martes, 13 de diciembre de 2011

Se trata de Venezuela. De su seguridad, su convivencia, su progreso.

En la primera de las entrevistas a realizar en el programa “Alo, Ciudadano”, pudimos apreciar a Henrique Capriles Radonski. Yo recuerdo cuando lo tuve conmigo en mi programa de RQ 910. Era un muchacho que caminaba sus veinte años y ya presidía el Congreso Nacional. Lo he seguido con atención como procuro hacer con cada uno de los pre candidatos porque ya no habría ninguna justificación para que al final de mi vida me dejara llevar por emociones o sentimientos personales. Se trata de Venezuela. De su seguridad, su convivencia, su progreso. Se trata de desterrar el odio, de unir a su gente, de desvirtuar un criterio que nos condena a caer en manos de un militarismo que tras sombras o esperanzas parece señalado para decidir nuestra suerte. Henrique dijo una frase que es un titular cuando se refería al trabajo y la oportunidad para generarlo en su gobierno: “ la necesidad es el único requisito”. Henrique se refería a que no se necesitaba color ni partido, sostiene que su gobierno en Miranda es un testimonio de lo que ofrece. Lo hace sin echonería, sin engolamiento. Presionado por un Leopoldo inquisitivo y aparentemente impaciente, estuvo seguro, consistente, espontáneo y fresco, cordial. Un contraste contundente con Chávez regalando dádivas a quienes viven el drama cotidiano de la injusticia o la desesperación avivada por estos trece años que han pasado como si no existieran y que ahora humillan y pervierten bajo un disfraz de compasión y generosidad. Ese es el mayor daño que este hombre causa a los venezolanos. “Malea” y juega con la necesidad con 100 dólares… ¿Cómo se le ocurre ofrecer en dólares la miseria y la humillación que son simplemente compras de conciencia a la humanidad ignorante y necesitada? ¿Hasta cuando este agravio? ¿Esta vileza?

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por tu Comentario.

ISA DOBLES