Me siento ante la computadora y comienzo esta columna hasta el momento cinco veces para referirme al Hugo Chávez de anoche, y las borro una tras otra. No logro seguir, ya se ha dicho tanto, ya se ha mentido tanto, ya se ha sobresaturado tanto con el tema, con las dudas, con la desinformación, con el miedo, con el personaje. Allí, en el teatro, una Venezuela agobiada, harta del abuso, es espectadora obligada de esta actuación. Ha conseguido por fin, un poco de aire para respirar , pero este actor insiste, antes de bajarse el telón, en la amenaza que no podía faltar, lo dijo con otras palabras, esta vez trajeado para este rol con casco rojo rojito: Les advierto. Este país que ustedes creen que es suyo, es mío y aunque me muera, seguirá siendo mío en cada arma, cada avión, cada gas “del bueno”, cada pedazo de tierra que ustedes creen que es de ustedes, cada mente de hijos suyos que ustedes creen que no ven a Bolívar en mí, cada guerrillero “insurgente” buscando en Venezuela su patria Dijo menos. Pero en ese desborde enfermizo y después de pedir “perdón”, es imperativo preguntarse: “ será este el final? ¿Estamos preparados para lo que venga? ¿Y qué es lo que vendrá? Primero, la confesión….después, la víctima, después el perdón y después, la amenaza. Un teatro con todos los ingredientes para lograr un aplauso, un llanto, un grito de miedo, o qué? Venezuela no puede seguir así. Es una canallada someterla este horror. Es una vileza, es una locura perversa. En la televisión se hizo una exposición cruda de esta evidencia demencial que acusa esta mente. Incoherencia tras incoherencia. En una imagen jura por la constitución…en la otra se contradice… jura en una y es en vano en la otra…hay que respetar y mando a los yankees a la “mierda”.. Es un hombre de paz y augura una guerra provocada por Colombia…rechaza los niños armados y después urge al pueblo rodilla en tierra, una tras otra. Niega un cáncer…se fueron las células…células de qué? Si se fueron es porque estuvieron…Entonces? ¿A quienes pide perdón? ¿A su pueblo? Y nosotros que somos mayoría, qué somos aquí, sobre este territorio explotado para regalar a otros pueblos, ¿qué somos? ¿Fantasmas?¿Marionetas? Nos hicimos sentir cuando respiramos por la libertad tres millones de venezolanos valientes, desafiantes, cambiando la historia. Un buen actor sabe que se le recordará por su último rol. La amenaza sobraba…
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ISA DOBLES