Lo que queremos es paz y respeto

El diario O Globo, perteneciente al multimedio más grande de Brasil, publicó este viernes que la salud del presidente venezolano, Hugo Chávez, enfermo de cáncer, empeoró y que tiene “poco margen de recuperación”. Lo escribe el principal comentarista político del diario O Globo y de la cadena Globonews, Merval Pereira, en base a supuestos últimos exámenes realizados a Chávez que fueron analizados por médicos brasileños.

“La salud de Chávez puede afectar la elección presidencial. Los últimos exámenes, analizados por médicos brasileños, indican que el cáncer está en proceso de metástasis, expandiéndose hacia la región del hígado, dejando poco margen de recuperación”, escribió Pereira en el portal web de O Globo.

Como siempre, esta información llega a nosotros desde una fuente que no es la más directa. Ya se había corrido que un nuevo tumor canceroso había aparecido en el cólon. Y por supuesto, en una personalidad como la de Hugo Chávez uno no puede dejar de suponer que todas estas reacciones virulentas y equivocadas se deben a ese cocktail peligroso que es la desesperación con la rabia. Y el miedo.

¿Por qué este hombre no le hace caso a San Fidel y descansa? ¿O es que sabe que ya nada va a cambiar esa decisión fatal? ¿Es que ese aislamiento que lo tiene en un espacio fantasioso alimentado por el halago enfermizo y los aplausos, por este poder que enajena, lo defiende de la verdad? ¡Seguirá este hombre actuando así, fuera de sí, hasta el último momento de su vida?

Lo que hemos visto desde que la Unidad eligiera su candidato para las primarias, errático y torpe, es contundente.

Uno que lo conoce en trayectoria de complejos y venganzas supone, por supuesto, que está aterrado.

Tal vez uno a los ochenta años asumiría la muerte con más resignación, porque es ley de vida. Pero a los cincuenta y ocho y con esa mente desordenada, más desordenada con el poder, tiene que haber sido fulminante.

Para seguir siendo lo que eres en las debilidades mas extremas, tienes que no aceptar la crudeza de tu realidad y engañarte a ti mismo.

O cobrárselo a los demás.

A los que tú crees están gozando una b… porque estás enfermo. Porque a pesar de esta urdimbre de mentiras, lo estás.

Y no. Este pueblo, Hugo, a pesar de todos tus intentos para “malearlo”, es bondadoso.

Lo que queremos es paz y respeto. Que tu llegues a las elecciones caminando ese camino.

Así como tú dice que “vas a demoler” a Henrique, que “es un cochino,” que vas a acabar con nosotros, nosotros quisiéramos no tener que pasar también por la agonía de una lucha de poder de quienes te siguen, que es también un ingrediente más a sumar en tu actitud.

Termino dirigiéndome a ti así, en directo, como he hecho ántes. A veces, cuando te veo disfrazado, como te requiere según tu criterio la escena, como esta vez con toga y birrete, me trago la risa.

Porque sé lo que pasa en ti y trato de comprender. Hay otro miedo, el que está en tu alma, que no se expresa. Escúchalo a él. Te ayudará a entender también. Y déjate ayudar.

Columna: Noticiero Digital