martes, 10 de abril de 2012

¿Actor o Gobernante?

En estos días tropecé con una columna española que extrañamente se alejaba del estado de salud de Hugo Chávez para interesarse por su vida amorosa. La verdad es que la pasé por alto, porque hasta donde uno conoce, no hay nada de asombroso o apasionante en ella. Sabemos que se casó con una mujer, tuvo hijos, se divorció, tuvo una relación larga con una mujer valiosa, interesante, culta, que resultó una influencia oportuna en su vida, que se casó otra vez y tuvo otra hija, se han contado historias ligeras de aquí y de allá, pero nada que provoque, como en la vida de su personificación más grotesca, el Libertador Simón Bolívar que tuvo en su camino una mujer desafiante y cautivadora como Manuela Sáenz que lo sacó de la figura guerrera para enseñarlo a la historia como un dolido corazón humano. Y es que en personalidades como la de Hugo Chávez, es casi imposible que eso suceda. Porque no hay cabida para más nada ni más nadie que él mismo y como toda su carga afectiva pesa sobre sí mismo, no tiene espacio para los demás. Los narcisistas tienen facilidad para seducir. Pero resultan realmente incapaces de amar como no sea cuando se proponen utilizar la relación o despertar el sentimiento para lograr sus propósitos personales. A Hugo Chávez lo enamora el poder. Es su obsesión y es lo que él quiere en la vida. Así lo vemos en el teatro preparado desde Barinas como el guión exigía a los padres tocarlo, abrazarlo en su llanto suplicante, como las hijas lo cercan de cuidados y amor, como una familia que no aparecía es de pronto instrumento de su momento político. Pero esta columna con ese titular misterioso o pretencioso en el ánimo de interesarse por algo más del hombre que está en las pantalla del mundo por ser mejor actor que gobernante, no pasa de eso. De ser un titular más. Que es lo que él quiere. Graves desórdenes de personalidad aquejan, como han apreciado algunos, su mente. Narcisismo y sicopatía. Y ninguna es, al parecer, aliada del amor genuino, verdadero.

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ISA DOBLES