Que Hugo Chávez mantenga todavía en los sondeos tanta popularidad - aunque produzca reclamos íntimos al país, aunque nos haga hacernos preguntas difíciles de responder- , no debe agobiarnos hasta poner en duda la esperanza de sacarlo del poder democráticamente. Porque lo hemos demostrado ya en varias ocasiones, aunque no nos sean reconocidos los resultados y todavía esté fresca la última en la que se trató de ignorar esa mayoría con fraudulentas normas que desdibujaban la verdad y que desató los inquietos diablos de la cabeza de Chávez hasta hacerlo perder el control en una desborde indetenible que también lo ha puesto al descubierto ante el mundo. Este Hugo Chávez de hoy no tiene siquiera el beneficio de la duda en la opinión internacional. Todos, incluyendo sus socios y cómplices, lo conocen, saben quién es, cómo es y qué busca.
En estos momentos tiene pocos lugares que visitar. Puede abrazar mucho a Cristina, pero es incómoda su presencia. Su última visita distó mucho de que lo llevó allá con la muerte de Kischner cuando su rollizo cuerpo la recibió conmovido como amigo entrañable. Esta vez los argentinos vivían lo que nunca habían vivido: los ataques a la libertad de expresión en los atropellos a diarios importantes como “Clarín” y “La Nación”, esa historia repetida sin freno en Venezuela. Acaba de suspender su viaje a Ecuador donde iba a revisar proyectos con el hombre de la “sonrisita” , Rafael Correa, a quien los indígenas de la Sierra reclaman fraudes en un último referendo.
El “mejor amigo” de Juan Manuel Santos hace que Santos baje de popularidad, Lobo logra que Honduras intente otra vez y parece que con éxito su regreso a la OEA. Kadafhi, su amigo también, aliado, compañero del alma, la sigue pasando mal y esas regiones revueltas exigiendo democracia, le impiden darse una vueltita para caminar sobre alfombras rojas y saludar emocionado y tranquilo huyendo de esa otra Venezuela que ya es mayoría y lo espera en la “bajadita” del 2012. Mackled está ya aquí. Antes de su regreso a Venezuela, personeros norteamericanos se habían reunido con él. Su abogado afirma que en distintos lugares del mundo están las evidencias de lo confesado por Mackled.
Las computadoras de Raúl Reyes siguen hablando. Nadie se traga el cuento de este cambio de actitud con las fuerzas terroristas. La desconfianza de Hugo Chávez en su propio círculo es solo comparada con la de lo que le rodea en cualquier lugar que lo conozca. Ha venido abonando ese camino paso a paso.
Ya no haya que inventar: Ministerio para los afro descendientes. ¡Se empeña en incitar al odio!
Y Aristóbulo dicen que exige que se prohíba la palabra “mono”. Si es asi, mencionaré solo en confianza lo que he escrito varias veces: que es un “mono con huevo” con el poder.
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ISA DOBLES