Henry Vivas encerrado por un capricho

Hoy le negaron al Comisario Henry Vivas la libertad humanitaria mientras su condición se agrava. Uno quisiera no sentir las cosas feas que de repente te encuentras sintiendo sin que le hayas dado permiso para que se metan en tus sentimientos y eso es lo que me pasa a mí con Hugo Chávez. Yo lo veo en la imagen en el despacho presidencial, lo veo verdaderamente luciendo tan mal, tan distinto a lo que era tres meses atrás, tan impotente ante este precipitado destino que no augura nada de lo que él planeó en su mente fantasiosa, y como todo ser humano, uno se permite por lo menos una reflexión….pero en segundos, al recibir la otra información que lastima a otro venezolano vulnerado por largos años de prisión por una venganza en la que Chávez fue acusador y juez, esta degradación humana, esta prepotencia canalla, y tienes que detener esa reflexión porque la rabia te desordena el pulso, porque la pregunta que no tiene respuesta en este hombre que todavía es malo a pesar de esa amenaza que levita sobre él, no tiene un ápice de bondad ante otro hombre enfermo , debilitado por la tortura de vivir encerrado por un capricho suyo. ¿Cómo no rectifica? ¿Cómo no le teme a ese enfrentamiento que implacable lo espera? Porque todavía retumban las palabras de Hugo Chávez acusándolos, a los Comisarios, de asesinos cuando a los verdaderos los calificaba de “disparar en defensa propia.” El poder agudizó en esta mente la incapacidad de profundizar las relaciones humanas y de pronto todo se complicó, llegó un momento en el que no la había, pasaban los rostros sin quedarse, la avidez era casi lujuria con el poder a manos llenas. Y lo único que ayuda, el único aliado es el amor. Y el amor es compartir y es dar y es recibir humildemente. Y es paz. ¿Cuando lo va a entender? En su lugar, Henry Vivas le hubiera extendido la mano. Se que es así.