
La perspectiva sombría que ofrecía una realidad trágica hizo mella en él. No es lo mismo esperar morir algún día a que te digan que te puedes morir. Pero se salvó. Por primera vez nadie lo mata para Navidad ni lo envenenan para cumplir con las informaciones que desde hace cincuenta años se dan al mundo. Esta vez era real. Y ahora, retoma un camino. Revitalizar la figura histórica de Fidel Castro, manoseada, utilizada por Hugo Chávez.
Los errores del uno han afectado el marco histórico del otro ¿Qué Chávez rompe relaciones con Colombia y llena los informativos con una supuesta guerra de Colombia? Fidel asegura que Colombia nunca atacará a Venezuela… ¿Chávez dice que es socialista? ¿Que esto es el socialismo del siglo XXI? Cuando lo entrevistan y le preguntan qué es el socialismo, Fidel responde: “Comunismo". Y lo repite. Conmina a las FARC a desistir de la lucha armada y Chávez se ve obligado a ser su eco. Y lo que nunca aceptó lo acepta cuando Hugo chávez insiste en instaurarlo en Venezuela: el fracaso del modelo cubano. Fidel tiene hoy en sus manos a Hugo Chávez. Los negocios con Cuba no pueden ser retirados, el compromiso está allí.
El cacareado amor por el maestro, hasta los besos soplados, atan a Hugo Chávez al cubano. Aunque le pase por la cabeza que Fidel huele a derrota, que como el zorro que es puede estar preparando el terreno con estas declaraciones para marcar una distancia que no les quite todo cuando Venezuela cobre sus deudas democráticamente, en estas elecciones y en el 2012. En esa foto, Fidel regañaba. Uno lo conoce. Raúl no tiene peso para borrar a Fidel del mapa. Pero Chávez tampoco. Es otro momento. Hace cuatro meses moría. La historia terminaba allí. Hoy vive.
Hay que quitarse de encima las sombras que manchan la imagen del espejo que por cincuenta años le devuelve su figura.
Fidel, como Venezuela y Chávez, sabe qué significan las elecciones del 26.
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ISA DOBLES