martes, 1 de abril de 2014

Venezuela libre


“Si la tiranía se opone… Lucharemos contra ella Y la haremos que nos obedezca”
 
Fundamentar cualquier discurso sobre frases de Bolívar nos ha rebotado en el rostro una verdad dolorosa: a Bolívar lo asumen igualmente déspotas o héroes impunemente. Cambiar en esta frase “Naturaleza por “dictadura” es una responsabilidad personal mía que asumo plenamente. Porque si alguno sabe cuanta verdad hay en ello, es el propio libertador que ve, sabe y siente lo que Venezuela está viviendo. En mis imaginarias entrevistas, la primera de las cuales protagonizó José Ignacio Cabrujas en Radio Caracas Televisión, hice un trabajo de profundo respeto que me permite estar en paz con su figura. Ese día del jueves Santo de 1812, un 26 de marzo, Bolívar había llegado corriendo a la Plaza de San Jacinto:
“En mangas de camisa porque acababa de dormir la siesta…por cierto que no encontré otra cosa que un lamentable hacinamiento de ruinas. En el acto me puse a la obra de salvar víctimas, encaramándome sobre los escombros y gateando a los sitios de donde salían quejidos o voces de auxilio. Me hallaba en esa tarea cuando di de manos a boca con el “españolizante” José Domingo Díaz, que no hace más que verme y comentar con su acostumbrada sorna:
“¿Qué tal Bolívar? Parece que la Naturaleza se pone del lado de los españoles”…
“-Si se opone la Naturaleza, lucharemos contra ella y la haremos que nos obedezca”…
Le respondí iracundo.”
Hoy Venezuela no vive un movimiento catastrófico de tierra…pero si de alma. Porque el dolor intenso por las pérdidas humanas duelen lo mismo bajo escombros que bajo el también despiadado ataque de las armas, sobretodo, en manos de sus propios conciudadanos envilecidos por órdenes de un militarismo obscenamente servil y deshumanizado.
Hoy 26 de marzo caminamos sobre calles que se han ensangrentado, de un lugar a otro de nuestra dilatada tierra, con la sangre de niños, jóvenes, mujeres y ancianos sin compasión, sólo por exigir respeto a derechos y vidas. EL despotismo amenazante de fuerzas públicas armadas, de uniformados y seres obscuros cubriéndose los rostros para no ser reconocidos por sus víctimas y familiares, los hogares allanados, destrozadas sus puertas, los desaparecidos que no se vuelven a encontrar sino muertos, los que mueren y no aparecerán,, hacen temblar de impotencia y dolor el alma destrozada de Venezuela. Cada día la “sorna” que el Libertador reconocía en la figura y la voz del “españolizante” José Domínguez Díaz y que provocó ese reto a la “Naturaleza” lo escuchamos nosotros de la tiranía…Y como el caraqueño Bolívar, no un hombre, sino millones mueven la tierra con pasos de libertad….Por momentos, la tierra trata de frenarlos en su angustia…pero es la misma fuerza que renace una y otra vez en la humedad de lágrimas y sangre, inquieta, tras la misma huella y la misma pasión.:
¡Una Venezuela libre!
 


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ISA DOBLES