, Antonio Ledezma.
Comenzó a balbucear..”Ah, no. Yo no puedo darle esto y menos a ese……”. No pensó en la comunidad, en los niños, en cómo se había violado ese derecho a la salud, no pensó sino en esa venganza contra un opositor que no piensa igual a él (a Dios gracias quedan bastantes) y que ademas se ha atrevido a retarlo. Antes había comenzado manipulando como siempre con la alimentación que con la sombra de Pdval tras él lo enseña cínico y errático.
Fue tan obsceno, de una pequeñez humana tan degradada, que lo que se sintió fue asco. Este hombre que llegó al poder con una Venezuela progresista, ilusionada, descentralizada con las regiones adelantando sus propios quehaceres, mas cerca de la gente, aprendiendo, escucha hoy de este soldadito al que la fortuna, que no siempre las pega, eligió en un golpe de suerte, vengativo, acomplejado y amargado que la descentralización “es una de las mas perversas acciones puntofijistas”.
En la graduación de 189 médicos y una cadena de horas, haciendo chistes baratos, rollizo , los ojos dos líneas mínimas, muecas conocidas y características de su cambio de humor, era la transición del Chávez frente a Fidel encogido de hombros, como regañado, y este que hosco y sudoroso como siempre, impaciente , cerró con broche de oro: no otorgará recursos a ninguna región ni municipio que sea gobernado por la oposición para el mantenimiento de centros asistenciales.
O sea, los que libremente votaron por sus alcaldes son víctimas de su venganza con los elegidos. Que sean niños con cáncer, o mujeres con cáncer de mamas, o ancianos con afecciones cardio vasculares, o muchachos con dengue, que se jodan! Es el “decreto de guerra a muerte”: Chavistas … contad con mi ayuda aun siendo culpables. Demócratas: muéranse aun siendo inocentes! Chávez, desesperado, es el mismo de siempre utilizando el poder y el miedo para manipular el voto. El venezolano sabe quién es Hugo Chávez. Llega un momento cuando ya no importa nada sino detener lo que quiere acabar contigo. Llegó.
El 26…llueva, truene o relampaguee!
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ISA DOBLES