viernes, 2 de julio de 2010

Manuela Sáenz

Esta vez no es culpa de Manuela, de Manuela Sáenz. Si se le hubiera preguntado donde quería que permanecieran sus cenizas , tal vez hubiera pedido con firmeza que se le dejara en Paita con sus negras queridas que fueron parte de su vida y sus perros con los nombres de los enemigos del libertador, con sus archivos incinerados con ella que garantizaban su dolor más íntimo, su agobiada rebeldía y el respeto que Bolívar hubiera exigido siempre.
Porque Manuela Sáenz era una mujer leal y sabía como era Bolívar. Soportó de todo, sobretodo en esos últimos años cuando la tos apagaba las palabras de amor y la sangre que secaban sus manos no era resultado de una batalla gloriosa sino de esa obstinada enfermedad de su pecho delgado que no daba tregua a Bolívar. Manuela era leal. Inteligente. Y era dueña absoluta de esa personalidad altiva que asumió ser la amante sin exigir nunca del caraqueño anillo o documento que irrespetaría al hombre rígido en el recuerdo a María Teresa Toro.
Busco en las noticias de la prensa ecuatoriana y no encuentro información sobre el traslado de sus cenizas a Caracas para ser depositadas en el Panteón Nacional al lado del Libertador.
Cómo se vá a hacer? Pondrán otro ataúd, otro sarcófago, en la nave central donde guardias de honor protegen del vandalismo o el mismo pueblo a Bolívar? O moverán el monumento de Miranda o Sucre que están lado a lado de esa nave central?
Yo he trabajado mucho con esa figura que es Manuela, me parece fascinante en su obstinada presencia amorosa. Hice varios documentales sobre ella, su carácter, sus debilidades y heroicidades. Y será por eso mismo, porque de tanto estudiarla llego a sentirla, que estoy segura que todo este espectáculo hubiera contado con su rechazo. Perú, donde murió en Paita, no tiene ningún derecho sobre sus restos porque Manuela era ecuatoriana. Simón Rodríguez, el maestro, la visitó allí, tejiendo con sus manos hinchadas y en una silla de ruedas como terminó su existencia por una epidemia que obligó a quemar su cuerpo con los archivos de Bolívar. El maestro que tenía también mucho de esa rebeldía y también conocía a Bolívar en su alma, habló mucho en esa visita y según cuentan lloró mucho a su regreso. Porque en cada punto sobre aquel hilo que enlazaba interminable, aquella mujer tejía en su memoria momentos dulces de aquella otra alma que pocas veces podía quejarse o recostar la cabeza fulgurante de ideas y sueños. Manuela tiene su lugar y su espacio. Y en ese lugar con su propia historia, ella brilla apasionada. Libre. ¿Cómo se desprende Ecuador de esta mujer? ¿Por qué no” negociamos” los restos de Sucre?
Ecuador se desprende del símbolo de libertad y coraje y lo ponen en manos de Iris Varela para recibirla! Manuela sabe de manipulaciones y bufonadas, de traiciones y marañas.
Siempre fue difícil de engañar…o convencer..
Sus manos no se tocaran…ni sus labios…. Esto es ya cuestión de almas.
Ella no necesita hacerse perdonar..Bolívar sabe. Esperan……

4 comentarios:

  1. Mi bien admirada Isa Dobles, que gusto me da leerle, tanto que me tomé el atrevimiento sin su permiso de linkearla en mi blog.
    Reciba un fuerte y efusivo abrazo y gracias por regalarnos su intelecto a través de sus letras.
    Gracias!!

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  2. P.D. Felicitaciones por su escrito sobre Manuela Saez, y en general por todos

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  3. Isa tremendo escrito sobre Manuela Saez, nadie como tu pude darce ese lujo de escribir asiDios te bendiga inolvidable mujer.

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  4. La gorda Arrecha,Que colunna mas sabia con firmesa nada mas usted Sra; Isa se puede dar ese lujo quien escribe como usted nadie nuevamente la felicito.

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Gracias por tu Comentario.

ISA DOBLES