“Más nunca me van a sacar del gobierno”

Ese es el titular de esta última cadena de radio y televisión. Y hay que recordarle a Hugo Chávez que “nunca” no depende de él. Ni de sus demenciales apetitos de poder. ¿Quién es hoy en esa mente acalorada el responsable de ese BUFONADA? Ya José Gregorio le dio la seguridad del “milagro”? ¿Se le apareció el Cristo de la Grita asegurándole que ya había arreglado todo con los bilongos y babalaos? O se lo asegura Monseñor Moronta después de un contacto directo con los jerarcas divinos? N U N C A no depende de uno…hay demasiados entes y señales que están involucrados en cada vida y en todas. En la cadena de hoy como en la de ayer y la que antecedió al debate democrático, lo que se lee clarito es la rabia. Por eso es que sigue provocando, amenazando, porque es hoy una fiera acorralada. Y a su alrededor los que actúan como tiranos, los que engañan por engañar, los que asesinan ideas y pueden vivir sin importarles un carajo lo que el otro siente, no mueren en sus camas con un Jesús crucificado en su cabecera y rodeado de amor. Él lo sabe. La acusación de Diego Arria, certeramente recordada en el “debate”, no es la primera que lo espera en La Haya. Hay varias. Y todas se escuchan y se valoran. Y más si el personaje acusado de repente se queda sin poder…porque vamos a estar claros. Sin la chequera que alimentamos nosotros, los venezolanos, Hugo Chávez no será más que otro militarzuelo de esos que pululan en la lastimera historia latino americana. Eso hace más difícil culminar la lucha. Porque más allá de los anillos de seguridad, las armas en manos de gorilas y el séquito de lacayos, lo que espera la luz de un cambio para Venezuela, es inmenso. Esta locura que todavía juega con nuestro destino lo hace sobre una decisión nuestra que la rechazaba en clara votación adversa a la intención reeleccionista. N U N C A no es “por ahora”. Nunca tiene que ver con infinito, con destino, con fuerzas impredecibles, con divinidad…Con fuerzas más allá de ambiciones humanas…Y también con decisiones ajenas. Lo hemos logrado varias veces ya. Ahora no estamos solos. Y Chávez lo sabe. Por eso está así.

¡Hasta el lunes!