Hoy Chávez recurrió a una carta de Bolívar escrita desde Barinas. En ella el Libertador se refería a su próxima batalla y la seguridad que tenía de ganarla porque todo se lo auguraba. Me imagino que por tratarse de Barinas esa carta adquirió de repente un peso muy significativo para este hombre fuera de tiempo que tiene siempre que buscar apoyo y fuerzas en las figuras del pasado para engrandecerse a sí mismo. Como hizo también con CRISTO con quien ha establecido un diálogo muy personal que dice muy obviamente de la crisis que esa mente vive. “Cristo, mi vida no es mía, es para servir a este pueblo”. Qué quiere decir esa súplica reiterada? Si la vida no es de él…no se la tocará la justicia divina? La vida irá por un lado y él por otro? “Cuanto los amo! Mirando la marea roja, yo, humilde soldado, me he dado cuenta de algo: nunca! Pasarán los años y los años y Chávez nunca se irá porque Chávez ya no soy yo, yo soy la patria! Quien quiera patria, que me siga!” Que era aquello? Exaltado, engolado, arengaba: “Arriba”! “Arriba”! Y comenzó de repente a cantar el himno nacional, y de allí, sin transición, sin pausa: “duérmete mi niño que ya viene el coco”…¿Que pasaba por aquella mente? Recordó entonces una canción que estaba de moda cuando tenía quince años, cuando todavía no había cumplido los diez y seis….rojo encendido, encandilaba…” Viva la vida, viva el pueblo invicto de Carabobo”! Ya se había paseado por todas las referencias que alimentan siempre su discurso. SE veía claramente que aquello estaba buscando encontrar la emoción de ayer. Era realmente patético, forzado, casi despiadado con él mismo, ninguno podía haber interpretado ese papel más que un Chávez desesperado que no logra poner las piezas ordenadas en su mente. Cuando se despidió, cuando por fin se soltó del pódium y del Chávez que ya no puede ser, lucía mal, cojeaba…Las imágenes de ambos “inicios” de campaña, hablan por si solas. No es que Capriles luzca joven, esté rodeado de colores y rostros felices y emocionados y Chávez desde una carroza y frente a los mismos rostros y las mismas consignas luzca gris y fuera de tiempo, no es lo que se ve, es lo que se juega Venezuela en su esperanza, en su destino. Es que no se puede seguir retrocediendo, no se puede seguir muriendo, no se puede seguir pactando con la corrupción y el terror, con asesinos y con la injusticia. Y para completar la imagen terrible …Diosdado..se cayó de la carroza!
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ISA DOBLES