Bueno, dos cadenas en una tarde! Desbordado, sin reponerse todavía del impacto causado por el triunfo de la Unidad, enloquecido, incoherente , iracundo, totalmente fuera de sí, lo que era obvio en los rostros de la claque que lo acompañaba y el lagrimeo de Mar
ipili Hernández, su Ministra de la Juventud, Hugo Chávez se lanzó contra la oposición a la que esta vez apuntaba como “burguesía”, como Venezuela esperaba precisamente que reaccionara porque ya este país lo conoce. He mantenido varias veces mi opinión, no autorizada, por supuesto, porque no soy siquiatra, sino con la percepción válida de una periodista que tiene cincuenta años ejerciendo esta profesión con el honor infinito de haber llevado el pulso de mi país en mi corazón y conocerlo muy bien. Hugo Chávez está al borde de su crisis y de los graves desórdenes de su personalidad diagnosticados ya por algunas autoridades. A eso, súmele la enfermedad que sufre, que conocida verazmente o no, exagerada o no, manipulada o no, no se puede esconder porque su apariencia delata que ciertamente algo sucede. Es mucho, así, sin aviso, con tanto poder y tanta obsesión, tanto amor por sí mismo y tanto descontrol. No podía salirse del tema. Volvía con descalificaciones, con el bolivarianismo exaltado y manipulador, con la rabia y la impotencia ante un hecho que de ninguna manera puede negar: Venezuela le dio desde ya, 3 millones de votos a la democracia, a la unidad, al 7 de octubre. No nos podemos engañar: este es sólo el comienzo de una jornada muy dura en la que se van a usar todas las provocaciones del poder, y lo que es peor, del poder perverso. Si cuando no aceptamos su reforma para el socialismo, nos llamó “mierda”, esto será cobrado mil veces más y no de palabra, ya empezaron a salir motociclistas. Al límite de su control, atorado, atragantado en su cólera incontrolable, sigue menospreciando al venezolano. El circulito que nos define pegados a la pared de nuestro territorio, lo demuestra. Alguna vez tendrá que reconocer que estaba equivocado.
ipili Hernández, su Ministra de la Juventud, Hugo Chávez se lanzó contra la oposición a la que esta vez apuntaba como “burguesía”, como Venezuela esperaba precisamente que reaccionara porque ya este país lo conoce. He mantenido varias veces mi opinión, no autorizada, por supuesto, porque no soy siquiatra, sino con la percepción válida de una periodista que tiene cincuenta años ejerciendo esta profesión con el honor infinito de haber llevado el pulso de mi país en mi corazón y conocerlo muy bien. Hugo Chávez está al borde de su crisis y de los graves desórdenes de su personalidad diagnosticados ya por algunas autoridades. A eso, súmele la enfermedad que sufre, que conocida verazmente o no, exagerada o no, manipulada o no, no se puede esconder porque su apariencia delata que ciertamente algo sucede. Es mucho, así, sin aviso, con tanto poder y tanta obsesión, tanto amor por sí mismo y tanto descontrol. No podía salirse del tema. Volvía con descalificaciones, con el bolivarianismo exaltado y manipulador, con la rabia y la impotencia ante un hecho que de ninguna manera puede negar: Venezuela le dio desde ya, 3 millones de votos a la democracia, a la unidad, al 7 de octubre. No nos podemos engañar: este es sólo el comienzo de una jornada muy dura en la que se van a usar todas las provocaciones del poder, y lo que es peor, del poder perverso. Si cuando no aceptamos su reforma para el socialismo, nos llamó “mierda”, esto será cobrado mil veces más y no de palabra, ya empezaron a salir motociclistas. Al límite de su control, atorado, atragantado en su cólera incontrolable, sigue menospreciando al venezolano. El circulito que nos define pegados a la pared de nuestro territorio, lo demuestra. Alguna vez tendrá que reconocer que estaba equivocado. 
Buenas tardes distinguida periodista. Creo que la crisis del mencionado, en esta última publicación de usted, viene de hace tiempo, solo que se le acentuó en los últimos años, siendo "la gota que derramó el vaso" lo sucedido el domingo. Saludos y gracias por permitir leerle todavía.
ResponderEliminar¡Ay mi estimada Isa, totalmente de acuerdo contigo! Leí lo del lagrimeo de Mary Pili y me dio mucha tristeza. Yo me gradué con ella en 1987 en la UCAB. Cuando empezamos en 1982, ella era una jovencita de ¿16 o 17? años y yo una joven señora ya casada y con un hijo. Una niña bonita, inteligente (o eso parecía al menos) hija de inmigrantes españoles. Nunca pensé que con los años se convertiría en lo que es hoy en día. El lavado cerebral que le han hecho a esta mujer es de espanto.
ResponderEliminarDisculpa pero no creo que Ch alguna vez reconozca que está equivocado, porque sencillamente no está en sus cabales. Tengo un amigo médico que me dijo una vez que pensaba que algún día lo iban a declarar mentalmente insano. El tipo está como un cencerro, como dicen los españoles. Mi hijo insiste en que dictadores no salen con votos.
Lo único que se, este 2012 será un año de antología.