Un angustioso parto ochomesino

“El director de la Dijin de la Policía Colombia, general Carlos Ramiro Mena Bravo, confirmó que en 8 meses las autoridades entregarán el análisis de los 8 mil megabytes contenidos en los 19 computadores, 100 USB y 12 discos duros que forman parte de un extenso archivo de las Farc, encontrado en el campamento del abatido jefe guerrillero Jorge Briceño, alias ‘Mono Jojoy'.” Asi lo informa este viernes “El Espectador” de Colombia. O sea, que este será “un angustioso parto ochomesino” para los que saben que están allí, en cualquier parrafito, foto, o video. Saldrán las informaciones como salieron las de Piedad Córdoba y provocaron su expulsión e inhabilitación según la procuraduría colombiana que ante las reacciones y amenazas de apelación ante la Corte Internacional, se mantiene ajustada a derecho. Las evidencias están allí. Esta decisión asoma una situación difícil, dificilísima, para Hugo Chávez. Porque el ex presidente Uribe no es ningún loco. Por el contrario. Sale del gobierno con un alto índice de popularidad y Santos gana arrastrando esa confianza popular. Si hay evidencias en las computadoras, las de ayer de Raúl Reyes y las del “Mono Jojoy” en ocho meses, allí estarán. Ahora o después, las acusaciones directas y audaces del ex Presidente Uribe, o cualquier otra basada sobre el mismo asunto, si se evidencian como las de Piedad Cördoba, tendrán respuestas del organismo internacional. Eso debería hacer más prudente a Hugo Chávez. Porque los expedientes son vinculantes, si no sobre el papel, los medios de comunicación ofrecen sin perder un solo detalle los hechos, estremeciendo la emoción humana en segundos de un lado a otro del globo. Asi vimos la “revuelta” de Ecuador. Inaceptable desde todo punto de vista el ataque a un hombre, sea presidente o mendigo, discapacitado. A mi la suspicacia inquieta me hace cautelosa. Si alguno puede ganarle en histrionismo a Hugo Chávez, contando, además, con un físico de galán, es Rafael Correa. Y esto me recuerda y mucho lo sucedido aquí aquel fatídico Abril. El ecuatoriano tenía problemas con el Congreso,, con una parte de las fuerzas armadas, con los campesino y los medios. Todo es demasiado teatral, el balcón, el “borrón y cuenta nueva”... la posición de víctima adornada con la convocatoria de un guión bien escrito que llama a la consideración y el patriotismo barato para inflamado, acabar con la oposición. Sigue el teatro. Cristina que abraza jubilosa a un Chávez gordísimo vociferando contra Estados Unidos mientras la misma Argentina la critica duramente por violar la ética y la ley con el asilo político que se le concedió a Galvarino Apablaza, imputado por el asesinato del senador Jaime Guzmán. El vicepresidente de la Cámara de Diputados, Ricardo Alfonsín, expresó que "darle estatus de refugiado político al señor Apablaza, impidiendo que se someta a la Justicia chilena a un acusado de haber cometido crímenes en democracia, representa un verdadero agravio para la república chilena". Y Unasur calla.