Este ha sido un día movido y terrible para el “saliente” presidente. ¡Y gracias a Dios y a la Virgen tenemos a Globovisión!
Porque de no existir no hubiéramos podido enterarnos de boca de los mismos Ramón Martínez y Macario González ambos ex gobernadores respectivamente de Sucre y Lara, de los intentos del chavismo de atraerlos con sumas considerables de dólares para unirse a esta campaña descalificadora contra el candidato de la Unidad, Henrique Capriles Radonski.
Y esas declaraciones después de crear un ambiente de violencia en el aeropuerto de Puerto Cabello, donde suponían llegaría Henrique para dar inicio a su reencuentro con el Estado Carabobo. Quedaron desnudos ante esta Venezuela que lo que quiere es paz, trabajo, seguridad, progreso. Y respeto. ¡Y para condimentar este desatino…. el candidato unitario, llego….en peñero!
Tanto uno como el otro, Makario y Martínez destaparon esa olla de inmundicias, señalaron dramáticamente las maniobras del régimen y pusieron en la mesa, allí, frente a la Venezuela contenida, la división existente dentro del gobierno, los civiles con José Vicente Rangel y Maduro, y los militares con Diosdado. Las garras de los que esperan la debacle total, de las aves de rapiña que fraguan siniestramente a espaldas del hombre enloquecido que sigue adelante sin querer ver, porque la existencia no vale nada sin el poder y mientras sea el poder , ninguno ocupará su espacio. Mientras, todo pasa…todo cae en el muro de silencio que trata de ignorar lo que el régimen no quiere que se sepa.
Pero así como Henrique llegó en peñero burlando los planes trabajados en laboratorios sofisticados y extranjeros, así está hoy el ánimo de Venezuela. Mientras más atropellos, más respuesta. Liderando este ánimo esta el candidato sin miedo, señalando la responsabilidad de un gobierno que no juega limpio, un gobierno poderoso y tramposo que sigue cometiendo los mismo errores que ha cometido sub estimando la voluntad y la inteligencia de un pueblo bueno, aguantador, que ya no está dispuesto a seguir obedeciendo órdenes personales, humillando y violando todas las conductas humanas y políticas, enredados en una madeja de corrupciones y odios ajenos a su propia personalidad y su historia.
En esta desesperación y este resquebrajamiento síquico, que es incontrolable, Chávez se adentra y se pierde en sus intenciones y sentimientos. Vicente Fernández aparece con la gorra de Capriles. Y lo llama a Miraflores. Se “desquita”. Se pone en evidencia. “Si se puso la gorra yo lo traigo aquí, a mi Palacio”. Ratifica de manera lastimera que la agenda la impone el opositor.
José Vicente, cínico, momificado, esperando su momento…Maduro no cree traicionar. Sigue la corriente. Si no es él ahora, después del “zorro” astuto que deja sentado que “le toca” por antigüedad. La presión de su cuerpo enfermo de lo que sea, de sus graves desórdenes de personalidad, los “celadores” del poder, todo se le vá…
Y el 7 está aquí, ya!. Esta Venezuela que no lo escucha, que habla por celulares y saluda la cámara mientras él habla, estos pescadores que escoltan el peñero de un “hijito de papá y mamá” no es la misma…Y tiene razón!
Es la Venezuela que despierta de una pesadilla y toma aire para recuperarse de una inmensa traición. Hay mucho por hacer. ¡Adelante, pues!
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ISA DOBLES