La preocupación del venezolano |
Que cantidad de payasadas y provocaciones. Y tras toda
la farsa, la mismita amarga realidad: una Venezuela empobrecida de todo, un
pueblo encandilado y confuso, un poder viciado y enfermizo, un “no sé que
vendrá”, una primera combatiente empeñada en parecer una guerrillera, un
Presidente de una Asamblea acusado y desnudado por canallas que lo conocen
bien, allí, pegadito con salivita del impugnado que comienza a sentirse Dios y
encontrará ya algún general libertador para identificarse que de una vez aleja,
afortunadamente al hombre armonía que fue Sucre porque los bigotes a quien más
lo acercan es a Stalin.
Vuelven a devaluar al pobre Bolívar, mientras lo rezan,
alaban, y glorifican con la chabacanería de las flores plásticas. Vuelve a
tomar fuerza la partida de nacimiento nunca esclarecida. Y es que es demasiado
tentadora, demasiado frágil. Confrontando esto y demostrándolo, se cae y no de
Maduro. Se cae de ilegítimo.
Estamos viviendo un instante de nubes….no podemos ver
el sol más allá….no sabemos que hacer. El liderazgo tiene que arrancar, que
hacerse sentir, que mantener viva a esta oposición dura, recia, que contra todo
se manifestó y dejó claro que a Dios gracias, que todavía hay más de medio país
comprometido con la lucha y su razón de ser.
Fui a una cauchera y el amigo está cerrando, no tiene
dólares para importarlos y aquí no hay materia prima. Mi dentista me tiene
esperando por un puente porque no hay pasta…..una amiga queridísima cerró
porque no hay materia prima, seguimos sin azúcar después de aquel espectáculo
con un difunto como un Dios y una varita mágica jurando ante una Venezuela
envenenada que íbamos a ser una potencia azucarera….Como dijo del arroz disfrazado
de agricultor con botas hasta las rodillas y como anunció también con la
panadería que no llegó a “repartir penes” porque creo que se cuidaba de no
alardear porque alguna voz podía irse de boca, pero como construía su fantasía
para codearse de “tú a tú” con Cristo y con Bolívar desplazando a Don Quijote.
Mientras el cartel de Miraflores somete, amenaza,
insulta, Venezuela sigue sin pollo, sin harina, sin azúcar, sin aceite, la
gente sigue peleando por la leche que no se ha vuelto a ver y Madurón sigue
caminando entre piedras y “meaos”: quien no me reconozca no entra a
Miraflores”.
Nos faltó velocidad: convocar a los casi cinco
millones que nos atrevimos a marchar a Miraflores: no te reconocemos y lo que
queremos es que tu salgas de Miraflores”. Hay que mover la emoción, no dejarla
dormirse otra vez y dar paso a una infinita pesadilla.
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ISA DOBLES