¿Es que no hay nadie a su alrededor que le diga que hace el ridículo?

Uno lo que siente ya con Hugo Chávez es un gran cansancio…Un gran fastidio. A veces, uno todavía se hace preguntas… ¿Es que no hay nadie a su alrededor que le diga que hace el ridículo? Que esta Venezuela que se tira a la calle a recibir, abrazar, aplaudir, tocar, a hablar con Capriles Radonski es otra…? Que ese discurso de amargura, de atraso, del imperio, la IV, los majunches apátridas, traidores, sinvergüenzas, se quedó en el pasado? Que este muchacho que no necesita de chaquetas militares ni uniformes, de desfiles y pleitesías, de halagos y servilismo es el tiempo de hoy, es la superación que todos los jóvenes anhelan, que esos “clichés” de “ser rico es malo” y “vamos a demolerlos rodilla en tierra” y “si ellos ganan habrá una guerra civil” ya no responden a esta realidad que estamos viviendo.

Que encerrado en su reino de adulancias, vicios y engaños han pasado catorce años , que un muchacho de diez años que vá a votar por primera vez, busca aire para respirar otra cosa que no sea esta Venezuela de odio, de lejanías y miedo? O es que la inseguridad no está en cada esquina de su barrio, de su casa, de la calle hasta de su propia casa sin que el matón de su barrio, armado y protegido por la impunidad y el discurso, deje de amenazar. De herir, de robar, de matar?

Uno ve como una madre denuncia no la muerte de un hijo, sino de dos y hasta tres y este gobierno pasa por eso gastando millones en combos y publicidad, dádivas y créditos apresurados, casa que se caen y aislada en su vialidad destruida, sin agua, sin luz…y el tipo sigue y que “tocando” una guitarra , tambores y cantando boleros…No hay nadie que tenga el valor de decirle a este hombre errático, enfermo, que todo cambió, que no, que no puede seguir llorando un día y cantar el otro y volver a llorar, que abusa de este país que está sobresaturado de este espectáculo grotesco y lastimero?

Si Hugo Chávez no fuera este inculto soldadito confundido por su propia mente, aceptaría la importancia de un una retirada sobria, para no perderse en la obscuridad sombría de una historia repetida y degradada en el tiempo. Basta repasar las últimas apariciones de Chávez y los suyos con las de Capriles. Es verdad que en su trayectoria no hay acciones heroicas que hablen de su valor para enfrentar la vida..El uniforme, los guarda espaldas, los viajes, las alfombras rojas..eso no hace al poderoso valiente. Y se necesita valor para desojarse de todo eso y enfrentar la vida sin más fuerza que la propia.

Una cosa es caminar por calles llenas de desconocidos que lo tocan lo empujan, lo abrazan expuesto a todo, y otra es estar rodeado de círculos de seguridad, chaleco antibala, franco tiradores en techos y mezclados entre la gente, desde arriba…Y estar, además, inseguro, enfermo, llorando, engañando y engañándose. Le toca asumir el momento. Esta Venezuela de hoy tiene raíces de libertad. Cuando la ve en peligro o la pierde, está lista para defenderla. Y lo está haciendo….