¡Qué fastidio con este hombre! ¡Con este irrespeto! Dale y dale a María Corina con ese “baboseo”… hasta que se dirigió directamente a la candidata que le espetó en la cara que era un “ladrón” con las expropiaciones.
Por supuesto que como en otras ocasiones, Chávez se salió por la “tangente” dándose tiempo para responder: “Águila no pelea con mosca”. Sabía además que contaba con las “claques” chavistas que pitaban a la diputada y que esperaban su momento de reclamar el “insulto”, pidiendo hasta cárcel, que procediera como “un presidente debe actuar cuando es insultado”, además pidiéndolo a nombre de las mujeres venezolanas.
Con esa “magnimidad” hipócrita que ameritaba el momento, el teatro, el cinismo, Chavez no “cree que haya que hacer nada”, que lo único que cabe es la “sanción del pueblo”. O sea, la condena al juicio alienado, histérico, de un pueblo domado.
Falta por ver que pasará ahora. La cursilería galopante, el cinismo desbordado, el no recuerda “haber irrespetado” nunca, y uno pensaba en la jueza Afiuni, en las periodistas agraviadas, en los insultos, en “después te doy lo tuyo”.
Horas y horas de cadena.
Horas y horas de manipulaciones y mentiras.
Pide que “esto” se olvide. Que la Asamblea no haga nada. Las barras gritando, pitando, aplaudiendo. ”La Patria de Bolivar, de los hijos, eso es lo que lo tiene allí.” Yo le ganaría 80% más si compitiera con ella.”
La burlita consistente y el ego agigantado.”
Él estudió la “seguridad” como concepto”. Ocho horas después pasó por encima del tema recurriendo entonces a la situación de los paises atacados, a la llegada de los españoles. La seguridad social, la seguridad al trabajo, la seguridad alimentaria, todo un concepto.
Mientras las morgues amanecen repletas de cadáveres y sus puertas colmadas de lágrimas y seres queridos.
Todo es una ambigüedad culpable. Una justificación ante la responsabilidad que se le pide asumir.
¿Qué fue todo? El eterno cuento de siempre.
Otra cadena más. El mismo Chávez. El mismo país sufriendo los mismos males, las mismas agresiones, violaciones, los mismos hechos humillantes, la misma transgresión de principios. Esta vez sazonado todo porque en un mes, Venezuela le hará saber cuán herida está, cuánto hartazgo la lástima, la desespera, cuánto hay de mentira en esta fantasia de su mente agravada.
Lo que ha sucedido en estas eternas horas de esta eterna desconsideración a un pueblo que no puede escapar a la condena de verlo mintiendo, abusando, ladrón de tiempo, de libertad, de dignidad y de honor.
La misma farsa.
Contra todo eso es que hay que salir, llueva, truene o relampaguee, con cédula y ganas, a votar. Sin miedo y con memoria. Porque lo que dejemos de hacer por Venezuela nos lo cobrará la vida que seguiremos perdiendo en cada esquina y hasta en nuestro propio hogar. Nos toca salvar a nuestro PAis. Nos toca ser responsables con nuestro destino. Nos toca.
Columna Original para Noticiero Digital
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ISA DOBLES