¿Están debatiendo realmente los candidatos de la UNIDAD?

Esta última presentación de los candidatos en Venevisión me convenció de algo: tienen que cuidarse de “prodigarse” mucho y sobretodo, tan largamente. Porque no “debaten”. Se reiteran. Y no es fácil para quienes no pueden “competir” con todo porque caería muy mal que personalizaran demasiado, lo que “bordeó” peligrosamente Pablo Pérez. Tienen que ser elegantes y éticos en el discurso porque la unidad es susceptible. Pero ya allí, frente a nosotros, ¿cómo lucieron? ¿Cómo los recibió usted? Yo, fuera del derecho que tiene, no le encuentro sentido a Pablo Medina en la contienda. No porque no aparezca en las encuestas. Sino porque creo que hoy es muy importante la autocrítica. Y si algo se vio es que anda disparejo. A muchos les encantará que acuse como lo hizo, porque lo verán como valentía. Yo sinceramente, lo vi fuera de ranking. Diego Arria fue consistente con su primera “presentación” en grupo. Mantuvo esa habilidad que le es propia y ese ritmo que lo hacía llegar exitosamente antes que el moderador contara el minuto con lo que se proponía decir. Capriles Radonski lució bien. Seguro. El tema de la educación es un juego ganado desde el gobierno de Enrique Mendoza y destruido con la incapacidad de Diosdado Cabello. Siempre es neurálgico. Leopoldo López asume la inseguridad como objetivo principal y eso está en la mente de todos los venezolanos. Y lo es también. Yo siento que lo importante, importantísimo de él, que es él mismo, porque es un bellísimo ser humano, juega contra él en estas presentaciones, esa salida de ofrecer el Ministerio de Educación a Enrique es auténtica, pero no oportuna, responde a como es él, pero el juego político es otra cosa. María Corina intensa, como siempre. Se arriesga sin sutilezas y eso entusiasma. Ramón Guillermo Aveledo en “Alo ciudadano” fue convincente, necesitamos escucharlo asegurar cuan alertas están con el proceso del registro, la posición con las Fuerzas Armadas. Hoy más que nunca hace falta el espíritu civil en el destino de todos. Es insustituible en la democracia. Algún día tenemos que cerrar la historia repetida del militarzote folklórico latinoamericano.