Este hombre tiene con qué y por qué volverse loco

La verdad es que este hombre tiene con qué y por qué volverse loco. Uno que lo conoció en la época que rumiaba sus ambiciones metido en un uniforme de soldadito tras un telón en la Academia Militar puede entender que la personalidad todopoderosa y llena de estrellas, botones dorados, espadas y banderas, halagos, generales y coroneles cuadrados, serviles. Desfiles y chequeras, se desborden en desórdenes siquiátricas que derrochan narcisismo, entre otros. Miente, manipula, amenaza, insulta, incoherente y arrogante. Payasada tras payasada. Lo del Celac, de animador pantallero, en su papel ante un auditorio que algún día tendrá que verse con vergüenza ante el papelón que hicieron, cómplices lastimeros de una hipocresía servil. Ahora advierte a España. ¿ Qué haría si el gobierno de Rajoy lo menciona, lo critica? Sacaría a los españoles de aquí con familias ya venezolanas, sembradores y forjadores de esta tierra? Expropiará otras empresas? O qué….? Mandará aviones rusos a Madrid…? ¿A hacer qué? ¿Cómo viola rutas internacionales? ¿Prohibirá a españoles y canarios en otro de sus “decretos de guerra a muerte” la entrada al país? ¿Se “despachará” en el teatro que viene con la nueva sepultura de Bolívar contra la “corona española”? Una de las cosas que vamos a asumir con la mayor alegría que cabe esperar es no volver a ver esa figura en cadena de radio y televisión, ni los mensajes oficiales que humillan y agravian a la mayoría que lo rechaza y a los mismos medios. Dejaremos de ver esas provocaciones cursis y agresivas y esa figura que agrede solo con verla. Nada más parecido realmente a un ente diabólico. Venezuela se dará cuenta de todo lo vivido hoy con estupor. Porque hoy no puede hacerlo porque lo vive, sufre el escozor de esta opresión perversa. Así como saldremos a las calles a abrazarnos, como abriremos las rejas para sacar los presos enfermos y agraviados. Como usaremos nuestras escobas para limpiar la basura en las calles, pondremos alto, altísimo, las radios y las pantallas libres, sin mensajes discriminatorios, ofensivos, sin este militarismo enfermizo, unidos y retadores ante el trabajo inmenso que tenemos que hacer. Mientras, esperemos que la amenaza contra España sea eso, una cursilería más. Otra payasada histórica.
¡Qué pena ajena con este hombre!